Por Andrés Vera Díaz
En contrastes significativos, el Movimiento de regeneración Nacional (MORENA) en Zacatecas define un rumbo aún incierto. Por un lado la presencia de su líder moral y próximo candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador convocó pobremente a la militancia del partido el fin de semana pasado so pretexto de la lluvia y bajo la premisa de no acarrear simpatizantes a cambio de prebendas.
La convocatoria apenas alcanzó las 800 personas en los 4 municipios en los que estuvo presente, pero en contrapeso, la llegada oficial de José Luis Figueroa Rangel cuya fuerza electoral en el Distrito IV federal no se pone en duda, además de la probable llegada de dos diputados más, que podrían ser Soledad Luévano Cantú y sorpresivamente, César Deras (quien por cierto se le relaciona bastante con la alta burocracia del gobierno del estado, ya que el propio Le Roy Barragán secretario de Administración tiene una relación «de compadrazgo» con el legisador), pudieran conformar prácticamente la bancada de MORENA en la LXI Legislatura.
Luis Medina Lizalde presume una militancia de 14 mil ciudadanos en las filas lopezobradoristas zacatecanas, cuya representatividad dejó mucho que desear en los eventos de AMLO, sobre todo en la capital. Sin embargo, pareciera que todo esfuerzo se concentra más allá del reparto de volantes en el Jardín Independencia, de integrar modestamente, una bandera vinotinto sin fundamento legal pero si político en el Congreso para preparar un terreno sin tanta asperesa de cara al próximo año.
Ricardo Monreal Ávila ha dado el visto bueno y los adheridos a Movimiento Ciudadano en el estado, otro satélite monrealista, dejarán a la suerte a los naranjas en su lucha por mantener el registro, cosa que con la candidatura de Saúl Monreal por el Distrito I podría paliarse con la escueta bandera del discurso opositor sistemático. Aunque contra el aparato estatal será luchar en la antítesis de la imposibilidad.
La idea es afianzar a MORENA que actualmente por lo menos y hasta ahora en términos de militancia, posee más miembros que MC y aunado a la requisa del Partido del Trabajo por parte de David Monreal, es tender la cama si no perfectamente estirada, si lista para su candidatura a gobernador para el 2016.
Por lo pronto, aunque López Obrador declarara que «habrán de analizar el apoyo de David Monreal», el acuerdo de facto está implícito desde que el ex gobernador de Zacatecas, Ricardo, renunciara a MC y ahora contienda como candidato de MORENA a la delegación Cuauthémoc en el DF.
Sacrificios habrán de llegar, desde la llegada de Figueroa Rangel a la dirigencia del nuevo partido en la entidad en relevo de Luis Medina que continúa haciendo política en un lugar de antaño, hasta la crucifixión y no precisamente enarbolando redención, de Movimiento Ciudadano, pero sin duda, una representación legislativa de MORENA, será de mayor impacto mediático que dos diputados que poco se han disciplinado en la institución de Dante Delgado, personaje más preocupado por ganar la alcaldía de Guadalajara que recibir dos millones y medio de pesos de prerrogativas en Zacatecas. Simplemente, no es negocio.
La mesa está puesta. Tanto Figueroa como Luévano fueron gratas revelaciones como opositores por lo menos en el discurso. Aunque MORENA siempre pregonó que no serían un partido en busca de la atracción «léase robo» de personajes políticos, el viento ha cambiado y como se da en ese lustrosísimo oficio (por lo tallado no por lo luminoso), será interesante la conducción que habrá de tener la nueva bancada y sobre todo, en la propuesta y aplicación más que en la queja, de eso ya estamos hartos. Suerte.