Por Andrés Vera Díaz
Adhesiones al Sol Azteca se anunciaron como una especie de relanzamiento de cara al proceso electoral venidero. Las incorporaciones como la diputada Zulema Santacruz no prometen mucho, pero se meten a las filas amarillas más bajo la lógica de rabieta, que la consecuencia directa de buscar una recomposición social y política a favor de Zacatecas.
Hasta hace unos meses, Zulema defendía a capa y espada la Nueva Gobernanza y la 4T, basta revisar su postura respecto al primer informe de gobierno de David Monreal, pero fueron denuncias sobre al proceder de su hermano Nestor que como subsecretario de Seduvot se vio envueltos en escándalos sobre presunto abuso sexual, acoso y desatención, pues “curiosamente”, cuándo era funcionario estatal, se le veía más en la Legislatura cabildeando temas para su hermana que atendiendo las responsabilidades inherentes al cargo.
Zulema no es precisamente una diputada que destaque por su trabajo legislativo, incluso, formaba parte de los frentes de ataque contra la oposición a la que hoy se suma porque según propias palabras, “se perdió el voto de confianza, solamente uno o dos funcionarios sirven”, dijo en rueda de prensa escoltada por Nestor. Que contrariedad, que contradicción, que formas.
Zulema presume la obtención de 20 mil votos en el PES. Desde su anuncio al rompimiento con la gris dirigencia de Nicolás Castañeda (y que curiosamente solicitaba el apoyo político de la NG para hacerse del partido), los aspavientos son efímeros. La mayoría de los votos fueron obtenidos por candidatos de mayoría como el caso de Ulises Mejía, Iván de Santiago y Lupita Medina, ella llegó por la vía plurinominal. Que conveniencia achacarse sufragios sin un activismo palpable.
Lo interesante será la nueva retórica de confrontación, ajustada a la nueva militancia y en contraposición al que le sirvió al PES para que entrara por esa vía, con la ayuda parlamentaria de Morena que le endosó una diputación con la hoy presidenta estatal de Morena y así, lograr una infructuosa bancada de dos.
Por otro lado, lo que representa en sí anexiones de verdadero peso, son las de los hermanos Salmón. Carlos, ex candidato del PT en Guadalupe y su hermana Alicia, actual regidora, aprovechan la coyuntura del “boom” que recae sobre “Julio N”. Prefieren desligarse de la otrora alianza de facto y se abren paso a una nueva aventura para competir por la demarcación.
Así, con el acompañamiento de Miguel Torres, levantan la mano para presentarse como una opción ante la reconfiguración de los cuadros de Roberto Luévano, que nuevamente, comienzan a coquetear con el PAN e intenta vender la idea de que bajo la redirección de su estructura (antes entregada al prófugo), puede quitarle a los guindas el municipio.
La adhesión más significativa es la de Gerardo Jiménez, fundador del PT en Nochistlán y a quien no le hizo justicia la revolución. Desde hace dos elecciones, peleaba por la alcaldía, disciplinándose en cada una, finalmente optó por brincar al PRD, dónde prácticamente le entregan la candidatura para ir formando una campaña dura. Su sola presencia le dará una férrea competencia a Morena en la demarcación. Hasta la propia senadora Geovanna Bañuelos lamentó la desincorporación de Jiménez, a quien calificó como una persona excepcional. Por supuesto, detrás del transfuguismo están las pugnas internas en el PT, no es casualidad que se intente minar a otros cuadros que históricamente han llevado la mano en ese municipio.
En días siguientes, se sumarían al PRD la diputada Priscila Benitez, otrora incondicional de Verónica Díaz; así como Enrique Laviada y Cuauhtémoc Calderón. A la espera de que en un año, el restaurantero demuestre su inconformidad si no le toca nada. El promedio de pertenencia a un proyecto político del ex alcalde y ex diputado, es de un año. Legitimidad muy desgastada.
Pero entre las estructuras reales y virtuales que se sumen, el plus se achaca a Miguel Torres y Juan Mendoza, quienes a pesar de diferencias en las formas, aparecen juntos con su líder nacional, enviando el mensaje de zanjar rispideces y arengar por una nueva ruta para el partido, que de más a menos en cada proceso electoral, se juegan el todo por el todo en 2024.
El ex alcalde de Villanueva va por el Senado y el diputado local, dos rutas prospectan su andar, alcaldía o diputación federal; la primera opción parece la más viable, pero dependerá de analizar los números de la pasada elección y si finalmente, el PRI o el PAN lo dejan pasar para competir por un espacio en la cámara baja.
Hasta el momento, se identifican como las voces más altisonantes y de mayor participación política del PRD. Otros siguen lamiéndose las heridas, por su parte, Gerardo Pinedo, el “legislador” fresnillense, no luce, ni hace, ni aparenta.