Santiago de Chile. Manuel Contreras, condenado a 520 años de presidio por los diversos crímenes de lesa humanidad que comandó como director general de la temida Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet, ha muerto esta noche en el Hospital Militar de Santiago de Chile. Tenía 86 años.
Afectado por diversas enfermedades, como cáncer al colon, leucemia, hipertensión y diabetes, el general en retiro del Ejército estaba recluido en el penal de Punta Peuco, pero desde el 28 de julio permanecía hospitalizado.
“Provoca frustración porque, finalmente, Contreras murió en una impunidad impresentable”, ha señalado Lorena Pizarro, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), luego del deceso de la figura emblemática de los crímenes de la dictadura chilena. “El dolor que vivió Chile no se desaparece porque muera el jefe del aparato represivo de Pinochet. Necesitamos garantizar que este tipo de hechos no se vuelvan a repetir”, ha indicado la dirigente a Canal 13 de Chile.
La noche de este viernes, en el exterior del Hospital Militar de Santiago, una cincuentena de personas celebraba la muerte de Contreras, con champaña y bocinazos de automóviles: “Asesino, asesino”, gritan los manifestantes.
Desde la muerte de Pinochet en 2006, cuya ceremonia fúnebre se realizó en la Escuela Militar, en la capital chilena no se habían visto este tipo de actos en contra de alguna de las figuras emblemáticas de la dictadura.
De acuerdo a la información de Gendarmería, el exmilitar murió a las 22.30 horas local y será cremado en una discreta ceremonia familiar. Un decreto emitido durante el primer Gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010) determina que ningún militar que cumpla condena por crímenes cometidos durante la dictadura puede recibir honores castrenses.
En su última entrevista, concedida a CNN Chile en 2013 con motivo de la conmemoración de los 40 años, Contreras aseguró que la DINA no estuvo involucrada en torturas. En aquella entrevista, el exmilitar indicó que ni la presidenta Michelle Bachelet ni su madre, Ángela Jeria, estuvieron recluidas en el centro de detención Villa Grimaldi a comienzos de 1975. Sin embargo, de acuerdo con el testimonio de las mujeres, Contreras no solamente estuvo presente en el lugar sino que sugirió que la Fuerza Aérea de Chile, la institución donde trabajó el padre de Bachelet, estaba ejerciendo presiones por la liberación de las prisioneras.
“Se murió en su ley, desgraciadamente. Espero que los militares que están en su misma condición sientan el repudio que generan actualmente en la sociedad chilena”, ha indicado el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, a Canal 13 de televisión.
Contreras cumplía condenas por delitos como secuestro, homicidio, asociación y apremios ilegítimos, por violaciones a los derechos humanos cometidos por agentes del Estado desde el Golpe de septiembre de 1973. El exmilitar, que siempre mantuvo una actitud desafiante y jamás tuvo signos de arrepentimiento por los crímenes que lideró como jefe de la DINA, tenía otros 59 procesos pendientes y otras nueve condenas a medidas alternativas de reclusión.
La muerte de Contreras se produce, justamente, cuando los derechos humanos se han tomado nuevamente la agenda política chilena. Hace dos semanas, un exmilitar rompió un pacto de silencio y permitió que la Justicia reabriera después de 29 años uno de los casos simbólicos de la represión, conocido como el Caso quemados. La decisión de los tribunales, que terminó con doce militares en retiro procesados, provocó que organismos de derechos humanos y partidos de izquierda emplazaran al Ejército a entregar información sobre el paradero de los detenidos desaparecidos y pusiera a disposición a las personas vinculadas con los crímenes de lesa humanidad.
La Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados citó para el próximo martes 11 de agosto a los comandantes en jefe de Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea para interrogarlos sobre los datos que posiblemente manejan sobre los atentados contra los derechos humanos en la dictadura chilena (1973-1990).