D.F, Mex.- En el México rural y semiurbano, «90 por ciento de las niñas tiene una presión familiar por encontrar una alternativa económica que apoye a los padres,» situación que coloca a las a menores en condiciones de vulnerabilidad ante las redes de explotación y de la trata de personas.
Hay zonas tipificadas en entidades como Guerrero, Oaxaca y Chiapas donde el fenómeno es creciente; poco más de 30 por ciento de las niñas es enganchada para apoyo al trabajo doméstico», dijo la maestra en Psicología Social Angélica Bautista López, profesora-investigadora de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En el marco de la jornada mundial contra la Trata de Personas convocada para este 30 de julio, la especialista en psicología colectiva explicó que la trata no solo es un esquema ilegal de sometimiento para el comercio sexual, «también se lleva a cabo para casos de explotación laboral.»
En cuanto a las acciones gubernamentales para detener esta práctica aberrante, se realizan esfuerzos interinstitucionales como la detección en centrales camioneras para orientar a las jóvenes y darles apoyo para evitar que sean víctimas.
Sin embargo, la experta advirtió que la mayoría de las víctimas son trasladadas directamente por las redes delincuenciales de la trata de personas desde sus lugares de origen, por lo que el esfuerzo se minimiza ante la realidad del delito y de «una fuerte cultura que se opone a este tipo de apoyos, pues –a decir de la investigadora– es la propia familia la que propicia que las mujeres se desplacen porque tienen que mandar dinero a sus casas.»
Como política pública tendría que haber una labor desde el sector educativo para fomentar la equidad en la formación niños y niñas en todo el país y de manera muy especial en las regiones mencionadas para transformar la cultura misógina en la que las niñas no tienen derecho a opinar y a definir su futuro, concluyó.