D.F, Mex.- David Monreal Ávila, senador de la República, luego de denunciar el abuso que sufren miles de mujeres que trabajan en el campo, instó a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Social, Pesca y Alimentación (SAGARPA), a elaborar un censo para determinar cuántas niñas y mujeres se encuentran en esta situación, además de implementar medidas de atención a este sector tan vulnerable.
Por la vida tan precaria en la que viven estas mujeres es que le solicitó al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), realizar un censo en coordinación con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), para conocer la situación de las mujeres y niñas jornaleras en México; a ésta última le pidió un informe sobre políticas públicas dirigidas en este sentido y la implementación de nuevas acciones que garanticen un verdadero impacto en su vida cotidiana.
Informó que en 2014, el monto de población femenina del ámbito rural equivalía a 22.8% de las mujeres del país, por lo que no se trata de un problema menor, sin embargo, es una realidad que poco se sabe sobre las dificultades diarias de las jornaleras del campo.
Casos actualmente suscitados como el de San Quintín en Baja California, muestran el abuso y violación a derechos laborales que afectan a las mujeres trabajadoras del campo: el abuso sexual hacia las mujeres es una constante, así como la designación de trabajos pesados durante el tiempo de gestación, además, no hay periodos de descanso ni antes, ni durante, ni después del día de parto, sin mencionar la explotación derivada de un salario claramente precario.
34.7% de las mujeres jornaleras han sido víctimas de humillaciones durante su jornada laboral y el 40% reciben un salario menor al de los hombres, sin que haya una justificación para ello.
El Senador afirmó que para enfrentar la condición de género, es necesario conocer la situación en la que viven las mujeres y niñas jornaleras para poder implementar políticas públicas que beneficien su desarrollo integral en los campos de trabajo agrícola, en vista de que la infinidad de instituciones, programas e iniciativas de equidad de género, han sido evidentemente insuficientes.
Una vez que se asuma el problema con la responsabilidad que amerita, deben de implementarse acciones contundentes para el rescate de estas mujeres y el respeto a sus derechos humanos y laborales, finalizó.