Por Andrés Vera Díaz
El ácido colofón del informe de Enrique Peña Nieto es presentar su nuevo decálogo (tal vez ni sepa el presidente etimológicamente de que se trata), pero lo inverosímil, es que ninguno de los otros 6 han dado resultado. Cada 5 meses en promedio, Peña presenta como muñeco de ventrílocuo lo que sus grandes asesores le digan.
Y es que nada nuevo dice, sólo un montón de soluciones obvias, pero lo más patético, es que no dice como, no presenta un plan de acción a fondo y como vendedor de productos basura en televisión, hace ver a sus propuestas como la panacea de la larga lista de enfermedades que padece esta gran y pobre nación.
Las nuevas diez, giran en torno a promesas, propuestas y aspiraciones presidenciales de su séquito al 2018, pero mercadotecnia tan barata, habrá de reforzarlas con una magnánima estrategia publicitaria, pues de los anteriores decálogos, nada ha funcionado y para muestra, expongo más adelante dos antidecálogos peñistas, primero es pertinente revisar las proyectadas por Peña Nieto.
La razón de exhibir su fracaso en la aplicación de programas funcionales, es que no es el primer decálogo, n el segundo, es el séptimo desde su campaña a presidente. El primero de ellos fue el 21 de mayo del 2012, fecha en el que presentó uno para conformar un gobierno democrático y pues nada, no hay libertad de expresión, ni de manifestación, no hubo ni habrá elecciones libres, ni transparencia ni trato respetuoso a los medios como se exhibe en esa red de acoso a medios por parte de empelados de Televisa.
En seguida, el 27 de agosto del 2013, Peña presentó su decálogo de seguridad y justiciam en el que proponía transformar los cuerpos policiacos, fortalecer el sistema penitenciario, pero tampoco se hizo; los mandos únicos en nada han minimizado la violencia y las cárceles siguen en su práctica «pedagógica» de alimentar la intelectualidad criminal.
Luego vino el 11 de agosto de 2014, nuevamente el ignorante y torpe presidente, anunció con tambores el decálogo para fortalecer tras la promulgación de la reforma energética, la implementación de la reforma, la luz sube, al gasolina también y todo quedó en cientos de miles de comerciales, sobre todo en Televisa, aludiendo a los beneficios de la venta del patrimonio nacional a los extranjeros.
Pero dos meses después, como respuesta a la crisis derivada de la masacre de normalistas de Ayotzinapa, Peña vuelve con lo único que sabe hacer para responder contingencias sociales, lanza el decálogo para la Paz, la Unidad y la Justicia, regresa la propuesta de Mando Único Policiaco, ley contra la infiltración del crimen organizado y fomento a la justicia cotidiana pero, según la ONU, sólo el 1 por ciento de los delitos denunciados se penalizan, así las cosas.
En septiembre de 2014, el gobierno de Peña Nieto se autocelebraba a escala nacional e internacional. Era el Mexican Moment. Sus índices de aprobación rebasaban 50% en la mayoría de las encuestas. En el Waldorf Astoria de Nueva York, el 23 de septiembre, Peña Nieto recibió el premio al “Estadista Mundial del Año” otorgado por la fundación Appeal of Conscience Foundation. Cuatro días después se detonó la pesadilla de Iguala y la tragedia de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en una larga noche que inició la pesadilla del sexenio.
Pero la andonada de propuestas inaplicadas no queda ahí, el 3 de febrero de este año, como intento de respuesta nuevamente al escándalo de la «casa blanca», luego de nombrar al espurio y débil secretario del a Función Pública, da a conocer las acciones para la lucha contra la corrupción, en esta ocasión fueron solo nueve puntos (falta de imaginación para el décimo), las cuales serían llevadas a cabo por Virgilio Andrade, pero la exoneración fue el resultado final.
Un año más tarde, en septiembre de 2015, el gobierno de Peña Nieto perdió la iniciativa, la prensa internacional ya no lo alaba, lo increpa, lo critica, cuestiona la corrupción y la violación de los derechos humanos. La economía mexicana pasa por su peor momento con una devaluación de más del 25% acumulada del peso, la baja del 60% de los precios internacionales del petróleo, una expectativa de crecimiento para este año que no rebasa 2% (la mitad de lo prometido) e informes que revelan que cada minuto 2 mexicanos se suman a las filas de la pobreza hasta alcanzar 53 millones de compatriotas que no tienen los recursos necesarios para vivir.
El Mexican Murder que inició en Iguala el 26 y 27 de septiembre de 2015 alcanzó su peor momento con la fuga de Joaquín, El Chapo Guzmán, el pasado 11 de julio. Los índices de aprobación de Peña Nieto con trabajo rebasan los 35 puntos. A la tragedia de Iguala se han sumado las de Tlatlaya y Apatzingán, Ecuandureo, Michoacán y otros episodios.
Ahora, presenta diez puntos más que en realidad, es un resumen de todas las anteriores, pareciera que sólo palomearon las que bajo un embate propagandístico, serían las idóneas para combatir el «populismo y demagogia que hace daño a México», pero que acaso sus decálogos no son la muestra palpable de esta miserable forma de pensar, que ironía enorme.
Ahora, aquí presento el decálogo antipeñista, habrá que ver que no sólo las ocurrentes e idiotas ideas de Peña deben verse con un sentido plano y estéril, así que en respuesta, los siguientes diez puntos dan razón del fracaso rotundo de la presidencia del gobernante más endeudador, intolerante y corrupto de la historia reciente de México.
1.- Gobierno a la retaguardia: Sólo responde – como ya dije- a la coyuntura sin asumir responsabilidades
2.- Pacto Por México: Sólo sirvió para cooptar, corromper y destruir la débil base de legitimidad de los partidos.
3.- Pérdida del control de su sucesión: Los cambios en su gabinete reflejaron la torpeza de no saber que quiere en cada colaborador.
4.- Presidencialismo vulnerable: Las reformas estructurales que fueron impuestas no cumplen con lo prometido.
5.- Ejecuciones y desapariciones: La sociedad exclama con fuerza la respuesta ante las violaciones a los derechos humanos. 29. 57 mil personas ejecutadas en menos de tres años.
6.- Corrupción: La corrupción en su gobierno – Avión presidencial de 7,500 millones de pesos, casa blanca, tren Querétaro, casa Videgaray, viajes suntuosos, publicidad en medios exacerbada, devolución de cientos de millones de pesos a Raúl Salinas de Gortari, colaboradores del gabinete presidencial con relojes que valen un millón de pesos.- ya no es un rumor, es un escándalo continuo.
7.- La fuga de El Chapo: El escape del criminal más buscado por la Interpol y demás agencias a nivel mundial, representó un grado altísimo de vacío de poder. Se suma la liberación de Caro Quintero.
8.- Reforma Energética: Desacreditada como tal, la producción petrolera ha caídos y los energéticos aumentan pese a promesa de que no sería así.
9.- Crisis de seguridad pública y nacional: Resurgimiento de cárteles y aumento en el número de muertes por la supuesta lucha contra el crimen organizado. Aunado al asesinato de periodistas y activistas en Narvarte.
10.- Factor Gaviota: La figura de la esposa de Pena, pasó de ser un boom en la popularidad a un grave déficit de credibilidad.
Y para finalizar, dejo a usted, mi segundo decálogo de ineficiencia y corrupción de Peña, no será problema realizar otros 5 para empatar el número de decálogos del presidente, del intento de presidente.
1.- Crecimiento económico menor al 2% anual, inferior a crecimiento demográfico.
2.- Dos millones y medio más de pobres.
3.- Deuda pública de 2 billones de pesos más.
4.- Aumento de impuestos a profesionistas, trabajadores y empresarios; locatarios de mercados públicos y comerciantes establecidos.
5.- Destrucción de los derechos de contratación permanente y salario por 8 horas diarias de los trabajadores.
6.- Evaluación punitiva a maestros para facilitar despidos masivos.
7.- Entrega de playas y franjas fronterizas a extranjeros.
8.- Autorización a agentes extranjeros para entrar armados a territorio nacional.
9.- Reelección consecutiva de alcaldes hasta por 12 años.
Sabe usted por quién no votar el próximo año y los subsiguientes.