Por Max Kaiser
La mordida no es el único tipo de corrupción. Sin duda es la forma de corrupción más conocida y en la que todos, de una u otra manera, hemos participado. Pero el fenómeno de la corrupción tiene varias caras que nos pueden afectar, más aún cuando quedan sin castigo. Por eso, vale la pena entender cuáles son los 10 tipos de corrupción:
- “Póngase la del Puebla”: el soborno
Es el nombre técnico que se le da a la tristemente famosa mordida. Se trata del servidor público que recibe un beneficio extra, y por lo tanto ilegal, por hacer o dejar de hacer algo que era su responsabilidad. Quien lo entrega es igualmente responsable.
¿Cómo te afecta?
Si lo piensas, tus impuestos pagan los servicios públicos a los que tienes derecho. ¿Por qué pagar un “cargo extra”? También te perjudica porque el soborno convierte a los servicios públicos en una mala subasta que solo beneficia al mejor postor. De esta forma se rompe un principio democrático básico: la igualdad de derechos.
- “Un peso para el pueblo, uno para mí”: el peculado o desvío de recursos
Peculado es robar y el desvío es utilizar los recursos públicos para un fin privado y distinto de su objetivo inicial.
¿Cómo te afecta?
Cuando un gobernador compra departamentos de lujo en una de las torres más exclusivas de Nueva York sin una explicación razonable más allá del peculado o el desvío, esos recursos dejan de usarse en tus servicios. Por ejemplo, tu salud puede verse afectada por la falta de medicinas en hospitales públicos, o quizás tu seguridad pueda estar en riesgo por la falta de equipamiento adecuado de la policía.
- “Ahí te encargo a mi compadre”: el tráfico de influencia
Se da cuando un servidor público usa su poder para propiciar que algún asunto tome una ruta determinada. Es esa llamada que se hace para empujar o desatorar algo con un beneficio para quien hace la llamada.
¿Cómo te afecta?
Porque vuelve opaca, injusta e incierta la toma de decisiones públicas. Por ejemplo, puede ser que la nueva obra en la zona donde vives surgió de una llamada y una recomendación en lugar de una necesidad pública. O que el cambio de tecnología en las primarias públicas donde acuden tus hijos o los hijos de personas cercanas a ti se haya hecho para ayudar al negocio del compadre del secretario.
- “Porque quiero y porque puedo”: abuso de funciones
Es el servidor público que se olvida de un principio básico: sólo puede hacer aquello para lo que está legalmente autorizado.
¿Cómo te afecta?
¿Te acuerdas del policía que te detuvo sin ninguna causa solo para sacarte dinero? ¿O del funcionario de la ventanilla que te pidió un documento que no hacía falta para tu trámite?
- “Un político pobre es un pobre político”: enriquecimiento oculto
Los servidores públicos tienen derecho a un sueldo. También tienen derecho a tener propiedades e incluso negocios o intereses privados que no afecten su desempeño. Nosotros tenemos derecho a conocer todo eso. Cuando lo ocultan o mienten, limitan uno de nuestros derechos democráticos más elementales: el de vigilarlos y, por lo tanto, evaluarlos.
¿Cómo te afecta?
Cuando un político te oculta su patrimonio y sus intereses, te priva del derecho a decidir informadamente si lo quieres de servidor público o no.
- “Calladito te ves más bonito”: obstrucción de la justicia
Se da cuando un servidor público trata de evitar que un acto ilícito se denuncie, se investigue o se sancione. Cuando en una democracia sólo se sanciona a quienes carecen de influencia, la justicia se vuelve selectiva.
¿Cómo te afecta?
Si tienes influencias, quizás nunca te afecte la impunidad por obstrucción de justicia. Si no, te interesa que la justicia se aplique sin posibilidad de ser obstruida porque un día puede desviarse en tu perjuicio.
- “El que no transa no avanza”: colusión
Surge cuando dos empresas (o más) se ponen de acuerdo para “sacarle” más dinero al Estado por un producto o servicio, dañando las finanzas públicas.
¿Cómo te afecta?
Ese beneficio extra viene de los impuestos que pagas y deja de ser utilizado para mejorar los servicios públicos. No es un simple acuerdo entre dos comerciantes hábiles, es un pacto para obtener una tajada mayor de la que realmente cuesta su producto, obra o servicio.
- “Esos terrenitos pronto valdrán una fortuna”: uso ilegal de información confidencial
Sucede cuando un servidor público usa la información confidencial que tiene a su disposición para hacer un negocio privado. Por ejemplo, cuando los familiares de un gobernador descubren providencialmente en dónde se ubicará la nueva zona de desarrollo del estado y compran todo para después ganar una fortuna vendiéndolo.
¿Cómo te afecta?
Tu estado de ánimo. Te aseguro que al igual que yo, aborreces la idea de los nuevos ricos de la clase política.
- “Primero la familia”: nepotismo
El cargo público utilizado como agencia de colocación familiar.
¿Cómo te afecta?
Si no tienes un apellido que aparezca en las revistas de sociales o figure en la lista de invitados de las bodas de políticos, tu carrera en el sector público puede ser difícil. Si no es algo que hayas considerado como plan profesional, serás responsable de financiar con tus impuestos el salario de servidores públicos cuyo único mérito es su acta de nacimiento.
- “Al jefe lo que pida”: conspiración para cometer actos de corrupción
Cuando la corrupción se planea al más alto nivel, el único rastro que queda es una instrucción verbal. Lo común es que caiga el funcionario de bajo nivel que puso su firma en el documento.
¿Cómo te afecta?
Porque la justicia en México sólo parece perseguir a aquellos que trabajan en las oficinas pequeñas en donde se comparten escritorios y sin grandes beneficios por aquellos actos de corrupción.
La corrupción no es un crimen sin víctimas. La corrupción nos afecta a todos. Es momento de informarnos, exigir, vigilar y denunciar.