D.F, Mex.- Casi dos terceras partes (65 por ciento) de la población en las 59 zonas metropolitanas del país advierten que mucha o algo de la violencia en sus respectivas ciudades es provocada por el crimen organizado, mientras cuatro de cada cinco habitantes (83 por ciento) perciben mucha o algo de inseguridad en su entorno.
De acuerdo con la Encuesta sobre la Percepción de la Seguridad Metropolitana y la Prevención del Delito, elaborada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados, 80 por ciento de los ciudadanos consultados levantó bardas o rejas de protección en sus hogares, 74 por ciento instaló canceles en sus ventanas y 50 por ciento consiguió un perro guardián en respuesta a la amenaza de la delincuencia.
Solo 6 por ciento admitió poseer un arma de fuego en sus viviendas y otro 9 por ciento decidió mudarse a causa de la inseguridad.
El sondeo aplicado a 603 personas mayores de 18 años de edad revela que la inseguridad es considerada el principal problema en las zonas metropolitanas por 37 por ciento de los entrevistados, seguido por el desempleo, con 24 por ciento.
El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública subraya, sin embargo, que dicha percepción es menor que en 2013, cuando 44 por ciento de los ciudadanos señalaba la inseguridad el principal problema de sus ciudades y 26 por ciento mencionaba el desempleo.
Sin embargo, a la pregunta “¿Qué tanta inseguridad hay en su ciudad?”, 83 por ciento de los entrevistados respondió que “mucha” o “algo”, mientras el restante 17 por ciento dijo que “poca” o “nada”.
De igual forma se preguntó a los habitantes de las zonas metropolitanas “¿Qué tanta violencia provocada por el crimen organizado hay en su ciudad?”:
Poco más de 47 por ciento respondió que “mucha” y 18 por ciento que “algo”, para sumar 65 por ciento, mientras 19 por ciento reviró “poca” y 11 por ciento con“nada”.
Cerca de la tercera parte de las personas (30 por ciento) estimó que las principales causas de la inseguridad son la pobreza y el desempleo, 24 por ciento, la corrupción; 24 por ciento, la falta de aplicación de la ley por parte de las autoridades, 23 por ciento, y la falta de oportunidades para los jóvenes, 9 por ciento, entre otras.
Respecto a los delitos con mayor incidencia, la encuesta coloca en un irrebatible primer lugar al robo, con 77 por ciento de las menciones, seguido del secuestro (3 por ciento), golpes y lesiones (3 por ciento), homicidio (2 por ciento), extorsión (2 por ciento), violación (1 por ciento) y otros no desglosados (6 por ciento).
No obstante, 50 por ciento aseguró haber recibido durante los últimos 12 meses alguna llamada telefónica con amenazas o intentos de extorsión.
Si bien 79 por ciento de los ciudadanos consultados afirmó sentirse muy seguros o algo seguros en sus casas, dicha proporción se redujo a 58 por ciento en los centros de trabajo, a 41 por ciento en los automóviles particulares, a 33 por ciento en los bancos, a 30 por ciento en los mercados, a 26 por ciento en las calles y a tan solo 24 por ciento en el transporte público.
De acuerdo con el reporte, una mayoría de los habitantes de las zonas metropolitanas asocia la inseguridad y la violencia con la corrupción, al grado que 81 por ciento percibe “mucha” o “algo” de ese fenómenos en sus comunidades, y tan solo 15 por ciento considera que hay “poco” o “nada” de esas prácticas en sus ciudades.