Nueva York, EU.- La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) denunció hoy que el confinamiento de cerca de mil 500 indígenas colombianos de la comunidad Embera, que habitan en el oeste del país, se agudizó en la última semana por amenazas de grupos armados a nueve de sus líderes.
La situación se registra con población aborigen que habita el resguardo Embera del río Purricha, en el municipio de Bajo Baudó, en el departamento del Chocó, frontera con Panamá.
La OCHA señala en un comunicado que la situación «se presenta desde finales de septiembre, agravándose durante la última semana».
La entidad considera que hay confinamiento cuando una población sufre limitaciones a su libre movilidad por un período igual o superior a una semana y su acceso a bienes o servicios básicos como educación, salud, agua y saneamiento, es limitado.
La Oficina explica que los aborígenes permanecen en su territorio por temor a posibles represalias del «actor armado» al que no identifica y han suspendido sus actividades agrícolas y el transporte por el río Purricha, principal vía de comunicación del resguardo.
Según la OCHA, estas comunidades fueron víctimas de desplazamiento a finales de 2012, y durante 2013 y 2014 retornaron voluntariamente sin acompañamiento institucional.
La OCHA señala que «se requiere iniciar asistencia humanitaria y acciones de protección considerando que la población ha indicado su temor por la probabilidad de nuevos enfrentamientos o la posible incursión de un grupo armado posdesmovilización».
Pese a la situación, el organismo informa que la comunidad ha manifestado su intención de permanecer en el territorio a pesar de la situación de riesgo.