Por Saúl Monreal Ávila
Más que una posición política, el triunfo de Soledad Luévano en la capital zacatecana, ha representado la esperanza de cientos de familias de que las cosas se hagan bien, que se hagan diferente. La lucha contra un sistema tan corrompido como el que encabeza el PRI Gobierno no es una tarea menor, y es que el costo político al que un ciudadano se expone al enfrentarse a un delincuente empoderado es mayor. Pero es lo justo y es lo correcto.
Como usted bien sabe, estimado lector, el pasado 5 de junio fuimos testigos de una de las más sucias elecciones que se han efectuado en nuestro estado. La dádiva, la intimidación, el condicionamiento de programas y la complicidad de las autoridades estuvieron a la orden del día. Así pues, nos dimos cuenta que al aparato gubernamental, poco o nada le importa la voluntad popular.
Aún cuando repudiamos las pillerías que se hicieron presentes en la jornada electoral y desconocemos el resultado de la misma, creemos que el PRI Gobierno se ha superado y ha logrado casi perfeccionar el fraude electoral. Sin embargo, el contundente triunfo de morena en la capital zacatecana demostró que, a pesar de todo, la corrupción nunca se impondrá sobre un pueblo organizado y decidido.
En días recientes y por consigna del corrupto de Miguel Alonso, los magistrados del Tribunal de Justicia Electoral del Estado de Zacatecas determinaron anular los resultados de la elección de la capital, indicándole a la legislatura local convocara a repetir la jornada electoral para elegir al ayuntamiento capitalino. A leguas se ve que el motivo de fondo no es un asunto jurídico. Se están cuidando las espaldas.
Aunque se impugnó esta resolución, para sorpresa de todos, la Sala Regional de Monterrey del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ratificó la sentencia emitida por el tribunal local, en un evidente acto de subordinación a los intereses del PRI Gobierno. La filtración en redes de una propuesta de resolutivo donde se motivaba y fundamentaba el regreso del triunfo a Soledad es prueba de ello.
Y es que pareciera que Miguel Alonso y Carlos Peña Badillo, muchacho protegido del primero, algo grave pretenden esconder a los ojos de los ciudadanos, debido a que la impugnación de la elección se presentó justo a un par de días de que fuese notificada la alcaldesa electa sobre la integración de una comisión para conocer el estado actual del ayuntamiento. Luego de que el Frankenstein de Alonso felicitara a Soledad. Cinismo puro.
Así pues, sin un sustento y argumentos jurídicos válidos, el PRI Gobierno, pretende nuevamente arrebatar de las manos la ilusión de los zacatecanos de tener un buen gobierno. No les bastó con robar la gubernatura, decenas de ayuntamientos y distritos, ahora quieren robar el triunfo de la esperanza, quedando en evidencia su ambición desmedida del poder por el poder, que seguramente será lo que termine por hundir al barco tricolor. Al tiempo.
La especulación no ha sido ajena a estas medidas, muchos las han interpretado como una desesperada estrategia del PRI Gobierno para ganar tiempo y poner un poco de orden en el desastre financiero que arrastra el ayuntamiento, consecuencia de los malos manejos políticos y económicos de Peña Badillo. Aunque sabemos que entre corruptos se cuidan.
Por eso hacemos un enérgico llamado a los capitalinos a defender lo que por derecho les corresponde. El primer gobierno de morena en una capital pasará a ser referente que encenderá la mecha de un movimiento social nacional y los priistas lo saben. El llamado es a cerrar filas y a no perder la esperanza, que al mal gobierno y la corrupción, le volveremos a ganar.