Por Andrés Vera Díaz
Mientras se quejan de todo, con la típica actitud de facto, la oposición zacatecana debe comerse sus palabras con una retórica que solo convence a quienes se aferran a un pasado caótico.
Desde el «cantinflesco» Miguel Varela, alcalde de la capital que hoy ante la inoperancia radicada en las pugnas de poder internas, debe «presumir» una encuesta que causó mucha gracia (risa) por su desesperada necesidad de justificar la mediocridad con la que se ha conducido.
Con pocas apariciones públicas y consistentes declaraciones desafortunadas, publicó un «estudio» de la casa Demoscopía, (sí, la misma que en algunas ocasiones colocaba a David Monreal hasta en los primeros diez lugares de aprobación y que era entonces, la burla de los agoreros prianistas), pero que en la edición última respecto a las aprobaciones de alcaldes zacatecanos, lo coloca en primer lugar. Sí, a tan sólo 20 días de su toma de protesta y sin siquiera tener direcciones y secretarías consolidadas, ahora resulta que está en el top de aprobación,
Pero, esa estrategia que tanto repudiaban en campaña, afirmando que las encuestas cualquiera las paga (Xóchitl dixit), hoy es replicada cuándo ni siquiera tiene en menos de 3 semanas, resultados tangibles. ¿Poco tiempo para eso?, exactamente, que irónico. El post, solamente provocó reacciones de burla en su propio perfil de Facebook. Y al más puro estilo de aquella «encuestadora» patito que pregonaron en campaña, la refritean con singular ridiculez. Creen que todo es vil mercadotecnia.
Entre la maraña discursiva en la que se enfrasca la oposición, está el alcalde de Jerez, el panperredista Rodrigo Ureño Bañuelos es otro que se ha colocado en el ruedo circense. El 25 de septiembre presumió apersonarse en San Lázaro y el Senado con legislador@s zacatecan@s en la búsqueda de apoyos en seguridad, turismo, caminos y carreteras. En ese momento, parecía más que otra cosa, una muestra de independientemente de fobias y filias, gestionar para su demarcación, inclusive, en una especie de momio político, porque en su afinidad, no hay consolidación. Llegó por la dinámica electoral de Jerez, dónde votan más por el personaje que por partidos, pero les han salido alcaldes no malos, funestos como Antonio Aceves y Humberto Salazar.
Sin embargo, al lastre la gira en la Ciudad de México, Ureño sencillamente se burló tanto de los ciudadanos como de los propios legislador@s. El jueves 3 de octubre, a tan solo 15 días de haber asumido el cargo, el alcalde y los 12 regidores que integran el Ayuntamiento 2024-2027, se aprobaron un incremento salarial de poco más del 20 por ciento. Sin embargo, en contraste, retiraron compensaciones a varios trabajadores, lo que resultó en una disminución de su sueldo durante la última quincena de septiembre.
De tales acciones, la oposición guarda silencio sepulcral al igual que los agoreros. Las cortinas de humo se ciernen en criticar exclusivamente a la caótica Nueva Gobernanza (con sus excepciones), pero ni el más mínimo sentido de reproche ante toda la dinámica de «la falta de recursos en un estado pobre», y «no al segundo piso porque hay otras prioridades». Que enorme contradicción.
Y mientras se asumen como la «alternativa» o se promueven con encuestas que en realidad no dicen nada, cada alcalde candidateable al 2027 se encierra en su pequeño coto de poder con enorme recelo. Ya lo comentaba en un texto anterior, Javier Torres no solamente colocó a ex funcionarios repudiados en Jerez, sino que hasta traicionó la confianza de amigos, a los que rogó su ayuda, si no pregúntenle a Pepe Haro.
El «llamado» de Varela a conformas una especie de frente de alcaldes opositores quedó como siempre, en una idea rechazada, porque no le harán el caldo grande para aparentar liderazgo. La idea, salida de la mente de Miguel Torres (quien una y otra vez como presidente municipal de Villanueva refriteaba la misma), fue enterrada en lo más profundo del interés particular.
Mea culpa
En la comparecencia -por puro formalismo conceptual-, el secretario de seguridad pública, general Arturo Medina Mayoral, prácticamente dejó entre ver que fue él quien ordenó la represión en el 8M.
Tras el cuestionamiento de la diputada petista Renata Ávila respecto al tema, el funcionario solamente se limitó a responder: “Aquí trabajamos nosotros a base de protocolos, un protocolo es una forma de actuar, que se prepara a la gente antes, yo no voy a esperar a que a la 1 o 2 de la mañana -nos digan-, oiga nos están agrediendo ¿qué hago? Hay protocolos de actuación, si esos están mal, nos ayudan a revisarlos».
Al general se le olvida la máxima cuatroteista de que las fuerzas armadas ya no serán usadas para reprimir al pueblo, algo que no se ha cumplido en su totalidad, y Zacatecas fue una muestra evidente de políticas retrógradas.
¿Esa declaración formará parte de las supuestas investigaciones de la Fiscalía?, evidentemente, no.