Por Andrés Vera Díaz
En días pasados surgió el rumor de que Cuauhtémoc Calderón sería el nuevo dirigente estatal de Movimiento Ciudadano en Zacatecas. Luego de quien redacta publicase en Facebook a manera de cuestionamiento si esta posibilidad sería gestionada por la propia Amalia García Medina, diputada federal en funciones por el partido naranja, muchas interrogantes han surgido en entes como la propia cámara baja del Congreso de la Unión y la actual coordinación de dicho partido en Zacatecas.
Las dudas razonables se han cernido sobre todo porque la ex gobernadora de Zacatecas, desde que asumió ese mandato se ha conducido como antimonrealista de cepa, aunque en algún momento coincidieron como parte de la cuatroté. Las diferencias políticas siempre han estado sobre la mesa.
El monrealismo achaca a Amalia una de las llamadas “infamias” que el Senador ha plasmado en su libro de victimización. El caso de las bodegas llenas de marihuana pertenecientes a la familia fresnillense, se dice, fue una obra mediática y legaloide de la actual diputada emecista, pero eso ha quedado en los anales de la historia.
Sin embargo, resulta por demás curioso que la intentona del empresario restaurantero, ahora vinculado con el “ricardismo” para apoderarse de MC en Zacatecas sea impulsado desde el seno de García Medina. Primero por la irrelevante suspicacia emitida como “filtración” de que ya existiría un acuerdo entre ambos en donde el fondo resulta evidentemente antagónico, y por supuesto, que Calderón así, de la nada, tenga las tablas para erigirse como un junior evidentemente con proclividad a la derecha en un partido que se dice de izquierda. Ese es precisamente el reproche que le conceden las bases de Morena por erigirse como un supuesto simpatizante de la Cuarta Transformación.
Pero además, Amalia no está interesada en entrometerse en la vida partidaria de su nuevo instituto político con ese afán de adueñarse con la extensión de tentáculos como si lo hace Ricardo, quien siempre asume “amiguismo” en diversos partidos con el objetivo no del acuerdo, sino de impulsar su figura.
Por lo pronto, MC tiene la intención de recobrar presencia aunque sea mediática en la entidad y está abierto de puertas, con las consecuencias que esto conlleva, por tal motivo, pláticas avanzadas hay para que Enrique Laviada, declarado pastor de Ricardo se declare diputado emecista en la próxima legislatura. “Y hasta conforma bancada con otro”, resuenan algunos tambores.
Aunque como ya es sabido, Laviada no cuenta con afinidad en el grupo cercano a David Monreal, pretendería junto a Calderón ser un contrapeso contra quienes en la misma campaña tuvo diferencias de fondo. Lo que no cuadra, es que pretendan auto asumirse como un equipo antagónico a David pero con el apadrinamiento de Ricardo. Dudo mucho que aunque existan obviamente preferencias políticas a favor de uno u otro personaje, se confronten en el escenario que busca el aún coordinador de Senadores de Morena, que es la candidatura presidencial por el partido guinda. En todo caso, que se reavive una bancada y equipo proelectoral desde MC con la venia de Ricardo y el dueño de MC, Dante Delgado, emitiría la señal de un acuerdo superior. ¿Dante se atreverá a desafiar así a Amlo con las lógicas y evidentes señales de minimización hacia Ricardo?.
Y es que por lo menos en entidades como Nuevo León (cuyo caso no es menor por la importancia que representa en el plano económico – electoral), Amlo acordó no meter las manos para que pasara Samuel García y se obtuviera el segundo estado para los naranjas. Amlo dejó a la deriva a Clara Luz y que muriera en la intención electoral, dando un claro mensaje de cordialidad y acuerdo con Dante, pero en contraste, en una polarización que se añade a la lista de traiciones de Ricardo, el fresnillense le tendió la mano a Adrián de la Garza, candidato por el PRI en dicho estado.
Sabemos que Ricardo siempre manda esas señales a la ahora oposición para ganar adeptos, pero al tiempo, encara al presidencialismo duro y al cuerpo íntimo de Amlo, (quienes siempre verán contradictorias las defensas en el espectro mediático de Ricardo), con pactos en lo oscuro, con los adversarios neoliberales – conservadores.
Pero también hay otra contradicción, Ricardo también operó en contra para que en Durango MC no obtuviera la capital del estado en 2019, pues en ese año, el Senador le ofreció a quien aventajaba las preferencias ser el candidato de Morena para después planchar su negativa en el propio Comité de los guindas, así, José Ramón Enríquez Herrera tuvo que retornar al partido de Dante con una deslegitimación que cargó a cuestas y perdió la elección ante el PAN:
El monrealismo ya tuvo alguna vez la dirigencia naranja en Zacatecas con Saúl. Dos diputados conformaban su bancada, César Deras (cuyo paso fue mas negro que oscuro) y Soledad Luévano, cuyo enfrascamiento contra Miguel Alonso le dio el plus para luego saltar a Morena. Sin embargo, el partido ahora sin registro estatal, no tuvo tablas suficientes para que fuera considerado por Monreal como una franquicia rentable, sino solamente trasladaron a su grupo bajo la máscara guinda a quienes únicamente pertenecían a la marca familiar.
De tal forma, que con todos los antecedentes previos, resultaría para MC un suicidio político incorporar personajes ligados a quien desde Palacio Nacional está más que coptado. Las señales no dan pie a la duda. Sin embargo ya lo declaró Ricardo, buscará ser candidato presidencial por Morena “u otro lado”, Así lo dijo de forma explícita. Pareciera que la primera intentona está en marcha, pero no bajo la operatividad de Amalia García.
Por lo pronto, el actual dirigente de este instituto político, Felipe Álvarez, padre de Jorge Álvarez Maynez, señala que el partido está abierto a nuevas incorporaciones como la de Calderón y Laviada, pero no en la ruta de que se conviertan en dirigentes estatales. “No hay las condiciones” me ha comentado el ingeniero.
Será antes del 4 de diciembre del presente año cuándo en una Convención Estatal, cobijada por la dirigencia nacional se nombre a un nuevo dirigente. De ahí la premura de Cuauhtémoc para soltar aspavientos de que él ya tiene planchado el tema.
Lo curioso es que aún y cuándo MC le ha votado algunas iniciativas a Amlo y el presidente respondió cediendo Nuevo León, el partido naranja se asume como oposición a la cuatroté y es el propio Jorge Álvarez que en la 65 legislatura federal quien ya ha comenzado con duras críticas al gobierno nacional. Inclusive, hasta calificó de fallida la administración de Amlo y le reprochó el “abandono de la agenda progresista”. ¿Entonces, cómo cederle al monrealismo la dirigencia de MC en Zacatecas?. Lo que me han insistido, es que Amalia nada tiene que ver con “el acuerdo” que algunos ya afirman como asentado.
MC sería otra ruta para cumplirle a quienes no entraron como candidatos en 2021 y darle algo de juego a los que tampoco formarán parte de la «nueva gobernanza». Es decir, MC sería el otrora Fuerza por México de Ricardo. Quien sabe, capaz que veamos a Catalina Monreal de repente con atuendos naranjas.
Por lo pronto, Calderón ya añadió a su guardarropa algunas prendas de este color, donde hacen vecindad con guindas, verdes, azules.