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Andrés Vera – PM
Zacatecas, Zac.- Se realizó el desfile por el 104 aniversario de la culminación de la Revolución Mexicana con un gran contingente en la que se mostró de manera resaltada, la capacidad de las fuerzas policiacas en el estado.
De forma alternativa, dos contingentes de manifestantes, con pancarta y cacerola en mano, hicieron eco de forma simultánea en una protesta sin antecedentes históricos en la capital zacatecana, puesto que es la primera ocasión que la población expresa su indignación en un evento ad hoc por la esencia que formó el movimiento revolucionario.
Pasadas las nueve de la mañana, un reducido contingente se dio cita en el Portal de Rosales que respondieron a la convocatoria hecha por redes sociales, sin embargo, cercanas las diez de la mañana, el grupo creció hasta convertirse en un par de centenares conformados por académicos, estudiantes universitarios, jubilados y sociedad en general. El grupo se dividió en dos, uno que se ubicó en el sitio original; y el otro, se colocó a un lado del templete frente a Plaza de Armas en donde el gobernador Miguel Alonso Reyes, junto al alcalde capitalino, Carlos Peña Badillo y su séquito presenciaban el desfile.
Las cacerolas resonaron de forma importante. En ocasiones, cuando algún carro alegórico sin sonido o escoltas portando banderas pasaban frente al sombreado escenario donde la plana alta del gobierno del estado y funcionarios federales presenciaban la marcha, el ruido sin ser ensordecedor, retumbaba en la paredes de Palacio de Gobierno para regresar el eco a los oídos de la significativa presencia de los medios y ante una cara visiblemente molesta de Alonso Reyes.
Reporteros con cámaras de lejos, de cerca, a todos lados intentando conseguir la mejor fotografía; micrófonos entrelazados buscan el mejor grto, el más sonoro y representativo del hartazgo social. ¿Cuál medio será quien manifieste en su totalidad el evento?. Volteo y la duda sigue. Muchos logotipos nublan un poco la respuesta. Los gritos y cacerolazos resuenan prácticamente como un ballet coordinado a que medio se acerca a grabar audio o tomar fotos. Algunos son señalados «eh quítate compadre déjanos expresar, de todas formas en tu canal, en tu radio, ni publicaran esto» se escucha decir a un chico que utiliza las barreras metálicas al mismo tiempo que la usa como instrumento de expresión al golpearla con su sartén.
Me acerco al templete custodiado por elementos del Ejército, por varios guardias personales del gobernador y el alcalde que asumen una posición al más puro estilo de una película hollywoodense. Los chícharos radiales en las orejas, lentes oscuros y una cara que no expresa simpatía ni emoción ni nada, de hecho, son «guaruras», ¿sentirán algo?. Veo a Alonso Reyes con una postura ensayada, la espalda recta y el cuello estirado pero el rostro, el rostro alcanza a expresar aburrimiento, molestia probablemente estomacal – pues dicen los psicólogos de enfoque un tanto gnóstico, que el malestar provocado por el enojo se concentra en el sistema digestivo-; no es ahora él el protagonista, ni la marcha florida, es un hecho histórico y le tocó en su sexenio. Gente, pueblo, sociedad, estudiantes, simpatía popular a una forma de expresión pacífica para pedir, exigir justicia por los 43 normalistas desaparecidos, por la violencia institucionalizada del estado, por la corrupción y cinismo de la clase política. El templete, un simple trozo de madera pintado, es su búnker improvisado ante la cosecha de la dictadura perfecta: Ni tan perfecta, su jefe Peña, anuncia que hará uso de la fuerza represora para dirimir movimientos legítimos.
Un militar me impide acercarme más al templete. No importa, ya vi lo que debía ver, ¿o me equivoco?. En realidad sí, antes de que culmine el desfile, Alonso se retira, como un cobarde. No quiso una nueva fotografía con estudiantes encarándolo como sucedió hace un par de semanas, de tal forma, opta por ingresar al Hotel Emporio el cual tiene puerta de salida por la parte de atrás, la cual da a la calle Fernando Vivvalpando donde sus camionetas de lujo lo esperan.
Otro hecho histórico. no hay registros de que un gobernador se levantara antes de culminar el desfile del 20 de noviembre. Esa es su visión democrática. Siempre, desde que inicio su mandato, ha manifestado que la libertad de expresión se garantiza en su gobierno, pero eso también implica atender al pueblo ¿ o no?.
Entre el laberinto del Emporio, se escondió de la foto, de la declaración, de las quejas. ¿Si evadir la parte de responsabilidad que le toca, qué se puede esperar de un gobernante?. La imposición es lo que sigue. No tenga miedo gobernador. Si lo tiene, escóndase bien hasta el 2016, por lo menos. O la estrategia actual pudiera seguir funcionando, asistir a inauguraciones de domitos de escuelas donde nadie le incomoda o en eventis de entrega de raquíticas becas, donde la gente con tal de obtener su dinerito, sonríe porque así debe ser.