En 2013, el primer año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, se recrudeció la incidencia de delitos y aumentó el número de personas y hogares víctimas de aquellos, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La institución presentó este martes los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2014 (ENVIPE), que contiene la información definitiva de 2013.
De acuerdo con dichos resultados, de los 31.6 millones de hogares estimados en 2013, en unos 10.7 millones –es decir, en casi 34%– hubo, al menos, una víctima de delito durante ese año.
De otra forma: Uno de cada tres hogares mexicanos fue agredido por la delincuencia en el primer año de gobierno de Peña Nieto.
Para comparar, con la misma información de hoy del Inegi, en 2011 el porcentaje de hogares víctimas de delito fue de 30.4% y en 2012, de 32.4%; es decir, los dos últimos años de la administración de Felipe Calderón.
Con Peña subió a 33.9%.
Respecto de las personas de 18 años y más que fueron víctimas de delito, la ENVIPE arroja un resultado igual de peor para la actual administración:
En 2013 hubo 22.5 millones de agraviados, que son 900 mil más que los 21.6 millones de 2012.
El dato para 2013 en términos de tasa es de 28 mil 224 víctimas por cada 100 mil habitantes, mientras que en 2012 fueron 27 mil 337 por cada 100 mil.
Es decir, en el primer año de Peña Nieto aumentó en 877 el número de personas víctimas de delito por cada 100 mil habitantes; un incremento de 3.2%.
Cabe destacar que los datos comparables, con los que se puede inferir una conclusión, el INEGI los presenta en notas al pie de la página, con un tamaño de letra casi microscópico. Como si no quisiera ese organismo, que es autónomo –y presidido por Eduardo Sojo Garza Aldape–, incomodar al gobierno federal.
Pero las cifras son tan contundentes como acusatorias contra el actual gobierno federal.
Otro caso es la incidencia de delitos. En 2013 la encuesta señala que se cometieron 33.1 millones de delitos en agravio de 22.5 millones de personas. Eso representa una tasa de 1.5 delitos por víctima.
Un año antes, en 2012, fue de 27.8 millones de delitos en contra de 21.6 millones de víctimas, una tasa de 1.3 delitos por víctima.
El dato que más resalta es que en 2013 hubo 5.3 millones de delitos más que en 2012.
La incidencia de delitos, por tipo, según la ENVIPE fue la siguiente: Robo o asalto en la calle o en el transporte público, 29.6% de los casos.
La extorsión, que en 94% de los casos se hizo vía telefónica, ocupó el segundo lugar con 23.6% de los casos.
En tercer lugar se ubicó, con 12% del total de delitos, el robo total o parcial de vehículo.
En cuarto sitio, el fraude, con 9.6% de los casos. En quinto, las amenazas, con 9.2%. Y le siguen: Robo en casa habitación, 6.5%; robo distinto de los anteriores, 3.7%.
Las lesiones ocuparon un 3.1% del total de delitos. Y otros delitos, como secuestro, secuestro exprés delitos sexuales y otros registraron 2.9%.
Los datos sobre el secuestro son de escándalo y dejan mal parado al gobierno actual.
Dice la encuesta: En 2012 hubo 94 mil 438 víctimas de secuestro y en 2013 la cifra subió a 123 mil 470; es decir, 29 mil más víctimas de secuestro.
Casi un 31% más
También: En 2012 se registraron 105 mil 682 “delitos de secuestro” y en 2013 se disparó el número a 131 mil 946. Un aumento de, “nada más”, 26 mil 264 delitos… Que es 25% por encima de los registrados un año antes.
La encuesta del Inegi estima, por otra parte, que el costo total a consecuencia de la inseguridad y el delito en hogares, ascendió en 2013 a 213 mil 100 millones de pesos, que es 1.27% del Producto Interno Bruto (PIB).
El dato es resultado de sumar los gastos en medidas preventivas, las pérdidas económicas a consecuencia de los delitos y los gastos por los daños en la salud de las víctimas.
Un año antes, el costo por la inseguridad y el delito fue de 215 mil 200 millones de pesos, 1.34% del PIB.
Pero si es de escándalo el aumento en la comisión de delitos, lo es también la magnitud de la impunidad, prohijada por el sistema penal, que inhibe a las víctimas a recurrir a la justicia.
Bajo el subtítulo de “Cifra negra”, la ENVIPE señala que en 2013, 93.8% de los delitos cometidos no fueron denunciados o no se inició averiguación previa.
En 2012 la cifra negra fue de 92.1% de delitos no denunciados y en 2011 de 91.6%.
Las víctimas de delitos, pues, cada vez confían menos en la justicia.
Dice la encuesta, textual: “Entre las razones para no denunciar delitos ante las autoridades por parte de las víctimas destaca la ‘perdida de tiempo’, con 31.4%, y la ‘desconfianza en la autoridad’, con 21%, dentro de las causas atribuibles a la autoridad”.
Y entre éstas están: “Por miedo a que lo extorsionaran”, “pérdida de tiempo”, “trámites largos y difíciles”, “desconfianza en la autoridad” y “actitud hostil de la autoridad”.