Por Andrés Vera Díaz
Compareció, o eso supuestamente fue la intención de la presencia de Ernesto González Romo como secretario de la Función Pública ante la Comisión respectiva en la LXV Legislatura.
De hecho, el formato que «para rendir cuentas» que se estableció en la Jucopo y gestada por Jesús Padilla, presidente de la Junta y coordinador de Morena, es francamente patética. ¿Cómo es posible que solamente algunas secretarías se presenten ante el pleno y otras más, relegadas a los miembros de las comisiones correspondientes?
Esa rebaja, infiere que existen temas de primer y segundo nivel, además de intentar cuidad formas para la protección de temas que no deban salir a la luz pública. Invariablemente, el método de «comparecencia» cada año expresa una rebaja en términos de rendición de cuentas, transparencia y calidad política.
Ayer fue el máximo ejemplo. Desde su nombramiento, quien redacta advirtió que González fue llevado a la SFP con un sólo objetivo, simulada vigilancia y montaje de circos mediáticos, ¿Quién mejor que él para interpretar ese papel bufonesco?
Pero, el fondo del evento fue nulo, todo un pacto para no deslizar ningún verdadero cuestionamiento entre las bancadas dejó a la diputada panista Maritere López como referente de acuerdos cupulares para montar un espectáculo lamentable.
González Romo, fiel a su estilo, estridente y humeante, leyó posicionamientos iniciales y finales en un contexto nacional sin advertir la propia losa. Recordando la enorme deuda que dejó Miguel Alonso Reyes en su sexenio, bajo contratos leoninos con Banorte, cuyo dueño mayoritario es Carlos Hank González, fue candidato del PES a gobernador en Baja California hace 3 años. El partido aliado de la 4T dio la bienvenida al autodenominado «soldado del PRI» para competir contra Marina del Pilar Ávila de Morena-Verde-PT.
Pero además, la reciente incorporación de Alejandra del Moral a la cuatroté. competidora contra Delfina Gómez en Edomex, la ex también delegada nacional del PRI en Zacatecas -defensora a ultranza de Miguel Alonso-, será la nueva directora ejecutiva de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid), dependiente de la Secretaría de Relaciones Exteriores, cuya cabeza de Juan Ramón de la Fuente, otro prominente ex priista de esos rancios y dinosaurescos.
Entre la maraña de retahilas, Carlos Peña, cabeza del tricolor zacatecano (o eso dice ser), y jefe parlamentario, no se quedó atrás en el tamaño del fiasco. Dedicando una canción con música de banda, «Ya supérame» resonó en el vestíbulo del Congreso como cimiento de su presencia en la «comparecencia».
Que ridiculez, Peña Badillo ha caído en la parafernalia cada vez más corriente del partido dirigido por otro desprestigiado y ese sí -dictadorsete- corrupto. Y es que el titular de la SFP se remitió solamente al pasado «tan predecible y arcaico», parafraseando las palabras de AMLO, pero sin ninguna consecuencia práctica. «Hay que recordar el pasado para no repetirlo», sin sanciones firmes en los grandes casos de corrupción en Zacatecas, eso es palabrería barata.
Pero al tiempo, Ernesto reprochaba el pacto de impunidad entre Alejandro Tello y Miguel Alonso, pero que cosas, mismo pacto de David Monreal y su antecesor. ¿Qué acciones legales en el ámbito administrativo y penal existen? Humbelina López, ex titular de la dependencia en 2022, afirmó que existían sanciones contra ocho es funcionarios de Tello equivalentes a 171 años de inhabilitación.
En agosto del 2023, López, también aseguró que se han emitido 72 sentencias en contra de exfuncionarios que incurrieron en alguna irregularidad, mismas que han generado multas que ascienden a más de 15 millones de pesos como sanción además de informes de responsabilidades administrativas.
Al tiempo, la misma ex funcionaria dijo en su momento, que se estaban sancionando los procedimientos irregulares detectados desde la entrega-recepción y “no vamos a permitir que queden impunes como lo hicieron en la pasada administración, en donde más de 540 millones de pesos fueron observados por la Auditoría y no fueron resueltos, además de que se practicaron acciones de omisión y de impunidad”, expresó.
Ahora, a tres años del gobierno davidista, no hay seguimiento a esos casos expuestos por López o si sencillamente también fueron cortinas de humo. En su turno, González Romo ni por asomo exponer nuevas sanciones, investigaciones de fondo o informar sobre los «procesos» iniciados por Humbelina.
Pero, ¿y el presente?, nada, absolutamente nada, como si el gobierno fuese perfecto, inmaculado, puro y soberbio. Tibiamente dijo que se expondría la información sobre el Viaducto Elevado en un microportal. ¿Cuándo y con toda la información?, lo dudo muchísimo. En el tenor, anunció el análisis del caso Milpillas, ya que existen contratos y procesos no solventados en la obra fracaso de Alejandro Tello. ¿En realidad lo hará?, porque eso abre la puerta para justificar el reninicio del proyecto, prometido por Claudia Sheinbaum dos veces durante su campaña electoral en Loreto y Fresnillo; es que, esa no es prioridad para la Nueva Gobernanza, ellos quieren el Viaducto Elevado al costo que sea, pese a que ya como Presidente, Sheinbaum dijera que las obras hídricas serán tomadas como preferencia en infraestructura.
Mientras esperábamos que la conducción política de la nueva Legislatura fuese de altura -porque no había techo de referencia con la anterior-, y a partir del segundo trienio de David existiera una recomposición retórica y activa, nos topamos con pactos entre partidos -aunque sean «antagónicos»- y verborrea baratísima, corriente a más no poder.
Ernesto se coloca como el orquestador de un circo de poca monta, él lo sabe, pero no le importa mientras esté en la nómina. Es el papel que eligió, pero siquiera lo hiciera con un grado de convencimiento. Eso sí, solamente él cree que sus estrategias son inteligentes y tienen un efecto trascendente. Lo único que provoca es risa, pero aderezada de vergüenza ajena. su respuesta infantil al contrariar que cualquier crítica en su contra forma parte de campañas para impedir la «verdad» y » el cambio», es sencillamente ridícula.