Por Andrés Vera Díaz
La ex diputada federal y actual secretaria de Desarrollo Social de Zacatecas, Bennelly Hernández sería el plan B del monrealismo en caso de que se concrete una reforma electoral en materia de paridad de género que plantea la sucesión para una mujer en 2027.
Aunque en vilo la iniciativa, tiene un sentido paritario pero con un clima de inconveniencia política para los aspirantes, pues en su mayoría varones, las opciones femeninas no saltan aún a la luz pública como contendientes.
Solamente la senadora Verónica Díaz es quien tiene su propia encomienda, pero resulta irónico el desligue de su selecto grupo denominado «La Secta» -bautizado así por Soledad Luévano y Ernesto González Romo- que entre pasillos pregonan su inconformidad contra la ahora legisladora federal.
Tal vez sea una estrategia para limitarle los negativos, pero en su propio detrimento; ¿cómo darle vuelta a esa lógica en la que desde 2021, la defendían a capa y espada con garrote en mano? El mote de superdelegada se fue dirimiendo en la percepción social, pero en los cuadros alternos de Morena y en la estructura de gobierno el desgaste se lleva a tal grado, que ya nadie presume cercanía con ella, ya ni sus propagandistas de cabecera levantan la voz.
También su nula productividad legislativa la coloca en el escenario acomodaticio, Verónica ya no posee la fuerza inquisidora de otros tiempos, inclusive, no puede siquiera ya deslizar la idea de cercanía con Ariadna Montiel Reyes.
Aunque el Comité local de Morena se resiste a abandonar esa liga -pese a la negación explícita de pertenencia-, sus propios titulares preguntan a secas, como proyectar poder. Las respuestas han sido fulminantes, crearon tanta animadversión que no tienen capacidad de convencimiento, sino de pura imposición y temor.
Así, aunque no está de más pensar que la separación de sus cuadros obedece a una línea para evadir las contrariedades, parece más un stand by que una realidad. En todo caso, mejor relegarla en la antesala de construcciones de otro tipo de perfiles, para no endosar en el momento adecuado, el rechazo tácito y bien ganado.
En ese inter, aunque la carta preponderante la lleva el senador Saúl Monreal con una agenda legislativa acorde y propia, subiéndose a temas hasta internacionales, construyendo cuadros e identificándose como él mismo, la posibilidad de que recaiga la candidatura en mujer previene la importancia de tener una carta sobre la mesa.
En este sentido, Bennelly será la punta de lanza con la llamada Agenda del Bienestar 2025. El proyecto que se prefigura como el siguiente paso del Año de la Paz pretende reforzar la atención ciudadana por medio se la Secretaría de Desarrollo Social y toda una gama de acciones alrededor.
El problema enfrente, es la derrota ante Javo Torres en Fresnillo. Con una diferencia de 14 mil votos, la ex diputada federal carga sobre sus hombros recatapultarse como opción viable, pero en el tablero de mujeres afines a, es quien posee los menores negativos en sí.
El 2025, marcará la tendencia piloto para saber si el resultado del Año del Bienestar tiene una consonancia, caso contrario, se optaría por elevar mediáticamente la figura de Julia Olguín e inclusive, la de Lyndiana Bugarín.