Por Andrés Vera Díaz
David Monreal adormecido por la soberbia típica del poder, no ha comprendido en absoluto el papel primordial de ser “gobernador”, tan ensimismado se encuentra, que ha preferido “amortiguar” toda la crítica de un primer mes con más errores inducidos que aciertos encausados por la suerte.
Al problema de la crisis financiera, ahora se anexa una terrible ola de inseguridad que contamina la capital del Estado. Y aunque el pretexto sea el pasado, (con cierta razón), la realidad es que los delitos del fuero federal relacionados al crimen organizado no han podido ser minimizados en el actual gobierno de la República, de tal forma que ese discurso que pretende ser trasladado a un plano localista, no tiene razón de ser cuándo las herencias han sido admitidas por el inconveniente pago de requerimientos de asociados a la cuatroté. Solamente recordemos la proveniencia de Arturo López Bazán e inclusive, su participación directa en el pasado proceso electoral. Pero, ante la podredumbre, son imperativas soluciones y no más pretextos,
A un mes del triunfo, el “gobernador” se ha encargado de crispar el ambiente político pero ni siquiera con la intención de minimizar a la oposición partidista, sino alrededor de su propia burbuja. Sin embargo, ante un nulo júbilo social que ya observa con recelo y prudencia el proceder de sus gobernantes, la “nueva gobernanza” se cierne sola. Entre una disparidad de declaraciones, manifiestos y libracos, los hechos contrastan en sentido completamente contrario.
Queda más al descubierto la parafernalia propagandística en campaña, en la que como en tiempos de Miguel Alonso, se vendía la idea de cercanía y amistad con el presidente, emitiendo el mensaje de que esa sería una solución per se a toda la problemática estatal. Hasta el momento, las señales son de total rechazo desde Palacio Nacional, y ya hemos hablado que una de las principales razones ha sido la promoción del rompimiento político – electoral de Ricardo quien fiel a su estilo, alardea con abandonar el barco, pero queda en la mera amenaza. No tiene tablas para tal efecto.
En contraste, otras entidades como Michoacán ya han tenido el espaldarazo del propio López Obrador en dos temas de igual magnitud para el caso zacatecano. En gira por el occidental Estado, el presidente anuncia prácticamente la federalización de la nómina educativa y el envío de más de 9 mil agentes para reforzar la precaria seguridad. El gobernador Ramírez Bedolla ha sido bendecido con el Plan de Apoyo para Michoacán y con la simple presencia del mandatario nacional, éste manda un mensaje obvio en las preferencias políticas que deja a un lado a Monreal. Recordemos también, que Ramírez inclusive antes de rendir protesta, ya había entablado procesos de gestión que ahora, por lo menos queda asentado en un compromiso presidencial y a tan solo 10 días de que el nuevo gobierno entrase en funciones. En Zacatecas, a un mes, ni reunión con el presidente ni solución, solamente caos y procrastinación.
Pero más allá de que David resbale con sus propias contradicciones, la oposición partidista parece más enfocada en presumir fotografías superficiales en redes. “Comí aquí”, “día de maestría, “día de doctorado”, ”beso con el novio”, y “aquí en capacitación de autoridades electas”. Los únicos que han podido entablar un debate con cierta holgura y atención han sido los diputados Juan Mendoza. Enrique Laviada y José Luis Figueroa, quienes además de promover los errores discursivos de los lacayos monrealistas, han elevado de simples posicionamientos a proponer soluciones a corto plazo, pues la urgencia lo amerita.
De ahí en más, el PRI está a la expectativa y coloca posicionamientos demasiado ocasionales (para evitar por inacción, permear aún más la sensación de entreguismo por goteo), que profundidad y análisis. Un Jehú Salas gris, haciendo gala de su paso por la Secretaría General de Gobierno; y una Gabriela Basurto tratando de marcar frontera por su paso en Finanzas, pero con el peligro constante de trastabillar al actual alcalde capitalino y desviar también la atención en cuánto a la nula efectividad para que la nómina magisterial fuera federalizada en el quinquenio pasado, trata de salir a flote en una bancada legislativa temerosa y frágil.
Por otro lado, el tricolor no ha podido consolidar un bloque de alcaldes que trate de darle cierta contención a las imposiciones que busca el gobierno estatal en su franca búsqueda de cuadros condicionados por medio de la “superdelegada” Verónica Díaz; al contrario, algunos munícipes deben emitir catársis en redes sociales en franca soledad. El presidente del partido está inmerso en la batalla de la repartición de migajas como los Órganos Internos de Control, dónde la ex candidata a gobernadora, Claudia Anaya, solamente pudo obtener uno de los 3 principales. En la capital pudo acomodar a su hermano, pero en Guadalupe y Fresnillo, fue Roberto Luévano quien le ganó la partida para poder endosar esa posición como sea conveniente; curioso que lo inconveniente es un vil rechazo al alcalde de Pinos (cuadro de Lúevano y Uribe), pues el desgobernador tampoco le extendió siquiera una mínima cortesía diplomática.
Otra seña de la unidad que se sostiene con hilos, es la Reforma Eléctrica. El PAN nacional está totalmente en contra y así lo han dejado ver tanto Noemí Luna como Miguel Varela, quienes han emitido sendos comunicados en sintonía con la línea mayor; sin embargo, los demás diputados del bloque aún están a la espera de las negociaciones. Miguel Torres, quien se asume ahora como el gran estratega para lograr un presupuesto para Zacatecas equilibrado en 2022, por el simple hecho de que integró la Comisión en la Cámara Baja, tampoco ha mostrado ni siquiera visos de ser contra posición a la nueva gobernanza. Temor fundado a que le rasquen a las finanzas públicas de Villanueva, en el que en varias ocasiones presumió la gestión de grandes bolsas de recursos y que en mínima medida se vieron reflejados en las calles y economía del municipio.
La oposición claramente ha tenido su referente en la prensa no alineada. Reconocida por el mismo Ricardo Monreal y hasta en el pleno legislativo pero con la risible particularidad de calificarla de “desestabilizadora”, son seis plumas las que le han dado a sectores de la ciudadanía elementos duros para exigir sus derechos inalienables. Mientras tanto, algunas legisladoras emanados de la siglas tricolores, llaman a parlamento abierto para delinear la intención de voto en la Reforma Eléctrica aún y en contra de sus propios estatutos partidistas, pero también, en franca contradicción con la aprobación sin pestañeo, de la Energética impuesta por Peña Nieto.