Por Ramón Vera Salvo
Después de muchas reformas electorales, el sistema electoral mexicano sigue siendo muy defectuoso, falto de credibilidad y partidario.
No sólo es el problema de leyes que no terminan por otorgar un marco jurídico verdaderamente democrático, equitativo y que evite las prácticas corruptas, el gasto excesivo y la violación impune de las leyes electorales, sino la propia conformación del órgano electoral y su elección.
Las facultades que se le otorga al INE y la forma en que son electos sus consejeros impide no sólo la adecuada aplicación de las leyes en la materia, sino que se hace un uso faccioso de ellas, mediante el recurso de la votación en el pleno del Consejo.
Basta con que una mayoría vote en un sentido para que las leyes sean violadas o interpretadas a conveniencia de los partidos que pusieron los consejeros.
Es verdaderamente infame y descarado cómo a pesar de todas las pruebas y elementos existentes por la reiteradas violaciones a las leyes electorales por parte del Partido Verde, los consejeros hayan decidido no quitarle el registro a dicho partido.
Es también verdaderamente preocupante cómo el Consejo General del INE pone todo tipo de obstáculos a las candidaturas independientes, más allá de las lagunas e insuficiencias de las leyes electorales para este tipo de candidaturas
Pero lo más preocupante es la complacencia de la llamada «izquierda» que no ha sabido ni ha luchado denodadamente por una verdadera reforma electoral. Queda claro que forman parte de ese proceso amañado en el que los partidos quieren seguir manteniendo secuestrada la democracia y restringida a sus intereses.
Ningún partido ha hecho planteamientos serios y con un real sentido democrático. Tal parece que la democracia la entienden sólo como participar de rebanaditas del pastel del poder, manejado por los dirigentes partidarios, quienes ponen y quitan candidatos y dirigentes a su antojo para favorecer a los suyos.
El descrédito de los partidos es mayúsculo, pero no se dan por enterados. Claro en el discurso se notan preocupados, pero en la práctica no hacen nada. Lo sucedido con el Partido Verde debiera haber generado una respuesta contundente de parte de la «izquierda». Sin embargo, hasta ahora sólo declaraciones para acallar la conciencia colectiva y aparecer como que hacen algo.
Es vergonzosa la actitud de la «izquierda», además de decepcionante. Esperábamos una contundente respuesta y lo que hemos escuchado es el silencio.
Urge una verdadera reforma electoral. La ciudadanía la demanda y exige. En ella deben quedar incluidas una reforma a fondo de las atribuciones y facultades del Consejo General, así como la manera de elegirlos. Me atrevo a proponer que debido a la enorme importancia que tiene para la democracia, los Consejeros sean electos por los ciudadanos a propuestas de organizaciones de la sociedad civil y no por el Congreso a propuesta del presidente. Esto lo único que logra es que se elijan mediante cuotas partidarias y que los consejeros no respondan a los intereses ciudadanos, sino de los partidos que los ponen en el puesto.
De igual manera urge una legislación equitativa para las candidaturas independientes que le otorguen de verdad el poder al ciudadano.
Señores de MORENA, todavía no escuchamos nada al respecto de parte de ustedes. Buenos para descalificar a todos y a ustedes quién los juzga?