Por Andrés Vera Díaz
El déficit de Issstezac es de 51 mil 264 millones de pesos, de acuerdo al estudio actuarial más reciente, con corte a diciembre 2022, según el último informe público del director José Ignacio Sánchez González, en noviembre del 2023.
Advirtió que tapándose los oídos y cerrando los ojos no se van a encontrar soluciones, porque los cálculos son matemáticos y las manifestaciones sin diálogo no harán que brote dinero en las cuentas del instituto, fue su señalamiento tras una fallida comparecencia en el Congreso local pues jubilados protestaban durante la pretendida realización.
En esa ocasión, dijo que aun y con que el actual gobierno estatal vendiera la reserva de bienes inmuebles del Issstezac, que es de 2 mil 400 millones de pesos, sólo alcanzarían a cubrirse los compromisos hasta 2027, pero a la siguiente administración le tocaría ponerle al sistema de pensiones más de 900 millones de pesos, toda vez que, actualmente, más de 19 mil trabajadores en activo pagan con sus cuotas a 5 mil 500 pensionados.
La Reforma del 2015 (a punta de tolete policiaco), se dirigió en el incremento de las cuotas y aportaciones para el sostenimiento del fondo solidario y el retraso de la edad requerida para acceder a una pensión. “Fue como darle un ‘mejoralito’ a un enfermo terminal», dijo Sánches, pero al tiempo señaló que era apremiante una Reforma que permita darle la viabilidad definitiva al sistema de pensiones zacatecano, dado el escenario demográfico esperado para 2030, y en el supuesto de incremento significativo de las pensiones en más de 2 mil 226 trabajadores que cumplieron ya los requisitos.
Sánchez explicó que, en la presente administración, la Junta Directiva del Issstezac (con fecha de corte 2023), ha aprobado 1 mil 154 nuevas pensiones, lo que incrementa el gasto irreductible mensual en 13 millones 276 mil pesos; es casi el doble que las 616 pensiones aprobadas en los últimos dos años de la pasada administración.
Sin embargo, de la exposición de datos, Sánchez ni la Nueva Gobernanza dieron a conocer las posibilidades de respiro financiero. Durante la campaña a la gubernatura, David Monreal «ofreció» -porque prometer no empobrece- que «atendería el problema del Issstezac -aunque durante la agenda proselitista no existió un diálogo directo- «pues el saqueo del que fue objeto no debe seguir afectando el patrimonio de sus derechohabientes», expuso.
Monreal Ávila señaló durante su campaña, que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado de Zacatecas (Issstezac) «está quebrado y endeudado, pero lo más lamentable es que la clase trabajadora sufre las consecuencias al no tener certeza de si recibirá su salario o sus prestaciones, como ya ocurrió con el retraso en el pago de aguinaldos».
Sin embargo y a toda la parafernalia proselitista, el giro ya como Gobernador fue brutal. Ahora, la intención de presentar y aprobar una reforma lasiva está en ciernes a pesar de la cacareada agenda de análisis que pactara la presidenta de la Comisión Especial para el caso, Gabriela Basurto. La Reforma, plantea los mismos aspectos que aquella no aprobada y que se intentaba aprobar «fast track» en los últimos días del sexenio de Tello -para evitar el costo político al inicio del gobierno de Monreal- que incrementará de 12 a 16 por ciento las aportaciones de los trabajadores al fideicomiso pensionario, reducirá a la mitad el aguinaldo de 60 días que actualmente perciben (además de ser gravado), y entre otros cambios, impondrá la condición de tener 65 años de edad para poder jubilarse, eliminando la condición de contar con 30 años laborados.
Así se demostró luego de que un medio de comunicación local «ventilara» los datos que ya están aprobados por el Ejecutivo para presentarse ante el Congreso local que ya va de salida, es decir, el costo político se intenta endosar a una Legislatura en la que pocos se han reelegido.
Monreal en campaña decía: «al Issstezac lo usaron como “caja chica” para saquear y robar, de tal forma que mientras a los trabajadores se les paga a cuenta gotas, se asignaron pensiones irregulares de 160 mil y hasta 200 mil pesos a ex funcionarios de alto nivel y se otorgaron préstamos impagables de hasta 2 millones de pesos».
David Monreal anunció que impulsaría un gran debate con la participación del sindicato, de los trabajadores, maestros, el patrón y la sociedad para determinar a dónde se fue el recurso y cuál es la situación real de la institución, “porque, de veras, se les pasó la mano con lo que hicieron con el Issstezac; la deuda es más grande de lo que se imaginan y, hay que decirlo, parece que lo crearon para saquear, desviar y robar”.
Indicó que cuando llegue el momento de asumir el gobierno, ofrecerá más detalles sobre las acciones de rescate del Issstezac. Entre tanto, ofreció a la clase trabajadora su compromiso para atender el problema con responsabilidad y en beneficio de los derechohabientes.
Sin embargo, a tres años no ha sido así, ni la corrupción ha sido investigada o sancionada, ni se han integrado mesas de trabajo con la base, ni se ha informado acerca del cobro de los préstamos ilegales, tampoco acerca de las finanzas de los negocios complementarios del Instituto o de los activos, dichos sea de paso, algunos han sido quebrados y otros vendidos a supermercados.
Así pues, se viene otro albazo, porque finalmente nadie ha presentado una agenda abierta sobre los estados financieros históricos del Instituto, que determinen hacia dónde se ha ido el fondo de pensiones o las economías de los activos. Sencillamente, porque para la protección de los involucrados en el manejo financiero se encuentran personajes de todos los colores y sabores, incluídos monrealistas, a quienes hay que darles protección e impunidad.
Ni se ha exhibido la corrupción que cacareaba Monreal durante campaña ni se le ha dado atención a los jubilados y pensionados, ni se han abierto mesas de diálogo, ni se apertura la información para conocer los puntos de quiebre económico. Todo sea pacto político y que paguen los de siempre, trabajadores que serán objeto del incremento de sus cuotas. Así por siempre.