Por Andrés Vera Díaz
El circense alcalde de la capital, Miguel Varela no encuentra forma alguna para presentarse ni como oposición o gobernante con altura de miras. Su proceder se ha basado en tácticas de poca monta que reflejan una visión muy primitiva y sobre todo reaccionaria.
El más reciente golpe autoinfligido va en detrimento de las pocas aristas que presenta como opositor. Si bien, en el oficialismo tampoco hay estrategias a tono, es incomparable el nivel de estructura de poder, por eso, y aunque intentase capitalizar el descontento al gobierno de David Monreal, sigue sin entender la forma de conducción.
Sin apariciones públicas en el ámbito gubernamental, se ha dedicado a intentar construir una imagen que en los hechos dista de ser una opción viable. Asesorado por Cuauhtémoc Calderón, sus primeros cien días han pasado de noche.
Pero ante la más reciente exhibición de rompimiento político (con berrinches más que estratégicos o de auto crítica), el restaurantero elitista y el tlaltenaguense no pudieron sostener la lucha de egos. Ambos personajes, creen que el sol gira alrededor de ellos.
La reciente disputa por el Viaducto Elevado, estuvo plagada de inconsistencias. Sin advertir a quienes equivocadamente le otorgaron apoyo coyuntural en esa causa común, tampoco analizaron el proceder del acto. Notificación sin sustento legal, aunado a la cancelación de los inicios de la obra bajo la tutela del titular de Protección Civil (hasta la fecha sin ratificar), dejaban un vacío legal y elementos de impugnación fácilmente dirimibles.
El acto consistió solamente en un mitin político, llenado tímidamente con funcionarios municipales y uno que otro acarreado de Carlos Pavón, quien al tiempo solamente usó la «cargada», para mandar un mensaje a las bases priistas. Pavón parece entender el contexto político de lo actuales tiempos, en los que el rompimiento del PRIAN seguramente se expresará en las próximas elecciones, sin embargo, quiso adherirse a la coyuntura, más como una expresión opositora, condicionando su permanencia entre las filas tricolores. Pavón no ha hecho ninguna manifestación pública contra el Viaducto, ni siquiera acompañamiento legal o legaloide.
Pero, además, el amparo promovido de Varela era evidente que no prosperaría. La última reforma al juicio de amparo establece que cuándo se trate de obra pública, sencillamente no serán emitidas. Ahora, ese Poder Judicial que tanto decían defender los panistas de la «autonomía característica», no encuentra consistencia en esa retórica. ¿Porqué no hubo reclamo al Poder Judicial ante la negativa de concesión del amparo?. Que cosas.
Ahora, el que se dice «alcalde» (y entre el rompimiento con Calderón se asienta la percepción de que Varela no gobernaba), ahora en un tibio mensaje y comunicado, anuncia que continuará la ruta legal. ¿Cuál ruta?, ¿hasta la SCJN cuya mayaría opositora tiene los días contados? Varela no ha entendido que Zacatecas no es Tlaltenango (sin menospreciar a aquella demarcación), pues aquí no puede existir un control tan caciquil ni controlar a punta de golpes físicos o amedrentamientos a sus críticos. Pero además, el «chimoltrufesco» alcalde se mete en un discurso de cero credibilidad. Alegando la protección a la flora y fauna que sería afectada por la construcción del Viaducto, intenta engañar a quienes no conoce la contaminación del subsuelo y mantos freáticos producto del tiradero municipal en Tlaltenango y cuya obra fue malamente gestionada por él. Es que para cínicos…
Más elementos se circunscriben en sus negros primeros meses. Nombramientos y pagos a titulares de áreas no establecidas en el reglamento interno del Ayuntamiento, así como la elaboración de un Plan de Desarrollo Municipal con personajes adheridos a las «mesas de trabajo» cuyo cargo no ha sido ratificado, expone que le importa un bledo proceder con estricto rigor jurídico.
Ya se vio en el caso de la suspensión de los trabajos iniciales del monstruo millonario que pretende David Monreal, pero además, ha promovido el rompimiento de un movimiento legítimo. En Ciudadanía Participativa de Zacatecas ya existen personajes detractores a alimentar las pretensiones político – electorales de Varela. Es que con berrinches mediáticos intenta embolsarse un año de oposición a la obra sin afinar los detalles jurídicos. Así, fue evidente que no todos los participantes y voces de Ciudadanía acompañaron a Varela en su «clausura». y es que, el vocero que no es vocero (porque no tiene nada que vocear), hace las veces de operador político y autopromotor de su imagen en ciertos círculos. Desde intentar coptar a la prensa crítica a la gestión de Varela, hasta sencillamente palomear a uno que otro (esos que ni por asomo le señalan nada, aunque ahí medio expusieron algo tras cien días de silencio infame).
Sume usted la nómina plagada de ex trabajadores de Tlaltenango, más las denuncias en aquel municipio por el desvío de recursos de la administración anterior (peón de Varela), así como actuales empleados en Zacatecas provenientes de Michoacán, salidos de la nada.
Otro detrimento, es sin previo aviso, operar para desmantelar al Órgano Interno de Control, que ya le ha hecho observaciones a Varela, desde los cargos no reconocidos hasta el contrato con el supuesto despacho para la auditoría externa sin atribución legal. A Erika Montellanos sencillamente la removieron del departamento jurídico del OIC para establecerla en el INMUZAI, sin siquiera cosultarle a la titular del Órgano. ¿No que muy transparentes y abiertos?
Sin embargo, la última trama se va gestando en el rompimiento con el Issstezac. Los asesores de Varela, quien sabe porqué, le han recomendado que inicie la operación para que el Ayuntamiento se salga de ese esquema de seguridad social y se quede únicamente con el IMSS. De hecho, sus operadores hablan en lo oscurito y de forma individual con las y los trabajadores según eso, para advertirles que será decisión personal si deciden o no abandonar su inscripción al Issstezac, pero en el fondo, la pretensión es desligar al municipio. Las grillas que se le vendrán.
Por último, mientras la Presidenta Claudia Sheinbaum convoca y se reúne con cientos de alcaldes de todo el país, Varela no asistió. Oportunidad perdida para dirimir asperezas y fortalecer el discurso de que el autoritarismo se ensaña particularmente en Zacatecas. Mejor, subió una fotografía con su peón, Aldo Peláez, nuevo dirigente del PAN y quien estuvo cobrando en el Ayuntamiento hasta el 31 de diciembre pasado, -aún y en medio del proceso interno del partido-, frente a un Cinépolis. Dios santo, que burradas.
Varela no entiende que no entiende, por lo menos ha dado un pasito para adelante al sacudirse a Cuauhtémoc Calderón, pero tampoco es que tenga un círculo de funcionarios proactivos o con capacidad de integración política – social.
Varela no entiende que no debe pelearse con la Presidenta más votada en la historia y cuya aprobación en sus primeros cien días ronda el 80 por ciento. Seguramente cree que eso capitaliza, como eso cree Noemí Luna, pero están en escenarios diferentes. Varela sigue sin comprender la historia en la obtención de cargos. Su aspiración a ser candidato a Gobernador sencillamente se acotará al PAN (porque tiene el control del Comité Estatal), pero de eso a que no pasará como carta de una cada vez más lejana alianza con el PRI alonsista, se cernirá en una competición testimonial, mientras su presidencia municipal se va desencantando entre pasillos y en las calles de la ciudad.
Ay muchacho.