CdMx.- De enero a septiembre, la Procuraduría de Justicia del Estado reportó 53 averiguaciones previas por este delito la cifra más alta en los últimos 20 años.
El Estado, gobernado por Alejandro Tello, desplazó a Tamaulipas como la entidad con mayor tasa de plagios por cada 100 mil habitantes, de acuerdo con cifras oficiales.
El 1 de agosto pasado, la soprano zacatecana Rocío Medrano había grabado un video en el que interpretaba la canción popular «La Llorona» para participar en el concurso de canto Olivia Gorra 2017 en el Cenart.
Dos meses después, la vida de la cantante dio un vuelco. Su hijo Alejandro fue secuestrado. La familia pagó el rescate, pero de todas maneras al joven lo mataron. Su cuerpo fue hallado en un terreno baldío.
El 15 de octubre, fue encontrado el cadáver de Cinthia Nayeli Vázquez en un canal de aguas negras en Guadalupe.
La joven de 16 años desapareció cuando salió rumbo a la Prepa 1 de la Universidad de Zacatecas, donde cursaba el tercer semestre. Su muerte desató una ola de indignación en el estado y más de 10 mil universitarios macharon.
Utilizan plagiarios datos del Gobierno
Para seleccionar a su víctimas de extorsión y secuestro, el crimen organizado ha utilizado bases de datos del Gobierno federal.
Un informe del Centro de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (CENAPI) de la PGR, señala que el Cártel de Jalisco Nueva Generación, en particular el grupo de los hermanos González Valencia, fue pionero en implementar esta técnica, utilizada por grupos paramilitares en Colombia.
En la década de los 90, “Los Cuinis” hallaron en los plagios de los aguacateros un ingreso alternativo al narcotráfico, que realizaban accediendo a información de la desaparecida Secretaría de Agricultura.
«Se trataba de un ‘sistema de inteligencia’, que consistía en revisar el registro de sanidad de la entonces Secretaría de Agricultura para conocer quiénes eran los agricultores con amplias extensiones de producción de aguacate –donde estaban localizadas sus huertas– y cuánto reportaban sus ventas por exportación», indica el documento suscrito el 4 de julio de 2016 por Víctor Hugo Pérez Castro, director de área del CENAPI y entregado a un juez federal.
«A los agricultores acaudalados», refiere, «se les imponía una cuota y quienes se negaban, o los familiares de éstos, eran secuestrados o asesinados, como forma de presión hasta que cedían».
Esta táctica, dice el órgano de inteligencia de la PGR, empezó a ser replicada por “La Familia Michoacana” a mediados de la década pasada, y por Los Caballeros Templarios, a principios de la presente, convirtiendo a poblados como Tancítaro, el mayor productor de aguacate, «como fuente de financiación paralela al tráfico de drogas».
El documento establece que si bien se habla de que entre 12 y 18 personas integran el clan de “Los Cuinis”, la autoridad ministerial tiene plenamente identificados a 9 de ellos, como parte de la estructura de la organización.
El principal es Abigael González Valencia “El Cuini” o “El Cachetón”, detenido el 28 de febrero de 2015 en Puerto Vallarta, así como su hermana Rosalinda González, esposa de Rubén o Nemesio Oseguera “El Mencho”, capo del CJNG.
Así como José María “El Chema”, Luis, Érika, Édgar, Ulises, Elvis y Gerardo González Valencia, quien fue detenido el 23 de abril de 2016 en Uruguay.
De acuerdo con el CENAPI, uno de los principales factores que ha contribuido al éxito de “Los Cuinis” en casi cinco décadas, y que los ha convertido en una de las organizaciones criminales más ricas del narcotráfico, radica en su estructura muy cerrada basada en clanes.