Por Andrés Vera Díaz
Alfonso Ramírez Cuellar tiene la intención de catapultarse en Zacatecas, a colación de quienes tienen en la mira 2027 por la alianza Morena – Verde – PT.
La última visita que pretendía el vicecoordinador de Morena en San Lázaro, tuvo que cancelar su agenda en la entidad por un requerimiento directo de la presidenta de la República para atender otra en el estado de Querétaro.
Si bien, de primera cuenta pareciera que «La polla» no podrá tener presencia física en Zacatecas, se equilibra su ausencia para atender asuntos propios de la agenda de la 4T, sin que sean únicamente «colgarse» de las reformas constitucionales, como otros aplican solamente, o inclusive, ni siquiera tienen aparición pública.
Ramírez Cuellar fue a la entidad gobernada por el PAN para socializar sobre la gran estrategia en materia hídrica que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo buscará impulsar durante su sexenio.
El encargo especial demuestra la consideración en la agenda y refuerza la idea de cercanía con la mandamás del Ejecutivo Federal, aunque deberá poner especial atención en aterrizar su presencia mediática en Zacatecas.
Por lo pronto, hay quienes están dispuestos a un acompañamiento para buscar en 2027, un cargo que de pauta para una transformación más de fondo en el estado. De hecho, la agenda que Ramírez atendería aglutina al antimonrealismo más latente, aunque con nombres que históricamente tienen el estigma acomodaticio y que en su momento, representaron un frente antilopezobradorista y morenista evidente, como Arturo Ortiz Méndez y Clemente Velázquez.
En todo caso, antes de permitir el impulso desde esos frentes, se les debería cuestionar si su incorporación al proyecto que se intenta construir tiene una base ideológica o meramente coyuntural, porque en dado caso, la diferenciación dirime si solamente se trata de un berrinche sexenal.
Otra de las observaciones tiene que discutirse sobre la representatividad de Raymundo Cárdenas Hernández como «responsable» de la rueda de prensa que se iba a llevar a cabo el sábado pasado. Si el personaje en cuestión será la vinculación con medios deja mucho que desear sobre su unipersonal derecho al acercamiento con la prensa. La comprobable contratación de publicidad con cualquier ente, sea de oposición o no, así como los problemas que han registrado en el ámbito laboral -que ha llegado a tribunales y ocasionó que trabajadores mejor buscasen otra opción ante el regenteo del salario-, ha dejado en claro que Cárdenas y su invariable conexión con La Jornada Zacatecas, no aporta a la legitimación de que «con el pueblo todo sin el pueblo nada». Si ese medio es de izquierda, yo soy Superman. Los Cárdenas creen que son la élite de la izquierda local, que gran contradicción.
Lo que llamaba poderosamente la atención en la agenda de Ramírez Cuellar era un desayuno privado con el líder del PT local, Alfredo Femat, pues dicho partido al tener a Geovanna Bañuelos como senadora y naturalmente, candidateable al 2027, abra las puertas a opciones diferentes.
Lo anterior también pareciera que existe un distanciamiento pleno entre la legisladora federal y el local, pero por ahora, no da lugar a fuego amigo o controversias del tipo, se busca más que nada, prospectar sobre otra posibilidad en el marco de que desde otros escenarios fuera del partido, no hay viabilidad real. Ojo.
Si algo ha desenfocado a Ulises Mejía es la nula incorporación de cuadros novedosos. Ramírez Cuellar pareciera reciclar cartuchos demasiado quemados que hay pululado de aquí hacia allá sin éxito electoral ni formación estructural en los últimos años.
El 17 de agosto pasado, José Quirino Salas, fundador de El Barzón y ex senador, destapó a Ramírez Cuellar como candidateable al gobierno de Zacatecas 2027- 2033, durante un evento en el teatro Fernando Calderón. Al tiempo, «La polla» fue cauto y prefirió deslindarse de manera oficial en su propio perfil de Facebook.
Se entendía que en ese momento, los tiempos estaban fuera de toda proporción, ni siquiera Sheinbaum había asumido y tampoco había claridad en la mayoría legislativa en San Lázaro o la designación de los liderazgos en la Cámara Baja, por lo que no tendría consonancia, pero sí una llamada de atención a tiempos tan prematuros.
Sin embargo, se hacía patente a encontrar un personaje que pudiese representar un contrapeso natural a todo lo que representase monrealismo puro o extensivo, aunque sigue pareciendo más un llamado «a lo que caiga es bueno».
El paso que sigue debe ser más consistente, con la presentación de una idea clara, anexando lopezobradorismo de cepa y sheinbaunismo identificable, de lo contrario, parecerá una puesta en escenario sin futuro.