Por Andrés Vera Díaz
En 2021, muchos zacatecanos y quienes habitamos el estado desde hace décadas, esperábamos con ansias la transición gubernamental en el marco de la 4T, hoy, anhelamos el 2027 para que se otra sucesión ante un gobierno que en lo práctico y teórico no tiene sustancia.
Entre los posibles candidateables hay quienes se contemplan como nueva alternativa, otros como aves fénix y el resto, relleno negociable; pero la particularidad, es que la mayoría tendrá un peso político importante en los próximos tres años.
Cuatro zacatecanos liderarán cuatro grupos parlamentarios de seis en funciones, algo inédito, pero más allá de aprobarle mayor presupuesto a Zacatecas (como para qué si David ordena subejercerlos), coloca a esos diputados federales en un plano de relevancia mediática y en el amaso de acuerdos que los proyecta prácticamente en automático.
Dos, tanto Ricardo Monreal de Morena y Reginaldo Sandoval del PT, el primero por ilegibilidad pues ya fue gobernador; y el segundo, representante de Michoacán no tendría un interés muy legítimo, pero tendrá peso en la toma de decisiones que impulsen a un cuadro zacatecano.
Ricardo Monreal tendrá el mayor poder de influencia, con más de dos centenares de diputados y con un hermano en el Senado, la proyección tenderá a impulsar a Saúl, quien deberá deshacerse de la carga negativa que sobre sus hombros se autoimpuso David (quien parece querer dinamitar su propio apellido para darle «legitimidad» a su compinche -que rara estrategia-, pero en el pecado lleva la penitencia.
Por su parte, la panista Noemí Luna, se ha podido filtrar a los primeros círculos de su partido, al grado de ser nombrada secretaria general y coordinadora parlamentaria. De forma implícita, la carga también negativa de ser alfil de un dirigente que minimizó al partido en términos de votación total y representación legislativa, asociado a los cochupos con la ministra Norma Piña para intentar de manera ilegal quebrantar la mayoría de Morena. En Zacatecas, Noemí no está afianzada, menos con la dirigencia estatal que controla por interpósita persona Miguel Varela, y que «chamaqueó» con previsibles resultados, el presidente del PRI Carlos Peña.
Sin embargo, ante la falta de cuadros con verdadera influencia nacional, la oposición centrará sus esfuerzos en quien permita mejores condiciones de competitividad, y en ese plano, Noemí podría ser la intermediaria directa. Aunque Varela presume comadrazgo con la gobernadora de Aguascalientes, si finalmente no es alcalde, ya no tendrá un soporte de esa supuesta dimensión.
El PAN y PRI se han distanciado tras los resultados aplastante en la elección del 2 de junio, pero sin duda se reagruparán en el plano nacional y es dónde Luna puede resaltar como figura y opción. El PRI local deberá debatirse entre el mayor -o menos, depende la perspectiva- alfil de Alonso y Alito Moreno o el próximo alcalde de Fresnillo, Javier Torres.
Ahora, con el destape «que no fue pero si fue», Alfonso Ramírez Cuellar, otro zacatecano en la cámara baja, puede fungir como contrapeso natural de Monreal, y aunque a Ricardo lo eligieron por unanimidad -porque no deben caber ahora discrepancias-, se perfila a poder mantener una interlocución con bases zacatecanas que no se hinquen ante el monrealismo de cepa. Cercano, bastante cercano a la Presidenta Sheinbaum, se coloca como un caballo en discordia. Ojo.
Pero la primera presidenta de México coloca en el tablero dos piezas. Ulises Mejía Haro ha podido construir una estructura alterna al monrealismo en muchos municipios. De hecho, se destaca por ser el más participativo en las encomiendas de socializar el Plan C y dejó el haber de un alcalde capitalino óptimo.
Saúl Monreal deberá sacudirse el pesado andar de David, mejor lejecitos para no contaminarse de una aprobación raquítica y decisiones unipersonales arbitrarias. Que se quemen otros, o mejor dicho, que Rodrigo Reyes intente lustrarle los zapatos del lodazal. El «cachorro» es más proactivo, inclusivo y sencillo, claro que consigo el apellido, pero mejor diferenciarse, pues, ¿en qué familia no ha discrepancias, polos y ovejas negras?
El PT ya tiene su carta fuerte. La senadora Geovanna Bañuelos será la catapultad en el entendido que se sigle a mujer la candidatura, pero ante el supuesto de que el feudo davidista excluya como ya pasó, igualmente entrará en el terreno de la competencia y podrá beneficiarse de todo el capital insultado ante la eventual puesta en escena de Verónica Díaz, -que dicho sea de paso, intenta fingir alejamiento de David-. Que cosas.
Finalmente, el Verde también presentará carta. Carlos Puente será otro que puede influir en la toma de decisiones. Con 77 diputadas y diputados, como segunda fuerza en la cámara baja, no es por supuesto cosa menor; además, respaldado por el gobernador de San Luis Potosí, quien prácticamente le debe la candidatura al zacatecano, levanta la mano, aunque tal vez será el que en menores condiciones aspire, pues aliado total de Morena en Zacatecas, será dificil sobrepasar los intereses sectarios de quienes se agandallaron al partido.