Berlin, Ale.-. Más de 100 mil contramanifestantes, apoyados por la jefa del gobierno alemán Angela Merkel, salieron a la calle el lunes en Alemania para protestar contra el movimiento islamófobo Pegida, que congregó más de 25 mil personas en Dresde en una marcha convocada como un homenaje a las víctimas de los atentados de París.
La canciller alemana anunció el lunes que participaría junto al presidente alemán, Joachim Gauck, en una ceremonia silenciosa organizada por las organizaciones musulmanes en homenaje a las víctimas de los ataques yihadistas en Francia de la última semana, que tendrá lugar el martes en la Puerta de Brandeburgo.
«El islam forma parte de Alemania», subrayó Merkel, quien insistió en evitar confundir a los musulmanes con los islamistas radicales. Para la jefa del gobierno, la movilización del martes enviará un «mensaje muy fuerte» a la sociedad sobre la cohabitación pacífica «de diferentes religiones» en el país.
Angela Merkel hizo esta declaraciones en una rueda de prensa, junto a su homólogo turco Ahmet Davutoglu, en Berlín, horas antes de que se iniciara la décimosegunda manifestación en Dresde convocada por el movimiento islamófobo Pegida (acrónimo en alemán de Europeos Patriotas contra la Islamización de Occidente), que denuncia una islamización de Alemania.
«Islam = Carcinoma»
Más de 25 mil manifestantes participaron en la marcha de Dresde, lo que representa un récord de asistencia para Pegida, que reunió a 500 personas en su primera manifestación el 20 de octubre.
En la capital de Sajonia, muchos portaban pancartas con referencias a los atentados parisinos como «No podéis matar nuestra libertad» o «Libertad de pensar en lugar de terror salafista», así como varios «Je suis Charlie» mezclados con «Islam = Carcinoma», «No al multiculturalismo» o «¡Paz con Rusia!».
Estos ataques «pueden tener lugar en cualquier sitio», dijo a la AFP una manifestante de 70 años, Juta Starke, quien dijo haber pensado inmediatamente en la «ideología política del islam» tras el tiroteo contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo, que dejó 12 muertos.
Desde octubre, Pegida organiza cada lunes una manifestación contra el islam y los demandantes de asilo, si bien en esta ocasión llamó a rendir homenaje a las «víctimas del terrorismo de París» e instó a sus simpatizantes a manifestarse con un brazalete negro.
Tras una minuto de silencio, una de las fundadoras de la organización islamófoba, Kathrin Örtel, denunció ante los manifestantes las críticas dirigidas a Pegida por «la casta política y los medios de comunicación».
De Oslo a Viena
En Leipzig, también en territorio de la antigua República Democrática de Alemania (RDA), entre dos mil y tres mil manifestantes antiislam se congregaron por primera vez, si bien los contramanifestantes eran 30 mil, según los servicios municipales.
Los partidarios de una Alemania abierta a los extranjeros y tolerante también eran 20 mil en Múnich (sur), 17 mil en Hanóver (norte) o cuatro mil en Berlín, entre otras ciudades.
Tras los ataques yihadistas en Francia, que dejaron 17 muertos la semana pasada, Merkel participó el domingo en una marcha en París en repulsa de los atentados junto a medio centenar de dirigentes internacionales.
Durante su discurso de Año Nuevo, la jefa de gobierno había instado a sus compatriotas a no participar en las manifestaciones islamófobas, ya que estaban organizadas por gente con el «corazón» lleno de «prejuicios» y «odio».
Alemania, el país más poblado de Europa con alrededor de 80 millones de personas, tiene unos cuatro millones de musulmanes, cuyas tres cuartas partes son de origen turco.
Las autoridades alemanas temen un aumento de la tensión tras los ataques en el país vecino.
En otros puntos de Europa, más de 200 personas respondieron en Oslo al llamado de Pegida a manifestarse. En Viena, la organización prevé una primera marcha a finales de enero y otra el 16 de febrero en Suiza. El movimiento islamófobo también cuenta con página Facebook en Suecia.