Londres, Ing.- Amnistía Internacional (AI) aseguró que no hay duda de que Israel cometió crímenes de guerra durante su ofensiva militar del verano pasado contra la Franja de Gaza, en un reporte publicado hoy sobre el conflicto, que dejó más de dos mil muertos.
El documento, titulado “Nada es inmune: La destrucción desmesurada de Israel de edificios señalados en Gaza», la organización defensora de los derechos humanos investigó y recabó testimonios sobre los bombardeos que lanzó Israel contra cuatro edificios en los últimos días del conflicto.
Aviones israelíes lanzaron entre el 22 y 26 de agosto pasado bombas sobre cuatro edificios de la Franja de Gaza: una torre de 12 pisos, otra de 16, una de 13 y un edificio de cuatro plantas, los cuales, según AI, no había duda de que eran blanco seguro.
De acuerdo con AI, los ataques aéreos de los cuatro edificios casi al final de la operación “Marco Protector” de los militares israelíes en Gaza en agosto pasado fueron “un ataque deliberado y directo en edificios civiles y constituyen crímenes de guerra”.
«Toda la evidencia que tenemos muestra que esta destrucción a gran escala se llevó a cabo deliberadamente y sin justificación militar», afirmó Philip Luther, director del Progrma de Oriente Medio y África del Norte de Amnistía Internacional»
Tanto los hechos sobre el terreno y las declaraciones hechas por portavoces militares israelíes en el momentoindican que los ataques fueron un castigo colectivo contra el pueblo de Gaza y fueron diseñados para destruir sus medios de vida ya precarias, agregó.
AI destacó que pese a que el ejército israelí advirtió a los residentes de los edificios para salir antes de que los destruyeron, decenas de personas de edificios cercanos resultaron heridas y cientos quedaron devastadas al perder sus hogares, negocios y pertenencias.
La organización no gubernamental (ONG), con sede en esta capital, señaló que los bombardeos a los cuatro edificios aterrorizaron a los residentes, que se apresuraron a evacuar los edificios y en la mayoría de los casos, no fueron capaces de salvar sus pertenencias, incluidos sus documentos.
El Centro Comercial Municipal en Rafah, que contenía un centro comercial, un garaje, varias oficinas y una clínica médica, fue reducido a un esqueleto maraña de vigas de hierro y hormigón, indicó el reporte y recordó que cientos de familias dependían de esos negocios.
AI subrayó que aparte de la sugerencia de que uno de los edificios destruidos alojaba un centro de comando del Movimiento de Resistencia Islámico (Hamas), las autoridades israelíes no han facilitado información acerca de por qué los bombardearon y destruyeron por completo.
«Incluso si las autoridades israelíes tenían buenas razones para creer que una parte de un edificio era utilizado para fines militares, tenían la obligación de elegir los medios y métodos de ataque para reducir al mínimo el daño a los civiles y sus bienes», indicó Luther.
AI envió sus conclusiones de los ataques aéreos a las autoridades israelíes y pidió explicaciones sobre por qué se llevo a cabo cada uno; a qué o quién estaba dirigido y qué precauciones fueron tomadas para minimizar el riesgo de daño a los civiles.
Además pidió que la Comisión de Investigación creada por Naciones Unidas (ONU) realice su investigación sin obstáculos y que Israel permita a Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos entrar a Gaza.
«Los crímenes de guerra deben ser investigadas de manera independiente e imparcial y los responsables deben ser llevados ante la justicia. Las personas cuyas viviendas y medios de vida han sido destruidas ilegalmente merecen justicia y la reparación», subrayó Luther.