Por Andrés Vera Díaz
Mientras Enrique Laviada rompió todos los récords mundiales en la permanencia de un cargo, deja una vez más en claro que su única ideología es intentar mantenerse en el espectro político pero en nómina. Sin doctrina presumible, penetra estructuras con la única finalidad del beneficio personal.
Una semana, una muerta semana duró como Delegado Nacional del PRD en Zacatecas. Sin más, un documento firmado justifica su renuncia al cargo para buscar una diputación federal. Se lo dije en reiteradas ocasiones, Laviada no tiene intereses gremiales, partidistas o de civilidad política, su idiosincrasia se cierne en velar por sí mismo, porque ante la ausencia de estructuras, debe incrustarse en entes que si las poseen, aunque sea de forma reducida, para colocarse en un escenario, sin que siquiera represente factibilidad.
Así, una tercia de reuniones con los presidentes del PAN y PRI no tuvo más que la sentencia final de exhibirse nuevamente como un oportunista de alto calado. Infructíferas las tres, sirvieron de parapeto para colarse al distrito tres federal, como si fuese la carta que precisamente los partidos aliados dejasen libremente. Seguramente, su pretensión va en la mira de otra plurinominal.
Sin embargo, voces al interior de Acción Nacional y el tricolor, sabían de antemano que Laviada no es garantía de construcción, por eso las reuniones se acotaban a la toma de café y a escuchar con recelo la advenediza posición del ex morenista, ex emecista y ahora ex delegado, en tan sólo dos años y medio en la palestra de un cargo público.
Como una perdida de tiempo, calificaban los acercamientos con Laviada, que al tiempo, ni siquiera fue presumido por los representantes de su propio partido, a excepción de Juan Mendoza, que lo catapultó, pero ahora ni en el propio equipo del legislador amarillo, pretenden navegar mediáticamente a su lado. Hasta diputados locales del FAM, calificaron de “payasada” la aspiración y vidente grosería de abandonar así como así, el interés superior de cimentar la alianza solamente por obtener una presunta candidatura que no asegura nada, al contrario, hasta votos restaría. Así me lo hicieron saber priista de hueso colorado.
Pero mientras el PRD está empeñadísimo en autodinamitarse, pues solamente Mendoza y Miguel Torres recomponen y afianzan estructuras, en el PRI se mueven también por aguas sinuosas.. Carlos Peña se ha parapetado en Pinos y Villa de Cos con el alonsismo de cepa. Guadalupe ni la capital son objeto de armazón. Las enormes diferencias entre Roberto Luévano y la intentona última del equipo del ex gobernador que dejó un desastre financiero en Zacatecas, han dejado al municipio colindante a la capital en un vacío que aprovecha el ex alcalde guadalupense. No será sorpresa si Luévano va por el PAN a la alcaldía. Es que en su propio partido, no quieren revivirlo como aspirante a la gubernatura en 2027.
De ahí que Carlos Peña se constriña a los feudos alonsistas para figurar unidad, construcción y campaña. No es fortuita la entrega de prebendas en los cotos exclusivos. (o acaso ya que reprochan campañas adelantadas, que fue eso pues), para emitir una simple impresión. Mientras Jerez, Fresnillo y Guadalupe siguen en vilo, pues tanto el Tellismo, como Anayismo siguen en la lista de espera. Tanto es el desagrado de esos grupos, que esperan acuerdos de facto en otras latitudes. Es que así cómo. El alonsismo hará campaña para sí mismo, en resumidas cuentas.
En el PAN, siguen acusando a su dirigente Verónica Alamillo de ingenuidad. No ha sabido establecer una campaña de reconciliación interna, porque sigue latente el entreguismo al PRI y su sectaria dirigencia. Algunos de sus legisladores optan por la institucionalidad, pero eso no quiere decir que exista un consenso en el cómo se lleva la ruta del blanquiazul.
Entre tanto, y a pesar de las evidentes diferencias marcadas en Morena, llevan la delantera en el armado de cuadros y acuerdos. Al final, será la institucionalidad la que marque el ejemplo antecedido por candidaturas como en Ciudad de México, Jalisco y Guanajuato, dónde a pesar de que hombres llevaban la preferencia en las encuestas, por la directriz del INE para impulsar la paridad de género, quedarán mujeres al frente de las candidaturas a gobernadora.
En Zacatecas hay simplemente una disputa en términos mediáticos sobre las encuestas, algunas que inclusive daban el triunfo a Claudia Anaya en 2021, hoy se decantan sobre personajes en particular. Eso les quita legitimidad, pero entre que las reales deberán matizar en dado caso el acuerdo cupular, no se puede descartar de facto a Verónica Díaz, que recibió permiso directo del presidente de la República para subirse a la contienda por un escaño en el Senado.
Se lo comentaba en entregas anteriores, Verónica Díaz ya tenía ruta, solamente era esperar los tiempos. En fórmula con Saúl, campaña de aire y tierra probada.