Por Juan Carlos Guerrero
“Nuestra gente reprueba el lucro y el beneficio personal y familiar de sus gobernantes. Rechazamos la práctica irresponsable de quienes consideran que los bienes públicos y el gobierno son de su propiedad”, fue el mensaje que anunciaba un cambio de 180 grados y el regreso del neopriismo a la gubernatura, después de 12 años de gobiernos perredistas.
Miguel Alonso Reyes, ante los jerarcas del PRI, Beatriz Paredes y Murillo Karam, anunciaba una nueva forma de gobernar a Zacatecas. La euforia de los ciudadanos, que lo apoyaron para que llegara a la candidatura y luego saliera electo gobernador por la alianza del Panal, Verde y PRI, creaba una expectativa de buenos augurios.
Miguel Alonso Reyes, llega a cinco años de gobierno con el desaliento social y sin identidad con empresarios o los hombres del dinero, quedando la interrogante sobre su mensaje, cuando señaló ese doce de septiembre del 2010, “el ejercicio del servicio público siempre es para servir”.
En el 2010, Miguel Alonso había sido legitimado por el voto ciudadano, por jóvenes que se incrustaron o se aventaron a la aventura con “Zacatecas en Movimiento” y los burócratas se la “jugaban” en claro desacato a las indicaciones de los funcionarios perredistas.
Y su mensaje a más de uno gusto cuando señalaba que reprobaba a los gobiernos patrimonialistas el nepotismo y la corrupción, haciendo alusión a la gobernadora saliente, Amalia García Medina que tolero en exceso a su hija, Claudia Corichi, hoy diputada federal electa por Movimiento Ciudadano.
“Todo nuevo mandatario tiene como obligación propia e irrenunciable la revisión de la administración pública que concluye, de cada una de sus dependencias y entidades. Por ello, he instruido al nuevo gabinete para que verifique las cuentas públicas y los destinos de los recursos”, sentenciaba con aires triunfalistas.
Sin duda en el primer año de gobierno fue exhibido por el diputado Juan Mendoza por el despilfarro financiero que hiciera en la Renovación de la casa de gobierno, ahí se invierten más de 14 millones del erario público y se le exhibe a MAR de enriquecimiento inexplicable. Este es un ejemplo.
El desgaste de MAR fue evidente. Aferrado a “meter a la cárcel” a la exgobernadora, lo distrajo y pagar una deuda endeudando a la hacienda pública no fue detalle menor, sino que tuvo el efecto bumerang hoy en día.
Juan, Claudia, Margarita, Claudia y demás parientes, han sido beneficiados del poder público, según se ventila abiertamente en los corrillos de las Cámaras empresariales y pasillos políticos.
Los dinos del PRI no aceptan ni avalan la administración de MAR y en el umbral del proceso electoral para renovar la gubernatura, prefiere ser el promotor turístico de Zacatecas y haciéndole la chamba a Pedro Inguanzo. Le gusta que lo bañen las Pandoras, salir el video clips. Prometió que “se dejarán atrás los agraviantes gastos en la cultura-espectáculo”, pero creo que todos los espectáculos que ha traído cuestan mucho dinero al pueblo.