Por Andrés Vera Díaz
Perdido entre fiestas de cumpleaños y la creencia de que gobernar es un día de campo, David Monreal se ha topado con duras realidades. El “mandatario” que no manda, está acostumbrado a desarrollar la política como un espectáculo telenovelesco.
Tras prácticamente estar 12 años en campaña, el verdadero cachorro del monrealismo no puede ni siquiera conformar un gabinete legal ni mucho menos ampliado. Su falta de liderazgo en su propio equipo ha favorecido el confrontamiento entre los “suspirantes” usados aún como fuente para resistir el desencanto social que ya tiene consonancia poderosa a tan sólo diez días de rendir protesta, y el otro grupúsculo de trepadores que le mal asesoran para inclusive, promover una rebelión contra el gobierno federal.
David no puede decirse sorprendido, sin embargo, no calculó por la procrastinación tan palpable en su mediocre proceder, de que la base trabajadora no es leal por simple filia o simpatía. No logra entender que emulando de forma tan burda al presidente López Obrador no es un activismo político que le corresponda en el capital social. Ni siquiera está cerca de corresponder la astucia de Ricardo (en sus mejores tiempos) y la altura de miras de Saúl.
A 24 años de tener cargos públicos de “relevancia”, David no logra ni siquiera comprender la pureza de la actividad política. Todo es simulación, condicionamiento y encono para él. Sin embargo, lo más repudiable es lograr entender en la línea de tiempo, que con una docena de años en campaña y bajo la coyuntura política que propició su hermano en el Senado, las cosas han dado un vuelco tan gradual que el retorno parece ser imposible.
De aquí se desprende la inoperancia política que trata de ser justificada con el ramplón “todos los estados presentan la misma condición” según leí en una nota en la que entrevistaban a Rafael Flores Mendoza. Esa contraposición se extenderá entonces al ¿“la inseguridad está igual en todos lados”?. Tenderle la cama a David para que duerma el sueño de los justos no cabe en un personaje que ha buscado la gubernatura en tres ocasiones y presentó un libro sobre el diagnóstico de Zacatecas.
Esa inoperancia si es contrastante y vaya que si existen “otros datos”. Dado a conocer por medios nacionales y resumido de excelente forma por la periodista Lucía Medina en su página “Colmena Informativa”, se confirma que en otras entidades si hubo capacidad de gestión y altura política (que en párrafos más adelante describiré la debilidad de David y Ricardo).
La nota informativa dice: El gobernador electo de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla logró 3 mil 822 millones de pesos de parte de la Federación para pagar la nómina magisterial.
De acuerdo a lo publicado en la cuenta de twitter de Ramírez Bedolla, esta gestión se inició el 21 de julio, y se formalizó el 8 de septiembre, con el acuerdo de que Gobierno Federal absorba la nómina magisterial de agosto a diciembre de 2021.
Si bien el proceso para hacer las transacciones financieras tardaría de 8 a 10 días naturales, esto permitirá al gobernador electo Alfredo Ramírez Bedolla tener resuelto el tema el día 1 de octubre cuando tome posesión del cargo.
Con esta gestión, Alfredo Ramírez Bedolla obtuvo mil 440 millones de pesos para pagar adeudos de la administración encabezada por Silvano Aureoles, correspondiente a quincenas atrasadas del mes de agosto y septiembre y bonos que se adeudaban.
En tanto 2 mil 70 millones correspondería al pago de salarios y prestaciones para lo que resta del 2021, mismos que serían responsabilidad del todavía gobernador electo.
Bien, la gestión de Ramírez Bedolla más que procrastinar un tema de suma importancia para “legitimar el discurso de culpar al pasado”, entendió que la transformación inicia con la resolución de problemas, no con el mantenimiento retórico que palie la ineficacia política. La nulidad de la “nueva gobernanza” tiene su principal arista en no conformar un gabinete que atienda los inmediatos requerimientos, si no ¿para qué quería ser gobernador?. La lista de prioridades saltan a la vista.
Pero más allá de que “el gobernador” metido en pugnas internas que buscan cotos de poder y entre los que se encuentra el “ricardismo”, fue su propio hermano mayor el que ha colocado a la entidad en una encrucijada tal que la Federación responde con el desprecio al “poderío” de la marca fresnillense. La sucesión adelantada que promovió Ricardo desde la Jucopo alertó a Palacio Nacional que ha visto en la figura del Senador a un esquirol político – electoral cuya operación minó al principal bastión de Morena en el país.
La demostración del poder nacional ha quedado de manifiesto al no incluir a la entidad en proyectos de infraestructura y en la erogación de recursos extraordinarios para el pago de la nómina magisterial. Se trata de darle un mensaje claro y evidente al monrealismo de que no tendrá jugada amplia para que capitalice su proyecto superior, la candidatura del Senador a la Presidencia de la República. ¿Porqué luego de entregarle la coordinación del grupo parlamentario, Zacatecas y dejarlo influir en la colocación de candidatos en otras entidades para devolver el pago con la división y el esquirolaje, la Federación debe además proveerle de bonos para alzarse como un héroe?.
Por supuesto que el desastre financiero tuvo una responsabilidad directa de gobiernos anteriores, pero además, hay que recordar que fue Ricardo el que dotó de un aguinaldo de 90 días al magisterio zacatecano, ¿De eso no hay memoria?. ¿Cómo es posible que ahora David y compañía aleguen que la no incorporación de la nómina a las arcas federales es en base a cochupos de los líderes sindicales?. Raro, ¿no?.
Pero regresemos al tema anterior, la falta de atención ha quedado patente. Ni a Soledad Luévano ni a otros legisladores les han dado el trato personalizado. Seguramente la tesorería nacional habrá de erogar el recurso, pero el estiramiento de la liga tiene la intención de emitir ese claro y altisonante mensaje. Será la Federación quien rescate y no se caerá en responder las exigencias de forma inmediata ante un grupo que además promueve la división interna de Morena, da visos de transfuguismo rumbo al 2024 y además, gesta una marcha a la Ciudad de México como lo hiciera Ricardo durante su sexenio para alimentar rebelión y afrenta directa hacia Amlo.
La “avanzada” de Ricardo para victimizarse de nueva cuenta tiene esa arista. Puede encontrar el pretexto perfecto para abandonar al movimiento, pero al mismo tiempo, las alas rígidas de Palacio Nacional dejan que el fresnillense vaya marcando su ruta, pues Zacatecas como bastión para una aspiración trascendental no cuenta con el peso necesario. Representa un raquítico porcentaje electoral y de aportación al PIB nacional. Así de dura es la política.
De buena fuente me han comentado que ni el Presidente ni el Secretario de Hacienda reciben las llamadas de David y Ricardo. La orden es que se alineen ante el secretario de Gobernación. Lejos han quedado las fotografías llenas de presunción que exhibía Ricardo desayunando con López Obrador, y en el marco de un gobierno zacatecano emanado del monrealismo, es una funesta seña.
Ahora, David con una espantosa comunicación política, prefiere comer tamales en la inauguración de un pozo y entregar obras que elaboró la administración tellista en un alarde de indiferencia a los miles de profesores, jubilados y pensionados que se han manifestado. Tras aseverar que acompañaría al magisterio, ahora relanza ese discurso insípido en la comodidad del despacho de gobierno. ¿Qué esperará para apersonarse en la Ciudad de México?. Pues la respuesta es: no lo atenderán, prefiera evitar el rechazo y mejor emitir alocuciones arquetípicas sin efecto real.
Lo curioso, es que su propio grupo parlamentario rechaza una iniciativa de la oposición para darle acompañamiento al «gobernador» y que el tesorero local compareciera ante el pleno, ese secretario de Finanzas que transitó seis meses con Tello y es ratificado. Posteriormente, se aprueba un «exhorto» con la misma lógica pero porque fue presentado por la bancada monrealista. Infantil a todas luces la conducción política de quienes culpan al pasado, llaman a la unidad, la rechazan, ratifican funcionarios conocedores de la problemática financiera y luego, avalan la gestión sintonizada.
Apenas van 10 días.