Tuxtla Guerrero, Chi.- El Encuentro Internacional de Escritores en Lenguas Indígenas inicio hoy con una ceremonia tradicional, en la Universidad Intercultural de Chiapas, con la que se pide a la tierra que los acuerdos beneficien a todos los pueblos de México y del mundo.
Los mayores colocaron juncia en la entrada principal de la casa de estudios, luego una cruz de color azul, colocaron un santo, velas, juncia frente al altar, quemaron incienso y oraron.
El encuentro organizado por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), y que culminará el 14 de octubre, lleva por nombre “La geoliteratura en lenguas indígenas, un proyecto emergente”.
El director general del INALI, Javier López Sánchez, tzeltal de Oxchuc, de la zona norte de Chiapas, preside la ceremonia, con la que se llama a mantener esperanza de construir propuestas, proyectos que ayuden a mejorar las condiciones de vida de los indígenas.
El evento tiene la finalidad de mostrar al mundo la riqueza de los pueblos y comunidades, su pensamiento y su proyecto de vida, su propuesta de desarrollo, en conclusión, se trata de decir: aquí estamos.
En la ceremonia los indígenas pidieron permiso a la madre tierra para desarrollar el evento y el interés es que los trabajos salgan de la mejor manera posible, que los acuerdos, compromisos y propuestas aterricen en beneficio de todos los pueblos de México y el mundo.
Los grupos pidieron que todos los sostenes tengan un corazón y pensamiento dispuestos a escucharnos, por ello se usa la juncia, planta que expide un olor agradable, amargo y verde.
Al juntarse con el incienso, la juncia transmite una aroma que para los indígenas simboliza paz, que a la vez emite mayor ceremonialidad a la petición a la madre tierra.
Para ello, tres personas interpretaron música tradicional al son del arpa, mientras hombres y mujeres danzaban con su atuendo tradicional del pueblo indígena de Oxchuc.
El baile del pueblo significa que la mente y el corazón de los asistentes deben estar bien durante el desarrollo del evento.
Un componente de la fiesta es el reparto del aguardiente, el posh, que los indígenas preparan en sus comunidades, y que se prueba con el fin de compartir, puesto que los congresistas van a compartir experiencias, proyectos, sueños, ilusiones y esperanzas.
A la ceremonia le agregaron la presencia de refresco, es parte de este contacto lingüístico.
Muchos están de rodillas, otros de pie, los mayores rezan a la madre tierra, el que pide permiso es el mayor de la mayordomía de Oxchuc, pueblo de la zona norte de Chiapas, entre los músicos hay un personaje principal, el que toca el arpa.
Don Anastasio Santiz es el que lleva el control de la oración, es uno de los que se dedica a rezar en muchas fiestas religiosas tradicionales.
El que ora trae un discurso especial para la pedida del permiso y para suplicar que los corazones y las mentes estén contentos en el desarrollo del evento.
Los que están alrededor de la ceremonia religiosa tradicional es el pueblo indígena, en este caso los poetas indígenas de México, Venezuela, Chile, Colombia, Ecuador, Bolivia y Estados Unidos, académicos de la Universidad Intercultural de Chiapas, así como invitados de diversas comunidades.