CdMx.- Estados Unidos, Canadá y México inician este miércoles las negociaciones para actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un proceso que pondrá a prueba las promesas de campaña del presidente Donald Trump de priorizar los negocios y los empleos estadounidenses.
El mandatario republicano ha culpado al TLCAN por el cierre de fábricas en su país y el traslado de puestos de trabajo desde Estados Unidos a México. Y ahora, la atención estará puesta en la capacidad de los negociadores para demostrar que un nuevo acuerdo comercial puede realmente cambiar este escenario.
Otro asunto que se cierne sobre las conversaciones son las elecciones presidenciales que celebrará México en el 2018. El país ha pedido a las partes concluir la renegociación antes de febrero para evitar que el tema sea mal utilizado durante la campaña electoral.
En la antesala al inicio de las conversaciones, la comunidad empresarial de Estados Unidos hizo llamados que apuntaron a la idea de «no hacer daño», en referencia a los temores a que un nuevo acuerdo de comercio deshaga la compleja red de proveedores manufactureros establecida en torno al TLCAN.
Trump, que hizo del comercio una pieza central de su campaña a la presidencia en el 2016 cuando prometió revitalizar al sector manufacturero de Estados Unidos, retiró a Washington del Acuerdo Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP) poco después de asumir el cargo en enero.
Pero desde entonces no ha concretado otras amenazas relacionadas a la actividad comercial, como declarar a China un país manipulador de divisas y retirar a Estados Unidos del TLCAN, un pacto que ha descrito reiteradas veces como «un desastre».
El comercio entre Estados Unidos, Canadá y México se ha cuadruplicado desde que el TLCAN entró en vigor en 1994 y superó el billón de dólares en el 2015.
Derek Burney, un ex embajador canadiense en Washington que participó en las negociaciones iniciales del TLCAN, dijo que en esas discusiones hubo un compromiso político de todas las partes para llegar a un consenso. Ese no es el caso ahora, explicó.
«La pregunta (…) es: ¿Qué aceptará Trump como un éxito en estas negociaciones?», dijo Burney. «Para mí, esa es la mayor incertidumbre de todas», añadió.
Robert Holleyman, exrepresentante comercial adjunto de Estados Unidos durante el Gobierno del expresidente Barack Obama, dijo que «el tema más difícil de negociar» será si los cambios cumplen con los objetivos de Trump de reducir el déficit comercial de Estados Unidos con México, que actualmente se ubica en 64.000 millones de dólares.
«Sabemos qué aspectos del TLCAN quiere cambiar. (Pero) es totalmente incierto que esos cambios vayan a producir algo que en efecto reduzca el déficit comercial con México», declaró Holleyman.
La renegociación del TLCAN constituirá una prueba importante a la capacidad de Trump de cumplir con las promesas de su campaña de recuperar empleos en la industria de manufacturas de Estados Unidos.
Aunque el mandatario heredó una economía sólida que ha añadido 1,29 millones de puestos de trabajo en lo que va del 2017, las promesas que se reflejan ahora en una ambiciosa agenda legislativa han descarrilado, ante el estancamiento de su proyecto para renovar el sistema de salud y la ausencia de un plan detallado de reforma fiscal.