Por Alredo Díaz
A pesar de los indicadores de inseguridad que privan en el municipio de Fresnillo y la zozobra que caracteriza a la sociedad de ese mineral, el alcalde suplente Gilberto Devora Hernández continúa mostrando el cobre de su inexperiencia administrativa y nula sensibilidad política para entender que el interés personal y el capricho a ultranza solo conduce al fracaso de todo gobierno.
La falta de acuerdos en el máximo órgano de las decisiones políticas, han abierto un abismo al descontrol administrativo que impacta una de las áreas que deberían de contar con el mayor apoyo: la Dirección de Seguridad Pública Municipal, institución que ha dejado de recibir la capacitación y el equipamiento para sus elementos a pesar de que la Federación, a través del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, haya firmado un Convenio para canalizar recursos por el orden de los 10 millones de pesos.
Frente a esa situación, Devora Hernández ha dejado escapar su novatez que ya es mal vista por los regidores que integran la Comisión de Gobernación y Seguridad Pública quienes al mismo tiempo muestran su preocupación por que mientras las células delictivas que operan en Fresnillo cuentan con un mejor equipamiento, los municipales llevan a cabo sus operativos con la bendición del “Santo Niño de Atocha” y el olvido del pipiolo alcalde.
“No es cuestión de partidos el problema de la inseguridad”, habrían coincidido los regidores Fernando Valdez Venegas y Rubén Moreno de Haro, expresiones que no se alejan por mucho de los que pudieran pensar Clivia Fabiola Meza y Armando Quezada, también integrantes de ese órgano edilicio.
Así como se dio la destitución “repentina” de Jason Barker Mestas de la Secretaría de Desarrollo Económico, los munícipes ya planean programar un punto de acuerdo para la siguiente Sesión de Cabildo para exigir cuentas al Presidente Municipal suplente o en su caso, muestre vergüenza política y presente voluntariamente su licencia para separarse del cargo que le ha quedado como el saco de San Nicolás a Pulgarcito: grande.