Por Iván de Santiago
Pero el sismo no solo ha dejado destrucción, nos ha mostrado el lado solidario de nuestra gente, quienes están dispuestos a ayudar a cualquier mexicano en desgracia. También ha servido para que muchos ciudadanos se unan y reclamen a los partidos políticos que gastarán millones de pesos en campañas mientras muchas personas se encuentran sin casa.
Pero la tragedia no solo debe ser un aprendizaje para las personas que lo sufrieron directamente, como les sucedió a los habitantes de la Ciudad de México, Morelos y Oaxaca, debe ser una lección para todos, que debemos estar preparados para enfrentar los desastres naturales.
La forma de reaccionar de las personas ha superado la forma de reaccionar de los Gobiernos, y el debate sobre cuales deben ser las prioridades en el gasto público está mas presente que nunca. Sin embargo las propuestas en torno a la eliminación de partidas corre el riesgo de caer en demagogia.
Debido al hartazgo y el descrédito que ensombrece la vida de los partidos políticos, entre la población ha caído no solo como una buena propuesta, sino como exigencia, la eliminación de las partidas presupuestales para campañas políticas, algunas de ellas con matices de porcentajes, diferenciaciones en años electorales y no electorales, entre otros.
Recientemente el PRI «responsable» propone la eliminación de todos los cargos de elección popular de el Poder Legislativo en sus distintos órdenes por el principio de representación proporcional (pluris), para ahorrarse alrededor de 12 mil millones de pesos. El costo de no combatir frontalmente la corrupción es mucho mayor a esa cantidad.
No hay que olvidar que el sistema de partidos políticos vigente en nuestro país y los espacios de representación proporcional han generado los equilibrios para evitar la sobrerepresetnación de un Partido en las Cámaras.
No se trata entonces de resaltar propuestas que caigan en demagogia, que atenten contra el sistema democrático y que promuevan el presidencialismo. Se trata efectivamente de bucar la reconstrucción y reparación de daños a las víctimas de una tragedia, tratando de priorizar los renglones del gasto.
¿Cuánto gasta el Gobierno en promover su imagen, desde la presidencia de la república hasta algún presidente municipal en Zacatecas, cuántos millones se gastan en festejos feriales que terminan en un par de semanas, cuanto se gasta en obras no prioritarias que se convierten incluso en peligro para los ciudadanos como las llamadas glorietas de la muerte y otros mas que quedan como elefantes blancos?.
Activar el Fondo Nacional de Desastres y el PLAN DNIII cuesta dinero, los daños son incalculables y el presupuesto será insuficiente por lo que la proyección de gasto para el 2018, que ya se está discutiendo en la Cámara de Diputados deberá caer en lo austero y deberá incluir una cantidad importante para el tema de reconstrucción. Esa es la emergencia en este momento y hay que atenderla, ojalá que todos lo entendamos.