Por Bennelly J. Hernández Ruedas
Las actividades del campo son esenciales para la supervivencia de toda la población.
En nuestro país, la agricultura es una de las más importantes actividades primarias, la llevamos a cabo desde tiempos ancestrales; no solo ha sido una fuente de trabajo prioritaria para miles de familias, nos provee de seguridad alimentaria.
Sin embargo, este año ha sido devastador para la actividad agrícola en algunos estados; entre ellos Zacatecas. Desde los primeros meses se ha experimentado una alarmante sequía, que ha afectado la producción, la economía local; así como la calidad de vida de los productores zacatecanos.
De acuerdo con estudios del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo; el 93 por ciento de la superficie cultivable de nuestro estado, presenta problemas de erosión en alto y muy alto grado; de disponibilidad y uso de agua; así como afectaciones relacionadas principalmente con el cambio climático; como son las sequías, que cada vez son más prolongadas y con lluvias más erráticas.
Según el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el 69.9 por ciento de la superficie de la entidad, se encuentra en condición de sequía extrema; una situación que no se vivía desde hace por lo menos una década, comparando registros de la misma dependencia.
Esto ha estado ocasionando graves pérdidas de cultivos y la nula siembra en miles de hectáreas de tierra.
De acuerdo con el más reciente reporte presentado por la Secretaría del Campo (Secampo); mientras que, en 2022 la superficie agrícola en uso, fue de 1 millón 338 mil 371 hectáreas; este año solo se logró sembrar en 484 mil 213 hectáreas. Es decir, se perdió el uso del 64 por ciento de la tierra, relativo a 854 mil 158 hectáreas.
Desde el mes de julio, el Gobierno del Estado realizó lo propio, solicitando a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), colaborar para que se establezca una Declaratoria de Emergencia para el rescate del campo, exponiendo la situación que está padeciendo.
Sin embargo, han pasado los meses y, cada día que pasa, representa agonía e incertidumbre para cientos de familias dedicadas a esta noble labor de la agricultura y ganadería; motores de economía en nuestro estado.
Incluso, tuve conocimiento por amigos productores zacatecanos que; el pasado 4 de octubre, un grupo nutrido de comisariados ejidales, lideres de organizaciones del campo y productores de frijol, salieron en Caravana con rumbo a Palacio Nacional, en la Ciudad de México; para exigir que se atienda de manera urgente la petición de expedir la Declaratoria de Emergencia.
La atención simplemente no puede esperar más. Por ello, en mi calidad de legisladora federal, es que sometí un Punto de Acuerdo para sumarme a este llamado.
En este documento planteé dos exhortos respetuosos, el primero a la Secretaría de Gobernación para que, a través del Sistema Nacional de Protección Civil, realice la Declaratoria de Emergencia por sequía en el estado de Zacatecas.
De la misma manera, exhortar a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, para que se puedan coordinar acciones que brinden apoyo a los productores agrícolas y pecuarios zacatecanos; a fin de tratar de reducir el impacto que ha causado la grave sequía; además de evitar la pérdida de más cultivos y la disminución de los hatos ganaderos, para la temporada de cultivo primavera-verano 2023.
Necesitamos trabajar en conjunto para el rescate de nuestra tierra; como se ha enfatizo en el actual gobierno estatal; el campo no es un problema, sino una solución y vamos a cuidarlo, defenderlo y fortalecerlo.
Correo Electrónico: bennelly.hernandez@diputados.gob.mx
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