Por Iván de Santiago
La inseguridad en Zacatecas y en el país es una problemática creciente cada día, fenómeno que ha experimentado un recrudecimiento, primero durante el periodo 2006-2011, después una especie de control o atención simulada en el 2011-2014 y uno más de 2014 a la fecha, la inseguridad ha vuelto a recrudecerse a niveles alarmantes.
Ésta vez ha sido peor, no solo porque ha ocurrido un repunte en los homicidios, sino que todos los delitos (extorsión, secuestro, asaltos, etc.) también se han incrementado. Otra característica de esta última ola de inseguridad ha sido su generalidad, tanto en los estados fronterizos como en Michoacán y Guerrero, que en la actualidad Querétaro, el Estado de México, etc son tan inseguros como Chihuahua o Sonora hace algunos años.
Desafortunadamente Zacatecas no escapa a esta realidad, los levantones, secuestros, asaltos y asesinatos, han vuelto a ser nuestro pan de cada día, y al igual que todo el país la inseguridad también es generalizada. Hace varios años en nuestro Estado, se decía que había que andarse con cuidado en Fresnillo o en otros municipios porque eran muy inseguros. Desafortunadamente hoy en todos los municipios escuchamos historias lamentables, que nos muestran que el problema se ha extendido. Y para muestra un botón, se habló en los medios hace días que un par de personas fueron secuestradas cerca del colegio donde acuden los hijos del gobernador, ni siquiera los funcionarios de gobierno o sus familias están exentos de este problema.
Pero un estado inseguro como el que vivimos actualmente es muy riesgoso, no solo implica el riesgo de que podamos perder la vida o que puedan dañar nuestras propiedades o pertenencias. Una de las consecuencias más graves es el temor, el miedo a ser la siguiente víctima, la angustia de quedar en un fuego cruzado, eso cambia tu calidad de vida.
La gente evita salir a la calle, ir al cine o a los tacos en la noche, de comprar muchas cosas en el mercado, deja de comprar materiales de construcción o pintura para arreglar su vivienda, no quieren convertirse en sospechosos al aparentar solvencia. Es entonces que las empresas dejan de vender, de contratar personas, y la pobreza y el desempleo se agravan. Cuando los Estados aparecen en la lista de los más inseguros, las inversiones privadas nacionales y extranjeras empiezan a descartarlos.
Pero también el miedo daña el tejido social, se acabaron los auxilios a personas desconocidas, hoy esto es impensable, si vemos alguien detenido en la carretera aceleramos el coche, si nos quedamos en media carretera llamamos para que vayan a recogernos y si alguien ofrece ayuda inmediatamente la rechazamos. Nos está invadiendo la paranoia, no solo desconfiamos del gobierno, sino también de nuestros vecinos, creemos que cualquiera puede dañarnos.
A propósito de las Glosas que ya iniciaron, aún recuerdo el desfile de funcionarios justificando inversiones multimillonarias en el pasado reciente, la construcción de bases militares y puestos de control, definitivamente este es un tema que ha rebasado al gobierno del Estado anterior y al actual. Nos dejaron un Estado endeudado y sin brújula para atender el problema de la inseguridad.