Por Andrés Vera Díaz
No es improbable la participación en la elección de mayoría al Senado de tres exgobernadores zacatecanos. Ricardo Monreal por Morena, Miguel Alonso por el PRI y Amalia García por MC.
De la última saltan dudas, pues el partido naranja tiene pocos activos estructurales y la campaña tendría que proyectarse como coloquialmente se le denomina “de aire”; sin embargo, la ex gobernadora a pesar de que a razón de sus aspiraciones declare que está concentrada en su actual cargo, tampoco contradice la ruta.
¿Y porqué habría de hacerlo? Si bien la intención de voto (que no responde en consecuencia al nivel de conocimiento), es baja para los naranjas, ¿acaso no podrá ir por alguna demarcación ajena a Zacatecas? Ya lo hizo.
Sin embargo, en política todo es creíble o increíble, puede ser MC un esquirol significativo dependiendo de a donde fluya la marea. Por lo pronto, han iniciado con una campaña singular para dejar en claro que “con el PRI ni a la esquina”, más no así con la extensión de Va por México. Jorge Álvarez es amigo íntimo de Claudio X, aunado al hecho, el desligue con el tricolor no emite desacuerdo contra el PRD y el PAN. MC ya ha realizado alianzas del tipo. ¿Y si Ebrard decide integrarse al partido naranja de la mano de los dos últimos partidos? Podría llevar un doble estigma, recabar un buen número de diputados y senadores, así como enterrar casi por completo al PRI. Ojo.
Pero el escenario lleva tintes interesantes, en prácticamente todas las encuestas, Morena ganaría con cualquier corcholata y eso es algo que mantiene a la marca con una fuerza particular, por ende, las campañas deberán ir en la sintonía de la 4T, lejos las personalidades territoriales.
En este sentido, llama el vuelco de Ricardo Monreal a la disciplina “lopezonradorista” más que morenista. Ir contra la figura presidencial no signa positivos dentro del propio partido ni mucho menos con los simpatizantes. Pero entre la retirada de la ofensiva que duró casi tres años, existe por supuesto, la negociación de por medio. En algunos círculos se habla de la Ciudad de México, pero esa posibilidad es lejana, en todo caso, de nueva cuenta curul en el Senado y la coordinación del grupo parlamentario.
Así pues, no extraña que el fresnillense ya tenga una presencia “de tierra” en Zacatecas y lance a sus cuadros a colocar en la percepción que su presencia tiene dedicatoria. El gran problema será si se advierte otra vez, que opera por interpósitas personas en otros partidos. ¿Repetirá el error de Fuerza por México haciéndole publicidad explícita?
Pero hay señales, de que un acuerdo en ciernes con los grupos “antagónicos” en las élites de poder local se va llevando a un puerto de beneficio extensivo. Inclusive, se han zanjado diferencias que se proyectan con reuniones entre legisladores veroniquistas y el propio secretario de Gobierno, fiel cuadro ricardista. El mensaje de unidad se contrapone con la aún promoción de juicio político contra Maribel Villalpando, quien sí o sí, sería la candidata a diputación federal en la zona de los cañones, en dónde tiene su base magisterial y electoral más asentada.
También existiría ya la “orden” del gobernador David Monreal para dejar atrás las pugnas de forma manifiesta, que aún no se asientan totalmente en el Congreso local, dónde Maribel Galván y Ernesto González no se integran a las iniciativas del grupo parlamentario. Ellos también han presentado las propias a manera de dueto. Falta limar esa parte.
Pero no es fortuita la “orden” de David, pues en el aparejo, la delegada de Programas para el Bienestar se inserta en un acuerdo que tiene el visto bueno desde las altas esferas nacionales. Así, la fórmula que se plantea desde ya, es Ricardo y Verónica para el Senado, a menos que en el transcurso de aquí a las definiciones totales, aparezca un acuerdo de mayor calado que le permita al Senador llevar doble mano y dejar a Saúl la candidatura, como originalmente se proyectaba.
Entre los tiempos, el ex gobernador de Zacatecas apuntala campaña aquí y allá, a razón también de no perder terreno contra Miguel Alonso, quien a pesar de haber sido un mandatario endeudaros y pertenecer a un partido casi, casi en la lona, daría batalla electoral. El futuro del monrealismo dependerá de la obtención de votos, que mejor una alianza con sus detractores internos que toparse con dos frentes desgastantes.
Ricardo aún se vende como “corcholata”, pero le ganan terreno en su propia tierra. Narro ha declaró su amor incondicional a Adán Augusto, (aunque el líder del FPLZ descubre epifanías curiosas), se disciplina en la lógica de emparejar la carrera presidencial para equilibrar las bases y unidad en torno al proyecto superior. Así, Ricardo deberá también ir en sintonía, por lo que ya no tiene caso subirse a barcos de confrontación. Craso error irse con Ebrard en caso de una salida intempestiva. Monreal ya no puede darse el lujo de bandear otra vez, debe tenerlo muy en claro.
Desde 1998 que Ricardo no entra a una elección de mayoría de forma frontal. Sería un gran reto arrostrar, si en caso de ganar, darle plusvalía a la marca y sentar bases firmes para 2030.