Paula Froelich, editora en jefe de la sección de viajes del portal estadounidense Yahoo!, viajó al estado de Hidalgo, en México, para vivir una experiencia simulada de cruzar la frontera ilegalmente y los riesgos que ello representa.
Lo que ella denominó como uno de los “parques temáticos más extraños de todos los tiempos”, es el Parque EcoAlberto, a cargo de la comunidad local Hñähñu, en el municipio de Paso de Frontera.
El sitio ofrece tirolesa, kayak, escalada, toboganes de agua, todo en ambiente familiar. Pero cada noche del sábado, EcoAlberto alberga una “extraña e inmersiva experiencia”, denominada la “Caminata Nocturna”, en la cual se simula un cruce fronterizo ilegal.
En el parque temático, Froelich realizó caminatas a través de aguas negras, fue perseguido por la ficticia policía y esquivó balas de mentiras, todo como parte de la “surrealista” experiencia.
La experiencia, que comenzó como un servicio público, fue iniciada por un hombre llamado Freddie Agustín y un grupo de otros habitantes locales, quienes habían cruzado la frontera ilegalmente varias veces y estaban tratando de convencer a otras personas de la comunidad Hñähñu (la cual tiene una tasa de desempleo “obscenamente” alta y un salario anual promedio “absurdamente” bajo de 10 mil pesos que dejar, para ir hacia el norte a buscar empleo).“Comenzamos este porque muchos de nuestro pueblo estaban muriendo al intentar cruzar la frontera”, le dijo Agustín a la editora de viajes del portal. “Teníamos que mostrar a los jóvenes que querían cruzar, cómo sería lo que en realidad vivirían y para que dejen de tomar el viaje”.
La experiencia para los turistas dura entre tres y cuatro horas. Para los lugareños, es una prueba que dura siete horas en la que se es perseguido por coches de policía, corriendo a través de campos de cactus, perseguido por supuestas bandas criminales, e incluso atacados por fantasmas de los nativos mexicanos.“La puesta en escena es perfecta.
Los actores son aterradores, y mientras las balas -que se supone son los espacios en blanco- se sentían muy reales”, escribió Froelich en su blog.“La experiencia se … aterrador. Y esclarecedor. Al final yo estaba agotada, sucia, y lista para ir a casa. Y así, tan agradecida, que no tengo que hacer este cruce de verdad”, dijo la editora de viajes.