Por Andrés Vera Díaz
A un año de la “victoria” de David Monreal y menos de un mes para que presente el raquítico primer informe, la oposición partidista zacatecana duerme el sueño de los justos.
Con esporádicos posicionamientos y más perfilados a que sean algunos de medios de comunicación críticos, los que lleven la voz cantante, diputados locales y federales, senadoras, alcaldes y presidentes de partidos “antagónicos” han dirimido sus cuadros en disputas internas más que reafirmar un bloque de franca contradicción a la Nueva Gobernanza.
No se trata de colocar en el escenario público cualquier cuestionamiento per se, pero sí de alinear un esquema que restringa la retórica minimizadora de la administración actual a la tragedia local.
Su problema radica esencialmente en la incapacidad moral para advertir lo que en su momento dejaron de hacer o paralelamente, hicieron en detrimento de la sociedad y la gobernabilidad, pero desde la crítica, han desalojado toda intención de reconstrucción propia.
Inconcebible que por ejemplo, la Legislatura se haya tomado un mes de vacaciones ante la inoperancia que ya estigmatiza su primer año de ejercicio constitucional. La fragilidad institucional y política del gobierno davidista – veroniquista – julietista es un nicho de oportunidad enfrascada lista para servirse en plato roto, pero en la oposición no hay capacidad de conjunción. Desde la derrota de Claudia Anaya (y principal gestora de la desunión partidista por aquello de incumplir acuerdos), la alianza Va por Zacatecas se ha desligado de la agenda estatal.
El coyuntural momento que enlistó al unísono una posición radical, fue en torno al presupuesto 2022 y la pugna en tribunales por el reparto de comisiones legislativas, pero aún así, los propios movimientos en los que se anexan la disputa por la presidencia del PRI y la búsqueda de candidaturas para 2024 en el Senado y diputaciones federales, han procreado disyuntivas políticas – electorales en las que cada quien busca la supervivencia.
Ahora, el impasse esconde la esperanza de que se asignen recursos en las llamadas herramientas legislativas o algún esquema similar a la Estafa Legislativa para encontrar coincidencias. Desde los “despachos” en Plaza de Armas y Ciudad Administrativa, no descartan un tránsito más terso para el segundo año de David, clave para dejar asentadas las posiciones que buscan con ansias álgidas desde la delegación del malestar en su ambiciosa intención de gobernar en el 2027.
Algunas migajas piden a gritos secos en la oposición, que no entiende otra forma de coacción más que la del dinero para sostener con hilos algunas estructuras, porque ante la retórica nacional, la marca arrastra la conciencia manipulable de gran parte del demográfico mexicano.
Sin crítica, estrategia comunicativa, agenda sustentable, lineamientos de construcción social y una renovación palpable, la alianza agoniza en términos de simpatía social. Y aunque la Nueva Gobernanza comparta irónicamente dicha palestra, la oposición basamenta su sobrevivencia en ínfulas de poca monta, o raquíticos guijarros que ni siquiera, son proveídos desde el amorfo poder.
Así, esencialmente la oposición está metida en el limbo de la conmiseración, despotricando por su suerte, pero negando su historia y probable negro futuro. Así, con las manos amarradas por probables imputaciones con la Estafa Legislativa, las cuentas públicas y denuncias preparadas pero guardadas en el cajón de la urgencia mediática, tratan de salir del pozo cavando en el mismo sentido.
No tienen planeación, agenda común, ni siquiera la organización de un contrainforme gubernamental con datos estadísticos. Se han disminuido en “hacerla de tos” una que otra vez. Mientras cada quien cuida su cotito de poder, Zacatecas registra incapacidad política de grandes proporciones. Caso manifiesto, ni siquiera el presidente del PRD estatal había informado a su dirigencia nacional del encuentro con la Secretaría de Gobierno, «comandada» por Gabriela Pinedo. Es que… a ver que migaja reparten, pero no alcanza para compartirla.
Rayan en la soberbia pero al mismo tiempo, en la inocencia; le creen a Laviada las estrategias y se dejan engatusar por palabrería barata. Otros, sienten que son grandes políticos y descubridores de hilos negros. Acostumbrados a parece para ser, intentan hacer gala de conservadurismo.