Por Andrés Vera Díaz
El Partido Encuentro Solidario fomenta otra estructura de poder mínimo para entrar en el intercambio de favores políticos, acotado a la mera representatividad por siglas en la Legislatura, la pugna entre rémoras desvanece cualquier intento de convertirse en una opción viable.
Dos veces ha perdido el registro, a pesar de ser “aliado” de la 4T con la particular encomienda de adentrarse en cotos eclesiásticos y sus respectivas jerarquías, el PES no pudo colarse entre las filias duras del panismo (solamente en Zacatecas con Lupita Medina, quien ya añora sus tiempos en el blanquiazul) , pues la burda ideología de ser derecha de la izquierda desnudó aun más a una clase política que comulga de dientas para afuera con causas verdaderamente sociales, pero expía los pecados de sus miembros; en este sentido, fue pura coincidencia de formas y no de fondo.
De hecho, Encuentro Solidario intentó ser la válvula de escape para algunos morenistas como Iván de Santiago y Ulises Mejía, quienes debían amortiguar un discurso ligado a la religiosidad católica , sin embargo, ni el estigma de fe pudo contra el uso faccioso de los programas sociales y la indiferencia de la dirigencia en manos de Nicolás Castañeda.
Hoy, con apenas el 3.11 de la votación lograda y prácticamente gracias al trabajo de Medina, Mejía y De Santiago, el PES logró colocar una diputada plurinominal hermana de quien por debajo de la mesa, coqueteaba con poco pudor con el “davidismo” en el proceso electoral. Encontrar mecanismos de supervivencia con la evidencia de que los Santacruz ya no comulgaban con el petismo “bañuelista” y tampoco con los grupos ligados al acérrimo enemigo del monrealismo (Ulises Mejía).
Ese coto de poder tiene a Nicolás Castañeda nervioso, con presunta participación en la Estafa Maestra y (contratos vinculantes existen en poder de periometro.mx), pues sin el manto protector ya no tendría ninguna excusa para darle rienda suelta a una investigación que avanza a tientas, pero cuya carpeta está en manos de la FGR e implicaría también a Pedro de León con otros jugosos convenios con la UAZ (también en posesión de quien redacta).
Se anexa que el partido, con singular omisión, no dejó participar a varios aspirantes en municipios y distritos, de eso daban cuenta algunos afectados durante el proceso electoral. La típica estrategia que negocia por “default” con tribus de otros partidos para la obtención de cargos. Digo, lo vimos en el quinto distrito cuándo no se impulsó a Raúl Ulloa para dejar pasar en Morena a Ernesto González. Al tiempo supongo ya se han de haber arrepentido los davidistas.
Por otro lado, Alberto Campos quien alardeaba ser el mandamás de la Feria Nacional de Fresnillo en 2019, y que tras presuntos pedimentos de moches a proveedores y organizadores se le despidió del equipo de Saúl Monreal, ahora busca apoderarse del partido en un contubernio que a nadie convence. Tras la pifia en El Mineral, Campos se dedicaba a vender libros de Ricardo Monreal en cafés de la ciudad capital, esperando el momento oportuno para “desligarse” del monrealismo que lo había vomitado, se adhirió al PES en una campaña por la alcaldía de Guadalupe que no lució. Con un vergonzoso noveno lugar, ahora quien en su momento abdicó por Osvaldo Ávila del PRI y Claudia Anaya de Va por Zacatecas, dice que merece ser el nuevo dirigente del partido porque él aportó para la permanencia del registro.
En base a resultados, sí, risibles a toda costa ante su nueva pretensión, alega que la dirigencia no le aportó apoyo, pero él tampoco al abdicar por una alianza antagónica en términos de simpatía política con la 4T. Los números no se les dan ni a él o a Castañeda, quien ignora el padrón de militantes. Claro está, ni es construcción ideológica ni de estructura, es redirigir la renta de espacios para su vil conveniencia.
Y he aquí el meollo del asunto, tras la aspiración de Campos estarían involucrados los Santacruz, quienes desde ya, intentan adueñarse del partido para que sea otra válvula de escape en 2024, impulsando otro feudo familiar con el visto bueno de David Monreal, cuyo interés por pulverizar la siguiente elección para mantener el virtual poder legislativo lo tiene nervioso apenas en 2021.
Zulema, la única legisladora “surgida” de Encuentro Solidario no tuvo empacho en doblegarse ante el nuevo oficialismo, a pesar de lo dicho por Castañeda, en que el partido no tiene actualmente alianzas, la única ficha “representativa” se mantuvo algunos días a la expectativa, esperando que los enjuagues también beneficiaran a Néstor, su hermano y “vicepresidente” del instituto político, quien pendiente del teléfono está para responder una invitación a formar parte del gabinete ampliado de la “nueva gobernanza”.
Por lo pronto, los «cuadros» significativos ya no están. Mejía intenta retornar al morenismo, De Santiago en la congeladora, Medina coquetea con el PAN de nueva cuenta, Ulloa perdido en el limbo, y Javier Calzada a la espera de que Amalia García le de un signo para incorporarse a MC: