Por Andrés Vera Díaz
En los primeros meses del quinquenio de Alejandro Tello, se aperturó la Casa de Gobierno que habitó con excesivos lujos el corrupto de su antecesor. El show pretendía marcar una distancia política ante la enorme deslegitimación que heredaba el contador.
Fue todo, no hubo investigaciones y por lo tanto, tampoco sanciones administrativas o penales. Ahora, en el mismo ardid, el Secretario de la Función Pública, Ernesto González, revide ese tipo de exposiciones mediáticas, pero tres años después del comienzo de otro desastroso gobierno, pero en esta ocasión, emanado de «la izquierda».
Ya no tienen imaginación, de hecho, han demostrado en la Nueva Gobernanza una falta de capacidad increíble para demeritar sin ser demeritados. Su único objetivo, crear cortinas de humo ante situaciones coyunturales, pero muy mal instaladas.
En el marco de foros de análisis del Tercer Informe de Gobierno (no a modo), la crisis política tras la llegada del «otro salvador de Zacatecas», Miguel Varela y el contexto sobre el Viaducto Elevado, la estrategia se centró en revivir la máxima expresión de la corrupción priista en la entidad, un monstruo inservible de 500 millones de pesos construida con enormes desperfectos por la terrible administración de Miguel Alonso (hoy diputado federal) y en asociación con el gobierno federal de otro miembro del basurero de la historia, Enrique Peña Nieto.
Lo advertimos en la antesala de su nombramiento, a González Romo lo pusieron solamente para «destapar» cloacas ulteriores, nada del presente. La construcción de su personalidad política quedaba a modo para tal encargo, mediatez y ya.
Si bien, dos puntos esenciales han destacado la labor del ex diputado local, que han sido el destape de la nómina secreta de Miguel Alonso y la Estafa Legislativa, quedaron en temas muertos en el andamiaje legal. Inclusive, el silencio sepulcral ante la versión 2.0 de dicha operación facturera, fue notoria, sobre todo porque trastocaría directamente a la presidenta del Comité Estatal de Morena y a quienes arriban de nueva cuenta como diputados, pero que fueron partícipes de dicha estafa. El caso de Jesús Padilla, ahora coordinador parlamentario guinda con su peón Luis Palestina, fue expuesto por quien redacta. Eso sí, hoy se hacen los dignos, de risa.
Pero la visita guida en el Centro Cultural Toma de Zacatecas, abrió de par en par la podredumbre alonsista. Fue sorprendente observar el elefante blanco con enormes irregularidades en su construcción y el costo exorbitante. Más aún, cuándo el impresentable gobernante priista lo inauguraba en medio de goteras, Es que siempre han sido así de cínicos.
Pero, la gran pregunta fue obligada, de hecho, quien redacta la realizó bajo el nerviosismo evidente de González Romo, ¿Porqué hasta ahora, van tres años del gobierno de David Monreal, porqué la anterior secretaria Humbelina López no hizo lo correspondiente?
– Yo contesto por mí, habría que preguntarle a ella-, fue la respuesta sin fondo de González Romo.
La contestación tenue tiene su explicación. El pacto cernido entre David Monreal y Alonso que derivaría del reparto electoral, anteponía una pausa en la lógica de embate político. Y eso que fue parte de la propaganda de Monreal durante la campaña, pero ahí quedó, como anécdota.
Esa lógica precede el show de González, que al tiempo, reconocía que solamente un supervisor ha sido sancionado por la construcción del monumento a la corrupción. Ya prescritos los presuntos delitos, ni a quien perseguir. Así de fácil, se evidenció el derrumbe del castillo de naipes que junto al aparato «comunicacional» oficial, levantaron sin consecuencias de fondo. Nada, nada de imaginación.
Pero espere, la real intención de mostrar el masacote infame, es enviar un mensaje al dueto Alonso – Varela, quienes han cernido un pacto para blindarse de acompañar su oposición a la construcción del Viaducto Elevado, por eso, también hay que distinguir que no todo es dulzura en el movimiento contra ese otro monstruo que intenta llevar a cabo la Nueva Gobernanza.
Es la lucha en un ring de deslegitimados pero con poder, y en la lógica propia, eso es lo que en realidad les importa. Pero se proyecta otro punto sustancial, ¿cómo señalar una obra que ya no tiene consecuencias jurídicas, mientras el proceso para el Viaducto Elevado está lleno de inconsistencias en la materia? Es un balazo en el pie para González, quien de hecho y sin darse cuenta, abrió más el camino para cuestionar la viabilidad y procedimiento legal de lo que su patrón intenta hacer con 3650 millones de pesos. Una obra que desde sus inicios, tiene severas dudas, como el estudio de mecánica de suelos, mandada hacer por la misa empresa que ganó la licitación (Calzada Constructores), dos años antes de obtenerla. Que cosas.
Pero además, también de manera por demás tímida, responsabilizó a Tello del carpetazo a favor de Alonso y compañía por el Centro Cultural. Sin embargo, no expuso que por lo tanto, debería iniciarse una investigación contra los funcionarios que fueron acotando el caso en la administración anterior. La omisión también es corrupción, y ante la evidencia, aplica para el gobierno tellista, pero esperen, también para el de David Monreal en el caso del Viaducto Elevado.
Entonces, solamente podemos concluir, que si bien la puesta en escena del monumento a la corrupción tres años después, intentó distraer la atención del desastre gubernamental hoy en día. De hecho, lo que fomentó es la exigencia de revisar a fondo el gasto del actual sexenio y sus incumplimientos, porque a fin de cuentas, la revisión debe ser llevada a cabo por la Función Pública y la ASE, pero ya sabemos que no responderán al presente.
De hecho, la Auditoría se lavó las manos en el caso de la Estafa Legislativa y determinó que sea el Órgano Interno de Control del Congreso, el que valore las responsabilidades, mismo ente al que el propio González Romo le impuso si titular y dio carpetazo al asunto, pero que comicidad e ironía.
Para finalizar, González Romo ha declarado que por instrucciones del «señor gobernador», debe inculcarse e imponerse una nueva cultura de la honestidad y rendición de cuentas para el combate a la corrupción. ¿La corrupción del pasado que ya no tiene consecuencias jurídicas y evadir la del presente?
Por favor, señor secretario, por favor, por una vez en la vida, sea serio.