Por Andrés Vera Díaz
Raymundo Moreno Romero, candidateable desde 2015 por fin pudo obtener una y para diputado federal por la coalición “Fuerza y Corazón por México” al distrito tres.
El licenciado en Derecho por el ITESM, desde hace nueve años ha intentado colocarse en el espectro político zacatecano con nulo éxito. Más inclinado al panismo, trató de amadrinarse con Noemi Luna en primera instancia, luego con la ex alcaldesa priista Judith Guerrero, ahora, en las filas de las rémoras del PRD, primero buscó (de nueva cuenta), ser el abanderado a la capital zacatecana sin ninguna posibilidad de siglado para el Sol Azteca, pero impulsado por Luis Cházaro, ex coordinador de éste partido en la Cámara Baja y quien el 31 de enero del presente año, renunciara a su militancia tras 17 años luego de serias desavenencias con el líder nacional, Jesús Zambrano.
Moreno tras sus consecutivas derrotas pre electorales, fue rescatado en 2021 para ser el coordinador de prensa del grupo parlamentario del PRD, un cargo por el que recibía un monto de 51 mil pesos mensuales. Al mismo tiempo, un ingreso de 6 mil 429 pesos por Servicios profesionales por honorarios asimilados a salarios en el PRD Zacatecas. Aunque extrañamente, no hay acceso libre al contrato de su servicio en el partido local (pues existen otros menos el respectivo), los correspondientes al tipo de convenio establecen actividades como cuidado y atención de estructuras políticas. Por lo menos 15 contratos similares aparecen en el PNT con una erogación de 4 mil a los 6 mil pesos mensuales, para la operatividad del partido que está casi en ruinas en términos estructurales y electorales.
Pero, más allá de una currícula amparada en cargos públicos en gobiernos prianistas, a Moreno se le olvidan las respectivas intentonas para ser candidato a la alcaldía capitalina en 2016 y 2021 con retóricas dispares en la actualidad.. En la primera de las fechas, la pretensión de ser el abanderado blanquiazul fue “impulsado” por el panismo rancio. Acompañado por la entonces ex diputada local, Noemi Luna, Moreno anunciaba el deseo mientras aclaraba que no era militante del partido pero fue invitado por el ex legislador federal, José Isabel Trejo.
“Hoy arranca la época de los ciudadanos en la capital, donde dejaremos atrás el oscurantismo, la corrupción y el cinismo para enfocarnos en recuperar la grandeza de nuestro municipio, atendiendo a nuestros niños, a nuestros jóvenes, a las mujeres y hombres que aquí habitamos; llevando los servicios que se merecen todas las colonias y cuidando nuestro hermoso centro histórico”, alegaba en el registro como precandidato en la sede estatal del PAN, mientras Carlos Peña Badillo era el alcalde capitalino. El hoy dirigente del PRI y quien tímidamente le ha “mostrado” que el tricolor lo acompañará en su candidatura actual, en ese entonces, según las palabras de Raymundo, la ciudad estaba inmersa en corrupción y cinismo. Curioso, Moreno decía la total verdad.
Por medio de su AC, Orgullo Zacatecas, realizaba como plataforma de posicionamiento las llamadas jornadas ciudadanas, eventos en los que visitaba algunas colonias de la capital a las que llevaba atención médica, asesoría legal, comida típica y diversión para niños, según sus propias declaraciones.
“En estos recorridos que estoy realizando, todos los días, por las colonias y las calles del municipio, he constatado que la gente demanda un gobierno que sí cumpla con su función de brindar servicios de calidad como el abastecimiento de agua potable, la recolección de basura, seguridad pública, alumbrado y pavimentación; es lamentable que Zacatecas esté a oscuras y lleno de baches”, manifestaba.
Llamaba a los ciudadanos a “atreverse a terminar con la simulación, con el cinismo y la corrupción que priva en nuestro municipio. “Lo que requerimos es un gobierno donde se permita la participación ciudadana y se atiendan los verdaderos problemas”, arengaba en contra del gobierno priista, a cuyo titular entonces, hoy le guarda pleitesía. Que cosas.
Su trayectoria en gobiernos foxistas y calderonistas no lo acompaña en sus improvisadas ruedas de prensa ahora llamadas “rayonetas” otrora “mañanetas”, ni siquiera un esbozo de la guerra armada contra el narco, cuyas consecuencias hoy se viven aún. Aunque su silencio acomodaticio tiene síntomas recurrentes, tampoco ha reprochado las candidaturas a modo, sobre todo de Miguel Varela, el desesperado candidato a la alcaldía capitalina que según audios, “trabajó” la candidatura plurinominal de su esposa a costa de una serie de animadversiones en su propio partido. Tampoco es afín a referirse a la enorme deuda pública que dejó Miguel Alonso, ni los elefantes blancos ni una época plagada de secuestros y masacres documentadas.
Ese mismo año, tres meses después de su registro, Moreno lamentaba amargamente que no le habían respetado la candidatura. Reprochó que la dirigencia estatal del PAN rompió reiteradamente una serie de acuerdos con el fin de proteger el interés de una sola familia (Medina), que durante décadas ha vivido de la política y dejando de lado el interés supremo de los zacatecanos. En ese proceso electoral, fue la ex diputada local Guadalupe Medina quien finalmente compitió.
En 2021, intentó convertirse en candidato a diputado local con la misma estrategia aunque ya abiertamente perredista. A pesar de los «inconveniente” pasados en los que lo bajaron “a la mala”, de nueva cuenta se lucía con Noemí Luna (como en 2024) y se presentaba como prioridad de “los chuchos” (Zambrano y Ortega).
Ese año, tampoco pudo concretarse la aspiración a ser aunque sea candidato, tras recriminar a Enrique Flores (alonsista de cepa), entonces presidente del PRI estatal que “filtrara” las listas de candidatos a pesar de no estar abiertos los tiempos de registros, pues en las mismas no figuraba, recriminaba que las candidaturas no estaban definidas aún. Finalmente, fue el ex alcalde capitalino Arnoldo Rodríguez el abanderado. El empresario radiofónico que luego se fuera a MC y hoy abandonara a los naranjas, perdió contra Gabriela Pinedo de Morena.
Moreno intentó colarse este 2024 de nueva cuenta a la alcaldía capitalina, esa extraña obsesión por ser alcalde tampoco pudo ser bienvenida. El eterno suspirante fue el comodín en el distrito tres federal luego de la baja de Enrique Laviada, quien no supo mantener ninguna posición siquiera virtual como neo perredista.
Al tiempo pues, Moreno es víctima de sus propias circunstancias y verdugos. Masoquismo político podría ser un concepto a modo para quien de nueva cuenta, intenta obtener un cargo de elección popular con el mismo discurso desgastado, aunque lo haya proferido contra sus actuales socios políticos.