Por Andrés Vera Díaz
La legitimidad de las casas encuestadoras en Zacatecas ha quedado en entre dicho, a pesar de las campañas sucias y falsos datos de “empresas” patito, hubo quienes obtuvieron la victoria, pero los factores tienen varias lecturas.
Resulta por demás curioso que Varela y Torres ganaran en Zacatecas y Fresnillo respectivamente, pero Guadalupe continuara para Morena, repartiendo algunas diputaciones locales.
Las federales son para Sigamos Haciendo Historia con carro completo y la diferenciación en municipios atiende a un factor incidental extraño, porque al mismo tiempo que en el Congreso local, todo apunta a una mayoría de Morena y Verde, gran parte de los Ayuntamientos se pierden.
Entonces, el punto de partida parece entrar en la dinámica de la percepción y aprobación nacional contra la local. Aunado a la operatividad en la que el electorado diferenció en base a estrategias irreconocibles en cuánto a la trayectoria y mercadotecnia barata. Por ejemplo, Varela plagado de una campaña de choque, con datos falsos y amarillismo, triunfa en la capital, pero en su verdadero terruño – Tlaltenango- pierde con su peón Chava Arellano.
En Fresnillo, Javier Torres aún y con su negro historial de conflictos de interés, gana con un margen considerable, al tiempo que en dos de los tres distritos su coalición se levanta con el triunfo, pero no alcanzó para endosarle preferencia regional a Norma Castorena.
Por otro lado, Roberto Luévano pierde en Guadalupe y su grupo político queda enterrado por tres años más. Pinos, uno de los bastiones históricos que formaban parte de su coto, pasa a manos de Morena y le otorga plusvalía propia a Ulises Mejía Haro que impulsaba al candidato.
En el PRD las cosas siguen de mal en peor para sus cuadros más “fieles; Miguel Torres no solamente no llegará al Senado, sino en Villanueva, su eterna fuente electoral, la esposa del ex alcalde y diputado federal, tampoco pudo retornar la victoria para el clan, con lo que suma ya dos derrotas consecutivas en la demarcación.
Eleuterio Ramos también ha pasado por un trago amargo, el ex alcalde de Valparaíso que simplemente quiso endosar el gobierno a su hermana, pierde la alcaldía ante Morena-Verde, y aunque -aún en vilo- su victoria en el distrito ocho correspondiente a Fresnillo, dinamita también la votación de su partido que con 4 puntos porcentuales, rasga la permanencia como partido político, pero ante la inminente pérdida de registro a nivel nacional, tendrán que constituirse como partido local, algo que en la lógica de los institutos políticos meramente estatales, peligraría su mantenimiento para 2027.
El hecho de que Morena y Verde, sin el PT, pierdan la mayoría de alcaldías pero gane la mayoría simple en el Congreso, emite alerta roja en las disputas sobre la preferencia electoral local; si bien, lo federal fue consecuente, el factor preponderante fue el arrastre de la marca con la alta aprobación del presidente López Obrador y la virtual presidenta, Claudia Sheinbaum.
El problema fundamental para Morena Zacatecas, es que ha perdido la oportunidad de sepultar al PRIAN, quien emite una bocanada de oxigeno con las victorias en Zacatecas y Fresnillo, pues coloca a dos posibles candidatos para 2027. Caso contrario, la oposición hubiera quedado en la lona ante la falta de victorias y una senadora -que lo será nuevamente, Claudia Anaya- con un desgaste en la propia estructura del partido y confrontada con todas sus tribus.
Aunque hay que decirlo, la oposición tampoco puede catapultarse y salir a celebrar un escenario fresco y novedoso, porque finalmente, su reconfiguración es meramente coyuntural.
El plano nacional ha dejado un severo mensaje con las aplastantes victorias en varios estados por parte de Morena, incluida la cerrada victoria en Yucatán, aunado al avance en alcaldías y diputaciones en Jalisco por ejemplo, pero en Zacatecas el movimiento ha dejado aspectos aleccionadores que deberán resarcir (si es que hay una verdadera pretensión de que en 2027 se refrende al gobierno estatal).