Por Andrés Vera Díaz
El doctor Ángel Román Gutiérrez es el virtual ganador de la inédita elección en la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas. Con una preferencia de más del 57% de los votos y tres mil de ventaja, ha roto con los esquemas de poder dentro de la institución.
La preferencia fue consistente desde el conteo de los votos, a medianoche, Román se asumió como el ganador ya con una tendencia en firme.
El proceso tuvo momentos álgidos y sobre todo, en el marco de la detención de Rubén «N» por presunta violación equiparada contra una niña, así como la judicialización de una denuncia por presunta mala administración contra Jenny González, fueron los motivos para levantar sospechas de intervencionismo desde el gobierno del Estado y la Fiscalía del Estado, sin embargo, quedaron en suposiciones.
Pese a lo anterior, la máxima casa de estudios se lanzó a las urnas, dando una muestra de civilidad tan importante, que superó la participación de la ulterior elección por casi 9 mil votos.
Pero, no solamente el virtual triunfo de Román se alza sobre la perversa intención de endosar la detención de Rubén a la planilla del hoy virtual ganador, sino deja asentada una nueva configuración política interna, pues por lo menos los últimos cuatro rectores eran parte de un esquema de reinado tras el trono.
También, la campaña «Ángel Monreal» no tuvo el efecto requerido, La réplica de la estrategia de la elección al ayuntamiento capitalino se dirimió en su propia verborrea, pues el pasado que movía los hilos de la planilla Decide, al tiempo que responsabilizaba de la crisis estructural por malas administraciones anteriores, era la misma que se auto impulsaba.
Además, la victimización como principal fuente retórica no alcanzó a permear en un sentido amplio, sobre todo por la conexión directa de la planilla con ex rectores. El deslinde muy tímido y por única ocasión emitió el mensaje de que el pasado rondaba, entonces era increíble hablar de futuro.
Su estrategia debió concentrarse en la propuesta y el llamado a la unidad, anteponiendo cualquier interés político – partidista sobre la universidad, en un tono conciliador y no de confrontación contra enemigos fantasmales. De igual forma, debieron remarcar la posibilidad de que una mujer pudiese gobernar la universidad por primera vez en la historia -el branding de campañas como la de Sheinbaum no estuvo sobre la mesa-, porque era un contexto similar aunque con matices de derecha.
Pese a lo anterior, la doctora Jenny logró una votación considerable y seguramente, el triunfo en varias unidades académicas, lo que además del retorno al SPAUAZ, puede permitirle consolidar un liderazgo importante, pero sería pertinente sacudirse la intromisión -ésta sí- de grupos ya muy añejos.
El peso legal ante la denuncia en su contra ahora es el siguiente paso, además del recurso interpuesto por algunos para convocar a nueva elección en el Sindicato, aunque tal vez ahora se dirima en el diálogo político.
Ahora, corresponderá a ambos contendientes pasar a un plano de congruencia y civilidad, el proceso si bien no ha culminado, Jenny González admite de facto el triunfo de Román, por lo que el mensaje político a sus propias bases queda de manifiesto. Darle vuelta a la página y trascender.
La reconciliación y una nueva era para la UAZ es necesaria, pertinente y obligada.