Por Iván de Santiago
La trayectoria y el éxito político de las personas está intensamente ligado a la congruencia, pero también a lograr transmitirle a la sociedad lo legítimo de su lucha, ya que algunos perfiles surgen de lo espontáneo de una campaña y la búsqueda de un candidato o candidata, y otros mas del reconocimiento de su trabajo al interior de una organización o sector.
El descrédito de los partidos políticos en general y ahora de las candidaturas independientes, que en algunos casos han resultado no serlo tanto, pues al terminar un proceso electoral se integran a una posición política emanada de una negociación con alguno de estos partidos, ha tenido como resultado una indisciplina al interior de las organizaciones políticas.
Vemos una ambigüedad en las posturas que implican el estar involucrados en dos o mas proyectos políticos, y mencionaré algunos ejemplos de lo que está sucediendo en la izquierda a nivel nacional.
René Bejarano y Dolores Padierna no pueden catalogarse como dobles cachuchas, ya que enviaron sendas renuncias a la Fracción Parlamentaria en el Senado de la República y a la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática, es decir tuvieron la decencia y el valor de decir no coincido con las decisiones y el rumbo del Partido y nos retiramos.
Sin embargo no se entiende que ésta decisión se haya tomado con una amplia mayoría de la organización del Movimiento Nacional por la Esperanza, conformado por la corriente ideológica denominada IDN y que ellos encabezaron hasta hace poco, y que a la vez permanezcan en los espacios de la dirección nacional Paloma Monserrat Castañón, Mara Cruz y Alejandro Sánchez Camacho.
Los personajes mencionados se pronunciaron en contra de una Alianza con el PAN, calificaron de madruguete la decisión ampliamente votada a favor, y terminan con la postura desconfiable de que abandonan la decisión de Bejarano y Padiera y que se quedan en el PRD, ¿ocupando los espacios de la corriente IDN que quedó acéfala? Pronto se sabrá la verdadera intención.
Bejarano se va del PRD, no en las mismas condiciones que hace 13 años, cuando tenía mayoría en la Asamblea Legislativa, y tenia el control político de 10 delegaciones en el Distrito Federal. El Bejarano que se va, es un personaje pequeño, desgastado, que ha sido utilizado para golpear a AMLO en varias ocasiones y que su capital político se desplomó. Sin embargo tiene a cuadros políticos en posiciones estratégicas dentro del PRD que pudieran catalogarse como dobles cachuchas.
José Narro Céspedes, no tiene lealtad a una organización política en específico, su prioridad y trabajo obedece a los intereses de su organización FPLZ. Quien hoy rechaza una alianza del PRD con el PAN, ya compitió y apoyó candidatos gadanores por esa misma Alianza en 2013. Además no hay que tener tan mala memoria para recordar su excelente negociación con el PRI cuando Narro era el dueño del PT en el 2004, así es, con el partido que ha querido sepultar toda la vida la izquierda histórica de este país.
La diferencia de Bejarano con Narro, es que este último no ha tenido ni el valor civil, ni la vergüenza para enviar su renuncia al PRD, partido al que de le debe mucho y no al contrario como han pretendido hacerlo notar en declaraciones. Sigue recorriendo el Estado y busca influir en las decisiones del PRD cuando ya envió sus avanzadas a Morena y sus grupos han participado en la definición de los coordinadores de organización en distintos municipios, algunos de ellos miembros activos ya de ese partido.
El PRD a nivel nacional, en su último Consejo, mandató imponer disciplina y sanciones a quienes han manifestado su apoyo a candidatos de otros partidos, para ser más específicos, a quienes se han pronunciado por AMLO, y en lo personal creo que es lo justo, pues los proyectos políticos se han decantado y el PRD va con el PAN Y Movimiento Ciudadano, Morena va con el PT. Son dos cachuchas diferentes.
Sin embargo existen dudas en cuanto a su participación en Morena, por eso no terminan de irse, y falta el desenlace de la novela Monreal, que ayudará que algunos actores en Zacatecas tomen sus definiciones a un lado o al otro.
Lo que no se vale es la doble vía, eso contribuye al deterioro de la vida política del Estado, a la falta de congruencia entre la clase política que produce promiscuidad política, y recae también en la descomposición de los institutos políticos que enfrentan serias dificultades por el exceso de cinismo de algunos de sus miembros.
Ojalá que la ciudadanía no se confunda, y que no quieran imponerles la doble cachucha, o triple, recuerden que el PRI también juega y está moviendo sus piezas.