Por Andrés Vera Díaz
Con muchas dudas, Morena dio a conocer solamente a dos nombres que contenderían por las diputaciones federales en alianza con el PVEM y PT. Bennely Hernández en el distrito 1, y Lyndiana Bugarín como carta verde.
La primera sorprendida fue la actual legisladora federal, quien al despertar temprano por la mañana, se encontró con la noticia. La estructura que encabeza de igual forma. Aunque ganadora de la encuesta y reconocida por los propios aspirantes, su trabajo va más encaminado a la Presidencia Municipal de Fresnillo. Aunque habrá que esperar si el acatamiento a la decisión forma parte del acuerdo político para asegurar casi por completo la victoria en dicho distrito federal.
El caso de Lyndiana Bugarín también se pone en duda. Sub secretaria de ganadería del gobierno estatal, no presentó abiertamente la intención de competir; fueron acaso, Julia Olguín, subsecretaria de concertación política, y Armando Delgadillo, diputado local, quienes si movilizaron estructuras. Además, el reciente asesinato del líder ganadero Cuauhtémoc Rayas, esposo de la funcionaria en primera mención, limita una campaña electoral.
Hasta ayer, Bugarín que ya ha sido diputada federal impulsada por el Verde de 2018 a 2021, no ha emitido ninguna señal. Inclusive, ha señalado a algunos personajes que no está en su presupuesto político subirse a la competencia electoral. Entonces, ¿Morena nacional se acotó ahora sí al método de encuesta para definir esas candidaturas e incluirlas en la inconclusa lista? La premura y la indefinición a quien encabece los distritos 3 y 4 siglados para el PT responde a dos situaciones específicas.
La primera, una tambaleante candidatura de Soledad Luévano que con una campaña eterna de puro aire, fue designada cabeza de fórmula, pero aunque existe fotografía que ampara su registro como candidata, no se dio a conocer para dirimir las dudas, al contrario, ha generado más. En cambio, Saúl Monreal se apresuró a publicar la gráfica para emitir el mensaje de solidez en la designación.
El empuje de ciertos grupos que no la reconocen o elevan el tono de legitimidad en las encuestas o fidelidad al proyecto de la 4T repercute inclusive, en la posibilidad de que el Partido del Trabajo se separe de la alianza federal. Geovanna Bañuelos insiste en que la candidatura al Senado le corresponde y aunque le han ofrecido el distrito 4 para competir por una diputación federal y hasta integrarla de nueva cuenta a la lista plurinominal, pretende legitimarse bajo una elección de mayoría que la catapulte para el 2027 en busca de la gubernatura pero bajo condiciones de fiabilidad.
Así pues, comienza a extenderse la idea de que en todo caso, si tampoco se respeta el siglado para el PT en los distritos federales, éste podría competir de forma unitaria al Congreso de la Unión y candidatear a Geovanna en fórmula con Ulises Mejía. También, el planteamiento de que en todo caso, éste último compita por alguna diputación federal y arrecie la división del voto.
Señales abundan, inclusive cuando el local, Xerardo Ramírez, pidió disculpas por que “su partido”, fuese impulsor de David Monreal en 2021, aunque, bueno, en estricto rigor, no tiene ninguna legitimidad cuándo ha brincado en cada proceso electoral de manera acomodaticia y contrario a su dicho, él llegó como diputado gracias al voto aportado por Morena. Xerardo es Xerardo, un simple mensajero pueril de Geovanna.
La incertidumbre ha polarizado a los grupos morenistas, que entre la suposición de que alcancen diputaciones federales “cuadros” de Luis Medina o el propio gobernador, como Mirna Maldonado en lugar de Bennely o Julia Olguín como cambio de Bugarín, encrespa la necesidad de otros para enconcharse en diputaciones locales y ayuntamientos.
Finalmente, llama la atención que no fuesen designados los distritos 3 y 4. Seña inequívoca de que la premura por publicar dos candidaturas tampoco firmes, rebasa el acuerdo político en términos tanto de viabilidad electoral y la pretendida unidad entre grupos y alianzas partidistas.