Por Andrés Vera Díaz
Reitero, la peor Legislatura de la historia. Necios, vulgares, dispares, simuladores, contradictorios y serviles. Así pasarán a los registros como un parlamento negro.
No solamente han quedado a deber en el trabajo legislativo, se han encargado de autodinamitarse por mera apariencia ideológica. De las prácticas de la famosa Estafa Legislativa, se desprendió la opacidad pactada, esa sí, entre todos.
Aquella exhibición del diputado Ernesto Gonzáles al inicio del periodo constitucional fue una de las más llamativas y dejó en claro las pretensiones de muchos reelectos. Facturas en empresas fantasma por montos exorbitantes y trabajos “patito” dejó en la evidencia a todos los grupos parlamentarios, porque todos los emanados de diferentes partidos participaron.
El lastre fue la eliminación de las llamadas herramientas legislativas promovida por Luis Medina, cuyo objetivo primordial era erradicar el condicionamiento del Ejecutvo. A la postre, una iniciativa de Morena consensada con los demás grupos parlamentarios en la LXII Legislativa, reencausó los recursos a los capítulos 1000 y 4000, gastos generales y servicios profesionales.
Dicha práctica fomentó la Estafa Legislativa, hoy denominada “agenda legislativa”, igualmente factura servicios de hechuras de iniciativas, puntos de acuerdo y hasta posicionamientos en asuntos generales pero con total opacidad.
Ya no existe evidencia en el Portal de Transparencia del Congreso las erogaciones por tales conceptos, ni los viáticos o gastos de representación. Se limitan a archivos de Excel con claves y montos que no dicen nada, no se anexan documentaciones ni ligas correspondientes.
Ahora, a pesar de los privilegios como las cajas de ahorro que ronda el 10 por ciento del salario mensual, los aguinaldos suntuosos, los no descuento por faltas injustificadas – a pesar de los amagos u “órdenes” de las presidencias en turno-, las negociaciones para aprobar presupuestos y hasta la contratación de familiares, niegan el otorgamiento de un bono por culminación de Legislatura a trabajadores de confianza y base.
La decisión de negar los bonos se atribuye a la Junta de Coordinación Política presidida por Herminio Briones del PRI, pero promovida con toda la intención desde Morena para que los trabajadores emitan su rebeldía ante la procrastinación abducida desde el oficialismo.
Otra grilla más entre grupos internos con costo al propio trabajo legislativo que ahora pretenden sacar al vapor con cuarenta iniciativas antes del periodo vacacional, porque simple y sencillamente se fueron postergando por las necias y estúpidas rencillas que en el fondo, no ha deconstruido las viejas prácticas, solamente se pelean por su administración.