Por Andrés Vera Díaz
David Monreal aún no inicia formalmente “la nueva gobernanza” y ya tiene sobre cuesta el rompimiento de los partidos con cuyas siglas “apuntalaron” su candidatura espuria al gobierno del estado.
En el partido dominante no solamente se enfrasca la pelea por la dirigencia estatal, sino que en el próximo grupo parlamentario también hay visos de que no habrá totalitarismo en las iniciativas y reformas que impulse el Ejecutivo. Los posicionamientos políticos polarizados también encontrarán sintonía y esos, habrá que seguirlos con puntualidad. Enrique Laviada sigue promoviendo el divisionismo interno en el prácticamente desaparecido D21, y a razón de que vendrán una serie de damnificados que hasta traicionaron al PRI para sumarse a lo que de forma risible llaman “nueva forma de gobernar”, han sido desplazados en la toma de decisiones y futuros cargos. Así, naturalmente, Laviada ha encontrado cierta sintonía de la mano de Cuauhtémoc Calderón. Aunque por los antecedentes de ambos, seguramente están presionando para obtener “beneficios” por otro lado. La “rebeldía” durará entre los flujos de momios, ¿Quién da más?. (Léase textual).
Sin embargo, la nula visión prospectiva y extensiva del grupo monrealista (que cree que solamente desde, por y para los cargos públicos se teje la política de “conducción” local) encontrarán en la próxima legislatura un rechazo intrínseco de las bases trabajadoras cotizantes en el Issstezac. Desde ahora, ya se vislumbra que de las primeras reformas que se aprobarán en la siguiente legislatura es precisamente la del instituto de trabajadores. Mancha inicial ya en el oficialismo y eso seguramente encontrará rescoldo en el proceso electoral del 2024. Los sindicatos ya dieron muestra de poder detener albazos y aunque el monrealismo y aliados la den en el próximo periodo ordinario, no podrán ni con toda la publicidad mediática defender la omisión ante la corrupción en dicho organismo y el “bacheo” que deberá pagar nuevamente la clase trabajadora.
Al respecto, el divisionismo ya se hace patente en otros grupos parlamentarios. José Figueroa “El Cepillo”, (declarado antmonrealista) ya manda señales de no sumisión ante la despotricada ambición de la marca . Con mensajes sutiles desde su propio equipo que lo acompaña históricamente, declaran que no serán uno más del montón ni serán chivos expiatorios del gobernador “en funciones”. Al respecto, Xerardo Ramírez que así, de un mes a otro resultó ser defensor y promotor de la 4T, mediante un comunicado de prensa manda señales duales; por un lado se dice listo para observar el proceso de reforma al Issstezac tomando en cuenta a las bases y por el otro, se declara aliado total de David. Sí, a la vieja usanza, Ramírez quien fuese candidato del PAN-PRD, asociado político en el gobierno de Miguel Alonso y mediocre funcionario del quinquenio saliente, ha encontrado su vocación en dar bandazos discursivos sin ton ni son. Con su singular cinismo, en un par de charlas comentaba el poderío en la simpatía hacia Morena (ni siquiera al partido que lo impulsó) gracias a la vacunación contra Covid y los programas sociales. Se trata pues, de adherirse al poder sin importar ideologías ni misiones. Ya lo veremos en 2024 o 2027 en otro lado, todo depende de las coyunturas.
En Nueva Alianza tampoco existe la certeza total de unidad. Soralla Bañuelos se encuentra en un dilema especial. Defender los intereses gremiales del SNTE o rendirse a la voracidad monrealista sin advertir que su “capital político” se deslinde ante la gran posibilidad del albazo al Issstezac. Por lo pronto, aunque seguramente pedirá licencia para desmarcarse de cualquier decisión que se tome, tiene enfrente otra disyuntiva. Susana Barragán, hija de uno de los realmente cercanos a David, Roy Barragán, aún está a la espera de ser parte del grupo parlamentario del Panal pero con la mirada a ser la coordinadora y poder tener voz y voto en la Crycp. En caso de no ser así, seguramente la joven legisladora y que tiene el peso de ser la más votada en el proceso electoral anterior, brinque a la fracción de Morena para asegurarse prospección política.
En el Verde tienen las cosas más sencillas. Lo único que deben cerrar es la configuración de su grupo parlamentario. Ese partido no tiene voz ni pensamiento único, simplemente reciben órdenes sexenales. La también joven diputada e hija de Jorge Miranda, tiene ya la mano alzada a todo lo que delineé el Ejecutivo.
Morena, la causa plena
En Morena Zacatecas la lucha por aparejar al lopezobradorismo con las causas que asume el Presidente de la República, al tiempo de diferenciar el real propósito del monrealismo está encontrando puntos álgidos.
Omar Carrera sigue empecinado en arrebatar la dirigencia estatal del partido a Fernando Arteaga y los históricos. La intención de hacerse de las prerrogativas (para otorgar contratos inflados y meter en nómina a quienes nunca construyeron partido ni se asomaron en años como miembros del actual Comité), como forma de pagar cuotas a “quienes se la jugaron con David”, además de pretender “acallar” a la disidencia monrealista, quiere coptar (más aún) las candidaturas futuras para amarrar una red caciquil desde ahora y con miras a la sucesión en 2027.
Sin embargo, la armazón de una red antimonrealista está configurándose en buenos términos y tiene sorpresas políticas a largo plazo. Con la venia de entes superiores, no solamente darán la batalla por el partido, sino contrarrestando desde las bases la intromisión de actores con vulgar ambición y que ni siquiera promueven la revocación de mandato ni hicieron lo propio con la Consulta Popular. La diferencia más que marcada se asienta ya bajo cimientos precisos.
El monrealismo quiere adueñarse de toda estructura, tanto la paralela que bajo la proyección de la virtualidad han construido como de las reales, y pretenden expulsar del partido a quienes compitieron por el PES en el pasado proceso electoral. Entre quienes están en la lista negra como Ulises Mejía, Iván de Santiago y compañía, tienen ya planteado un escenario para enfrentar desde otras esferas al caciquismo reciclado llamada “nueva gobernanza”.
Existen procesos legales en instancias partidarias y ante órganos de justicia del estado por usurpación de funciones y la compra del edificio del partido supuestamente bajo procesos corruptos, pero toda la documentación que posee Arteaga tiende a demostrar que es sólo una jugarreta infame de Carrera para dinamitar a la opinión pública. Lo ridículo del asunto, es que el aún diputado entierra en lo más profundo de su cúpula las triples nóminas de asistentes, los contratos con precios inflados y la intentona de meter en “nómina” a más de cuarenta cuates, compadres y familiares. Pero que infamias, ¿no?.