Londres, Ing.- En torno a 550 de las 3.000 personas que se estima se unieron al grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Siria e Irak desde países occidentales son mujeres, informó hoy el Instituto para el Diálogo Estratégico en Londres.
Según el think tank, fueron para ejercer de esposas, madres, profesoras y enfermeras porque tienen prohibido unirse a los combates.
La proclamación de un califato del Estado Islámico les proporcionó una «salida con consistencia ideológica» y ayuda a explicar por qué el flujo es diferente de otros patrones migratorios previos durante conflictos en Afganistán, Somalia, Irak o los Balcanes, por ejemplo.
«La complicidad que en su opinión tienen las potencias occidentales en la perpetuación de estos conflictos son factores importantes en sus decisiones de abandonar Occidente y buscar una sociedad alternativa», dice el informe.
«La forma binaria en la que el mundo se presenta refuerza aún más su decisión».