Por Ramón Vera Salvo
Hace unos años, Mario Vargas Llosa, dijo que el gobierno mexicano era la dictadura perfecta, porque sin serlo formalmente, lo era, Después matizó el asunto y trató de arreglarlo porque anduvo de candidato a presidente de Perú.
Después de lo que ha ocurrido en el país en los últimos dos años, quiero recuperar la frase de Vargas Llosa. Asistimos a una nueva forma de la dictadura perfecta. Antes era el todopoderoso PRI que no tenía oposición. Hoy existe, pero el PRI ha logrado mediante la domesticación de una franquicia familiar llamada Partido Verde y la compra de una parte del PAN, actualizar el modelo de dictadura.
Los últimos dos sucesos políticos ocurridos en la última semana dan cuenta de lo que estoy comentando.
El nombramiento de Arely Gómez en la PGR (hermana del vicepresidente de noticias de Televisa) y de Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte, evidencian de manera irrefutable la manera que ha encontrado el PRI para reeditar el poder supremo presidencial que ejercieron por décadas en el país y que fue lo que motivó la famosa frase de Vargas Llosa.
Veamos el primer nombramiento. La señora Arely Gómez no cuenta con ninguna experiencia en la materia, pero es hermana de Leopoldo Gómez y lo que significa el poder de Televisa en el gobierno de Peña Nieto. Lo más grave del caso es que la señora Gómez pasará a ser la primera fiscal general con la aprobación de la reforma en la materia, cargo en el que durará 9 años. Buena herencia dejará detrás de sí Peña Nieto y alguien que le cuidará las espaldas muy bien.
Eduardo Medina Mora, aparece como una concesión al PAN, aunque es más que evidente que el dichoso señor (él está muy dichoso con el huesote que le regalaron) es más Peñista que panista. Además de todos los argumentos con los que muchas ORG y la firma de más de 50,000 ciudadanos que firmaron la petición hecha en Change.org, entre ellos el que escribe, Medina Mora ha declarado abiertamente compartir las posiciones retrógadas del PAN en materia de Aborto, Matrimonios del mismo sexo y su actuación en la defensa de los derechos humanos ha dejado muchísimas dudas (ver casos Atenco y de las indígenas acusadas de secuestrar a agentes de la Policía Federal).
Ambos nombramientos, que se han hecho sin importarles nada, absolutamente nada la opinión pública demuestra una actitud dictatorial.
Es el desprecio por la opinión de los ciudadanos y la defensa irrestricta de los intereses de los clanes políticos y de un sector del empresariado nacional.
Ese es el PRI de siempre. No hay que extrañarse. Lo que sí no logro entender es cómo la ciudadanía se sigue autoengañando. No entiendo porqué los ciudadanos continúan votando por el PRI. ¿Será tanta la necesidad y la ignorancia de nuestro pueblo? que con unas tarjetas para Soriana- Monex (o la nueva versión del Partido Verde de tarjetas de descuento), unas despensas o de plano dinero en efectivo, venden su voto y le “creen” las promesas de campaña al PRI.
¿Será, como dicen, que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen?
¿Será que no tenemos verdaderos líderes sociales que convenzan a las masas y partidos que sean capaces de persuadir a los ciudadanos y cambiar el estado de cosas en el país?
¿Podremos algún día vencer la corrupción, la impunidad y el robo descarado que practican PRI y PAN y construir una vida mejor?
A veces soy escéptico y me gana la desesperanza, pero sigo confiando en que surgirá un partido y un liderazgo que concite el apoyo de las grandes masas de ciudadanos.
Algún día derrotaremos esta nueva versión de la dictadura perfecta.