- En el caso de los políticos tiene más fuerza el puesto que personalidad
Guillermo Morales – PM
Zacatecas, Zac.- Para el docente investigador de la UAZ, Doctor Álvaro Luis López Limón, el poder no es una enfermedad sino una actitud que muchas veces llega hacer más fuerte que la verdadera personalidad del individuo.
Dijo que en el caso de los políticos no se explican de otra forma, el asunto es que empieza a haber un proceso de sustitución a partir de la posibilidad de generar esa actitud de lo que sería su personalidad como individuo, “es más el puesto, que lo que ellos son como persona”.
Indicó que es muy notorio en el “chapulineo” de los representantes de partidos políticos, candidatos, presidentes municipales y desde el puesto más alto hasta el más insignificante està mediado por esa condición que provoca actitudes tendientes a ejercer un poder.
“El poder es microscópico y empieza en cada fracción de la sociedad a partir de tener una cierta condición social”, manifestó.
El investigador, precisó que no es algo que se pueda tener guardado en el bolsillo o que sea contagioso, más bien es la condición social la que determina la proximidad o lejanía respecto del poder.
“Hay procesos de alineación social provocados por las relaciones de poder, no se puede hablar de enfermedad en términos de psicopatología”, expresó.
Ejemplificó que si hay condiciones psicopatológicas en las que se manifiesta el poder, pero esos condicionamientos son de carácter económico, jurídico, político, social y en ocasiones cultural al obedecer a patrones de comportamiento.
Precisó que es una actitud que se toman al estar en la condición de hacerlo, “no es que lo puedan hacer siempre y en todas las circunstancias, si no porque se les dio esa posibilidad de esa condición y como la estructura de personalidad, carácter y temperamento adolece de autoestima, ejercen esa microscópica posibilidad de poder sobre quienes suponen son sus subordinados”.