Por Bennelly J. Hernández Ruedas
¡Pero qué maravillosa es la lectura!, hace unos días conmemoramos el día Nacional del Libro, fecha que surge para incentivar este hermoso hábito, que nos permite conocer, aprender y hacer volar la imaginación, a través de textos.
Desde muy pequeña recuerdo que la lectura fue una costumbre que se me inculcó y que sigo disfrutando al máximo.
Fue mi abuelita, la maestra María Carrillo Sandoval, quien me heredó este peculiar gusto por la lectura. Ella fue la primera mujer de su comunidad El Salto, en Fresnillo, Zacatecas, en ser profesionista.
Para ella, los libros siempre fueron un instrumento que la motivaban a prepararse y salir adelante; razón importante también, para elegir la noble vocación de la docencia, que por muchos años le permitió compartir el placer de la lectura con cientos de niños.
Leer un libro puede ser muy placentero. Además, existe uno para todos los gustos. Sin duda, hay un universo por explorar, cuando hablamos de la lectura.
Podemos encontrar desde los cuentos de ficción, que te permiten viajar a otra realidad con sus aventuras; historias de amor y suspenso con las que, incluso, puedes sentir y sufrir con los personajes; también están aquellas novelas que nos transportan a épocas del pasado, para revivir y entender contextos de la historia o; simplemente, pasar un momento agradable, en compañía de la poesía.
De hecho, está celebración se conmemora los 12 de noviembre de cada año, en alusión al natalicio de una de nuestras poetas mexicanas más importantes, Sor Juana Inés de la Cruz; una mujer que además fue una defensora aguerrida del derecho de la lectura y el saber del pueblo.
Personalmente, les compartiré que mi novela favorita se llama “Arráncame la Vida”, de la escritora Ángeles Mastretta. Me parece una obra maestra la forma en como detalla la historia, considerando que se remonta a un momento en el que la mujer no tenía opinión; a través de la percepción de su protagonista, Catalina Guzmán, exponiendo lo complicado que ha sido para la mujer darse su lugar en la sociedad machista, para lograr tener voz y decisión y; de manera implícita, comenzar nuestro empoderamiento femenino.
En este sentido, puedo decir que la lectura es esa herramienta fundamental para transmitir conocimientos, que favorecen el desarrollo de cualquier persona y sociedad. Es indispensable para el progreso de las poblaciones; prioritariamente, porque permite forjar un criterio propio; reflexionar sobre diversos temas y ser más analítico sobre estos; conocer y tomar mejores decisiones, con base a los conocimientos que se van obteniendo.
Por todo lo antes expuesto, en el marco de esta conmemoración te invito a leer un libro. Si eres nuevo en la lectura, estoy segura que descubrirás lo gratificante que es, abrirlo y apreciar ese aroma tan peculiar que desprenden sus hojas; comenzar a leer y descubrir todo aquello que nos puede hacer sentir, atrapando nuestra atención, hasta concluir sus páginas.
Si ya tienes el gusto por la lectura, entonces te reto a elegir un libro nuevo, diferente a la lectura habitual, para explorar nuevos géneros, nuevas historias, nuevos mundos; pero, sobre todo, a promover juntos esta actividad ejemplar.
Recuerda que, nunca es tarde y siempre hay tiempo, para darle oportunidad al hábito de la lectura.
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